Alejo Acosta, creador de "El Quinto Escalón", charló con Billboard Argentina acerca de su alejamiento del freestyle, su relación con el rap y su presente en la industria.

Por Julián Mastrángelo y Santiago Torres

Alejo Acosta, a.k.a. YSY A o El Varón del Trap, es uno de los artistas que más colaboró en el crecimiento del movimiento urbano en la Argentina en los últimos años. Creó El Quinto Escalón junto a un grupo de amigos cuando tenía solo 13 años, con el objetivo de llevar las batallas de rap al centro de la Ciudad de Buenos Aires y que todo aquel que se acercara se contagiara del espíritu del hip-hop. “Las primeras juntadas éramos 15 personas y muy pocos de ellos eran freestylers. La mayoría eran bailarines, beatboxers o graffiteros, eso sí, todo siempre dentro de esta cultura, comenta sobre la primera edición llevada de 2012.

Freestylers como Dtoke y WOS – campeones internacionales de la Red Bull Batalla de los Gallos -, MKS, Dani, Replik o Trueno son algunos de los raperos que supieron decir presente en alguna de las ediciones de “El Quinto”. Así, años más tarde, lo que comenzó modestamente en una plaza de Caballito -más precisamente en el Parque Rivadavia-, se terminó convirtiendo en la competencia callejera en habla hispana más importante de la historia.

El 11 de noviembre de 2017 el proyecto encontró su desenlace. Con un emotivo evento de despedida ante ocho mil personas en el Estadio Malvinas Argentinas de Paternal, un Dtoke renovado superó al por aquel entonces ascendente WOS en la final, dándole cierre al ciclo y abriendo los nuevos rumbos para quién se transformaría definitivamente en YSY A. Los motivos por los que Alejo y Muphasa – su socio a partir de la tercera edición – decidieron dar por finalizado las batallas fueron claros: “Lo que en un principio era una súper cultura hip-hop se había vuelto un entretenimiento para niños… lo creé en un principio para gente que rapeaba en la calle de verdad, no para chicos que lo veían por Internet”, recuerda.

Llegó así la hora de centrarse por completo en la música y dedicar la energía a largas jornadas de composición y grabación en el estudio. Para mediados de 2018 vió la luz la ópera prima Antezana 247, con participaciones de Duki, Obie Wanshot, Marcianos Crew y Neo Pistea. Modo Diablo comenzaba a gestarse. Ya para finales de 2019, más precisamente el 11 de noviembre, volvió a escena con su segundo trabajo, Hecho A Mano. “Busqué ser experimental con toda la música que fui sacando, tanto con los singles por separado, como con los dos álbumes. Siempre voy a buscar lo inesperado y alejarme de lo que apuntan todos. Lo que quiero ahora es hacer un disco que no tenga nada que ver con el anterior pero que igual así guste”, cierra.

Después de meses de charlas en off, y en el marco de la cuarentena obligatoria producto del Covid-19, YsY A, recuerda y analiza junto al equipo de Billboard AR -a través de Zoom, la aplicación del momento-, un recorrido vertiginoso con gusto a nostalgia y sabor a futuro en simultáneo, algo que contienen sus propias canciones a las que algunos catalogan como “el neo tango”.

¿Cuál es el primer recuerdo que tenés con la música?

  • Mi primer contacto real fue a los doce años. Recuerdo que aprendí a tirar beatbox para que mis amigos más grandes pudieran rapear. Por ese momento nunca había visto gente improvisar de verdad en frente mío. Soy el único artista argentino dentro mi familia porque todos ellos son uruguayos. Mi tío, quien trajo a mis padres a Buenos Aires hace como 35 años, vino a ganarse la vida como tanguero. Así que se lleva en la sangre. Además, mis viejos son de Tacuarembó, exactamente en el mismo lugar donde dicen que nació Gardel.

Se podría decir entonces que la conexión del tango con tu música se dio naturalmente..

  • ¡Claro! Cuando conocí a Don Roque, mi joyero y mánager hace varios años, le llevé todo mi hip hop y él me dio todo su tango. Me dijo: “Esto es Buenos Aires, la música de acá es el tango”. Entonces, hace tres o cuatro años, cuando empecé a escuchar tango de nuevo y a concentrarme mientras lo hacía, me di cuenta que todo lo que lo envuelve es bien porteño, las letras, la posturaes algo que me representa. Por eso, cuando se me presentó la oportunidad de hacer un tango no la pude dejar pasar. Siempre voy a intentar darle a mi música un carácter propio y que sea argentina.

¿Considerás que tu estilo va más allá del trap?

  • En este momento estoy haciendo trap porque me gusta y porque quiero hacerlo pero no estoy en la bolsa de “trap argentino”. Si ves mis catálogos tengo trap, house, cumbia, tango… un montón de cosas, no me quiero ver encasillado en un solo género. A raíz de todo esto, siento la responsabilidad de que acá en Argentina tenemos que darle cuerpo y forma a la nueva música popular y que no necesariamente se llame trap. Lo único que me representa de verdad es ser rapero, lo que hago es rapear en el ritmo que me des.

 ¿Cómo es tu relación con el Caribe y el reggaetón?

  • Siempre tuve una relación muy fuerte con ellos. El primer hip-hop que escuché de chico y que para mí sigue siendo el mejor de habla hispana está en los discos de reggaetón entre 2005 y 2012.  Randy, De La Guetto y Arcángel… Ellos tres tuvieron una etapa de música cerca del 2010 que escuché un montón y que hoy por hoy la estoy disfrutando más que de chico incluso. Siento que de alguna forma rompieron la música como se conocía hasta ese momento, ellos la pegaron antes de Internet, antes de Youtube y antes de que todo se pudiera ver por el celular. Inventaron un género, ¿sabés lo que daría yo por inventar un género?. No te hablo de cambiar algo de afuera sino de crear algo de acá, nuevo, distinto y que la gente se sienta representada por el sonido.

De alguna forma ya lograste eso, sobre todo líricamente y en el flow.

  • La verdad es que no, yo hago rap y trap, géneros que se inventaron afuera. Lo que sí hago es darle el condimento argentino, el toque que estoy buscando. En cambio, los reggaetoneros inventaron un género propio de su país para la gente de su país. Lo que me pasa acá es que cuando le muestro el trap a quienes no están acostumbrados, no lo sienten ni comprenden. Necesito romper con la barrera de que la argentinidad no se siente a gusto con el trap. Necesito seguir dándole el sonido argentino a mi trap para, quien sabe, inventar un sonido nuevo más adelante que sea solo argentino.

¿Porqué no firmaste con ningún sello multinacional teniendo ofertas concretas de ellos?

  • Miren, vengo siendo testigo y partícipe del crecimiento en la Argentina. Ese movimiento me dio a entender que puedo conseguir mucho más al fin del camino por mi cuenta. No me refiero a lo monetario, sino a construir mi imperio solo, sin pedirle favores a nadie ni agachar la cabeza a favor de ningún sello ni de ninguna marca. Actualmente decido todo en mi carrera, eso es lo que quiero: decido con quien salir y con quien no, con qué sonido sorprender y en cuál no meterme, salir sonriendo o salir enojado… siento que poder elegir es algo que no tiene precio. Mi visión ahora mismo va más allá de la plata, estoy buscando hacer un movimiento histórico en la Argentina y sé que hasta ahora lo estamos haciendo nosotros con nuestras propias manos.

Es inevitable nombrar a YSY A y no recordar “El Quinto Escalón”. La historia de las plazas, convertida en mito urbano, ha dejado registro de cientos de enfrentamientos entre rapperos que hoy forman parte de una renovación dual en la industria. Por un lado nombres como Paulo Londra, Duki, Ecko, Trueno, LIT Killah, Dani, Acru, Iacho, Lucho SSJ, Replik, Sony o WOS han desarrollado una carrera artística y por el otro DToke, MKS, Dozer, Cacha, Wolf o Klan siguen desempeñándose como figuras en las principales batallas actuales de freestyle como FMS, God Level o la misma Red Bull Batalla de los Gallos. Por esta razón, a más de tres años de su despedida, se considera a esta competencia como el último gran semillero cultural de la región.

¿A quién nombrarías como fundador del movimiento?

  • Si hablamos del primer “Quinto”, no había nadie, solo yo. Ya para la tercera edición llegaron Iacho y Muphasa. La verdad que tengo la mejor relación con los dos, pero también es verdad que Muphasa fue el que se acercó y me dijo que me quería dar una mano, que sabía hacer flyers y que tenía una cámara para hacer los videos. En ese momento tenía 13 años, obviamente le dije que sí. Date cuenta que yo iba con mucho amor a la plaza, tenía la idea de compartir y de hacer algo bueno sin ningún fin lucrativo. Con respecto a los competidores, MKS y Wolf fueron los primeros que llegaron. Los fuimos a buscar al Halabalusa, imagínate, éramos todos de capital, cuando les dijimos que teníamos una competencia en Parque Rivadavia se volvieron locos. Creo que por mi parte hice muchas cosas para que esto salga adelante, Duki también hizo otras por ejemplo. En mi opinión, debo formar parte del pilar original. Lo que quise hacer era armar una generación nueva de raperos argentinos de gran nivel para el exterior. Quería que se formara una comunidad de raperos que de verdad amaran esa vida y buscaran llevar el hip-hop y la cultura argentina a otro nivel. Cuando decidí darlo por terminado fue porque veía que esa comunidad ya empezaba a deformarse, no quería perder lo que habíamos logrado.

¿De donde salieron tus ganas de crearlo?

  • No conocía ninguna competencia de rap improvisado por mi zona, lo único parecido que existía era el Halabalusa Underground, en Claypole. Por ese momento era muy chico y no podía irme hasta allá por mi cuenta. Entonces decidí reunir un grupo de amigos que hacían breakdance y beatbox y juntarnos los domingos contrarios a esa competencia para poder ir a buscar a los freestylers e invitarlos nosotros. Para mí el hip-hop representa un estilo de vida que habla del respeto, la igualdad, el movimiento constante y la autogestión. Esa fue su esencia siempre.

¿Y la relación con el gobierno? ¿Es verdad que los hijos de los políticos arengaron para que crezca?

  • Si, eso lo conté yo. Ellos eran fans nuestros y no les quedó otra. Personalmente organizo festivales desde los 14 años. Shows de rap, competencias de baile, freestyle, beatbox. Para eso necesitaba un permiso de cerca de 300.000 pesos. Me acuerdo que rapeaba tres o cuatro meses en los colectivos pasando la gorra para poder hacer esos festivales, Llegó un punto que no pude hacerlos más porque la comuna me denunció y me dijeron que si prendía algún equipo me lo iban a secuestrar. Cuando ya venían miles de personas no les quedó otra que tendernos la mano en un momento. Terminaron dándonos el permiso, las luces, el sonido, las vallas y la seguridad necesaria.

¿Tu familia te apoyó desde el inicio?

  • Por supuesto, mis papás son mis mejores amigos. Hablo todo lo que me pasa con ellos re abiertamente, compartimos nuestro conocimiento sin problemas y siempre voy a estar agradecido por ello. Aprendí muchas cosas malas durante mi camino y mi familia siempre fue ese cable a tierra que necesité. Obvio que no querían que ande en una mala, más sabiendo que andaba con gente más grande. También es verdad que nunca les falté el respeto ni les hice pasar un mal momento. Desde que tuve a mi hijo principalmente, ellos me tendieron una mano tan grande que, como te dije antes, se convirtieron en mis mejores amigos. Tuve que suprimir mis defectos y mis errores y enaltecer mis cualidades porque sabía que ellos estaban ahí viendo todo lo que pasaba, no podía ser menos y faltarles el respeto. La lucha más grande fue poder demostrarles que era un gran hombre, un gran padre y un gran hijo a pesar del estilo de vida que eligiera llevar.

Fuiste parte y testigo del freestyle local. ¿Qué opinas del crecimiento que tuvo desde que te alejaste?

  • Sí, fui testigo del freestyle, en pasado. Desde que me fui del Quinto Escalón no miré ni 30 segundos seguidos de una batalla. Sentí que para pasar al siguiente nivel tenía que desapegarme de las cosas que había hecho, no olvidarme, ojo, simplemente desapegarme. Amo y recuerdo con mucho cariño todo lo que fue. Sé que es el culpable de lo que me pasó. Sin embargo, necesitaba usar esa energía en la música y me volqué al estudio, sabía que era lo que tenía que hacer para darle forma a lo nuevo que estaba por comenzar.

Por último, tu obra. Muchos dicen que es de lo más experimental de los últimos años, ¿esa experimentación es intencional?

  • Siempre. Mis dos álbumes tienen búsquedas distintas y marcadas. Ahora ya tengo un tercer disco grabado y estoy pensando en cómo hacer que el siguiente no suene parecido, directamente algo nuevo de raíz. Quiero remarcar que el no encasillamiento no tiene que ver sólo con la música, viene desde el concepto en sí. Soy un gran trapero pero no soy solo un trapero, dame un tango, un house, una salsa… te lo hago sin problema. No me quiero encasillar en un solo sonido jamás. No voy a caer en la repetición para afianzarme. Siempre voy a levantar la vara para hacer algo distinto tanto en mis rappeadas, en la música, en el concepto y en cómo se expone al mundo. Espero hacerlo así durante toda mi vida.