Willy Iturri dio sus primeros pasos en la música como sesionista de EMI, grabando para artistas de géneros y estilos diversos. De ahí en adelante, gracias a su sólida formación y talento como percusionista se convirtió en un referente de la música de los ochenta, participó desde la batería en la confección de hitos del rock nacional como Pensar en nada, de León Gieco, Santaolalla, de Gustavo Santaolalla y Yendo de la cama al living, de Charly García, con quien también tocó y giró para Clics Modernos y Piano Bar.
En 1984 formó con Alfredo Toth y Pablo Guyot un trío de rockpop con un marcado tinte new wave. GIT fue parte de la impresionante escena rockera de la argentina post dictadura, y su éxito se propagó por todo hispanoamérica a través de éxitos como Es por amor, La calle es su lugar (Ana) o Siempre fuiste mi amor.
Después de haber radicado 14 años en Chile y México, el 3 de junio vuelve al país para presentarse en La Trastienda con su banda solista Willy Iturri de GIT, en el marco de Es Por Amor Tour, una gira que abarcará todo el país.
¿Qué escuchabas cuando empezaste a hacer música?
Los Gatos me gustaban mucho, especialmente la época de Pappo, cuando sacaron Rock de la mujer perdida. Y de afuera, todo. Cuando sos pendejo sos una esponja, pero por sobre todo me gustaban The Byrds, The Hollies, todo ese estilo. El primer tema que toqué en la batería fue Love me do. Empecé con la batería desarmada, hi-hat y tambor, y a medida que progresé fui agregando el resto de los cuerpos. Me di cuenta de que estaba hablando un idioma que no sabía bien cuál era, y me puse a estudiar en el conservatorio. Me volví loco con los Beatles y los Stones, y lo que me rompió la cabeza en la época de estudio fue Yes.
Empezaste como sesionista de EMI y en poco tiempo estabas grabando Mundo, de Porchetto, Yendo de la cama al living, de García y otros discos importantes. ¿Cómo fue esa transición?
Mundo fue en el 79 y me llamaron por EMI. Era un seleccionado: Bernardo Baraj, Pedro Aznar, incluso Moro también grabó algunas baterías. Después llegó Pensar en nada de Gieco y el álbum solista de Santaolalla. Con Charly éramos amigos y veníamos conversando. Un día, cuando él estaba terminando con Serú Girán, me dice: “Yo no te daba bola porque te veía muy concheto y después me quería matar. Tenemos que tocar juntos”. Lebón le había hablado de mí para formar Serú, y Charly un día antes había hablado con Moro. Si no, yo hubiese estado en Serú Girán. Pero bueno, me llamó y me dijo: “Vos y yo vamos a hacer un disco”. Fue bárbaro, porque tocar con Charly es fácil. Y fue un disco de muchas vueltas manzana: no encontrábamos el arreglo, salíamos a caminar, volvíamos y probábamos otra cosa. Yo usé mucho una Roland 808 para componer. Tuve la suerte y el honor de grabar con gente inmensa como Mercedes Sosa, Milton Nascimento, y supe cómo adaptarme a diferentes estilos. Después de Yendo… vino Clics Modernos y la gira, que se armó con Toth y Guyot, además de Fito, Fabi Cantilo y Gonzo y Melingo en saxos. Sonaba de puta madre. Con ellos mismos hicimos Piano Bar.
Ahí surge GIT.
Sí. A Alfredo Toth ya lo conocía de otros proyectos y con Pablo Guyot éramos amigos desde chicos. Daniel Grinbank venía diciéndome “Willy, tenés que armarte un grupo”, y bueno, nos largamos. Grabamos el primer disco en Ibiza, producido por Charly. Para el segundo lo llamamos a Santaolalla como productor. Le dije “queremos un disco de dientes apretados”; polenta. Ahí surgió lo de la lata, que es un tambor con una lata de zinc adelante; le daba ese sonido a la batería. No sabía si habíamos hecho algo impresionante o una mierda, y lo usamos en todo GIT II.
«El rock ideal tiene el swing del americano y las melodías del inglés».
Lo que hicieron ustedes en 1984 en Argentina es muy innovador sonoramente. ¿Cómo lo ves a la distancia?
Éramos unos locos de mierda. A los discos no les pusimos nombre porque pensábamos: «Que se los ponga la gente». Al cuarto le pusimos Primera sangre porque corrió sangre. Estábamos bastante locos. Mucha merca; por lo menos yo. Una vez, durante un show nos peleamos con Guyot arriba del escenario y nos empujamos por las escaleras. De ahí el título. Después de Primera Sangre me fui a España dos años, y a la vuelta grabamos Distorsión en los estudios Electric Lady, con Dave Wittman, el ingeniero de sonido de Zeppelin, Eric Clapton, Kiss. Un lujazo.
Es posible asociar la música de GIT a una avanzada que se dio afuera. ¿Qué los influenciaba, The Police, la new wave?
No teníamos tiempo en esa época para escuchar mucha música. Fui a ver a Queen, The Police y sí, impresionante. Pero todo en vivo. No decíamos: “Hagamos algo que suene igual a esto”. Sería deshonesto y sería pelotudo. Obviamente algo escuchaba porque estudiaba, hacía clínicas. El músico de rock ideal tiene el swing del americano y las melodías del inglés. Esa mezcla es Sting.
¿Qué te parecían los músicos y grupos de los ochenta con los que compartían la escena, como por ejemplo, Virus, Los Abuelos de la Nada, Calamaro, Spinetta?
Me impresionaban. Cada uno tenía su estilo, su color, su música, su letra, y todos sonaban de puta madre. Virus me encantaba, también Los Abuelos. Y además éramos todos amigos, gente divina, mucha creación. No digo que no la haya ahora, pero hay mucho mirar el pasado. Yo creo que hoy deberían empezar a mirarse a sí mismos, hacer esa introspección personal que te lleva a hacer tu música. Escucho cosas de hoy y me hacen acordar a Virus, a Soda, a nosotros. De hoy me gusta Coldplay. Y de acá escuché un tema de Estelares que me pareció bien, con su estilo, su color de música, su melodía y armonía. Hay que continuar.
Contame un poco sobre Es Por Amor Tour, la gira que estás presentando en argentina con Willy Iturri de Git.
Arrancamos el 3 de junio en La Trastienda y después vamos a girar por todo el país. Extraño a la gente y ellos también a mí. El show está basado en los temas clásicos, con mucho rock, y va a haber algunos temas nuevos. Me gusta mucho el escenario, lo amo. Soy feliz cantando y tocando. Y jodo mucho, me gusta hacer participar a la gente.
¿Lo seguís disfrutando de la misma forma después de tantos años tocando en vivo ininterrumpidamente, tanto acá como en el resto de Latinoamérica?
Totalmente. Chile, Colombia, son increíbles. Este es un show muy conocido afuera que ahora vamos a presentar acá, durante un año por lo menos. Estoy con muchas ganas.