El 2019 de Valeria Lynch comienza con la grabación de la segunda parte de Extraña dama del rock, álbum que editó en 2017 y donde reversionó, junto a diferentes invitados, varios clásicos del rock nacional. León Gieco la acompañó en “Ella”, Ricardo Mollo en “Par mil”, con GIT grabó “Fue por amor”, David Lebón se sumó en “Mundo agradable” y Los Tipitos colaboraron en “Fue amor” y “Dulce condena”.
“Me costó convencer a Sony que podía grabar un disco de rock; fue un pedido mío. Les probé que siempre fui del palo del rock cuando todos los rockeros dijeron que sí enseguida”, le dijo a Billboard. “Después de que salió el disco la compañía me pidió por el volumen dos”.
“Yo nací haciendo rock en la década del setenta cuando era una música marginal. Me metí en los sótanos con el Flaco Spinetta, el Negro Rada, Horacio Fontova, Pappo y muchos más. Después me fui por el lado de la balada pop y mal no me fue. Ahora volví al rock, siempre lo tuve en mi corazón”, explicó.
El volumen dos de Extraña dama del rock contará con las colaboraciones de Rolo de La Beriso, el Negro Rada, Beto Cuevas y Los Auténticos Decadentes, entre otros. “Estamos detrás de Charly, él ya me dijo que sí, espero que se termine dando”, reveló. La producción estará a cargo de Alvaro Villagra. “Es el sonido del rock nacional, le dio una vuelta de tuerca a esta segunda entrega versionando mis temas en rock. Hicimos una lista de cincuenta canciones y fuimos seleccionando”.
La cantante no tiene complejos ni tabúes para contar que en este último tiempo utiliza el autotune como un recurso estilístico y de perfeccionamiento. “Es una herramienta y la uso. Soy una laburante, no tengo poses de diva ni nada de eso. Siempre busco lo mejor para mis álbumes. En los ochenta y los noventa me iba a los Estados Unidos a grabar para lograr un mejor sonido. Hoy en día ya se igualó la tecnología”, asegura, para luego rematar: “Fui la primera artista latinoamericana en usar vocoder. Hay que aprovechar los recursos”.