¿Cómo te imaginás a un oyente de tu programa?
Por el horario que manejo ahora, el oyente es claramente alguien que escucha música todo el día y es también un fan de la radio en general; porque si fuesen solo melómanos, pondrían Spotify o YouTube, y a otra cosa mariposa.
¿Pensás en algún determinado perfil de oyente cuando hacés radio?
Es imposible hacerlo, porque las redes sociales te devuelven un perfil supercertero; sabés que está una señora cocinando con vos de fondo, también un pibe que vuelve de la facultad en el 36, chicos en la cocina de un restaurante, el tachero que se agotó de Aspen, de todo. Es imposible hablarle solo a un tipo de persona, porque Blue es una radio ecléctica. Está el que celebra lo nuevo de Katy Perry y uno que se vuelve loco con Alice in Chains o Soundgarden. El público se volvió generador de contenidos a través de las redes.
¿Qué opinás del recambio tecnológico y cómo creés que afecta a la comunicación?
Es inevitable el avance y es piola que esto de las redes haya generado un nuevo modo de entretenimiento y a veces de reflexión, de espacios que antes estaban reservados para la tele, la radio, el cine, el teatro, todas formas clásicas de llegar a la gente. Pero al estar todo tan a mano, nos volvemos opinólogos e impacientes. Es como haber formalizado una charla de sobremesa que a veces debería quedar ahí, con el café y las migas del morfi. Ya nada es unilateral: se le quitó ese poder a quienes están al frente de una cámara o de un micrófono, y se ampliaron las voces, cosa que me parece fantástica.
¿De qué manera hacer música te ayuda a mejorar en tu trabajo en la radio?
Mi labor es presentar canciones y tirar data que me interese sobre las intros y los fades. Así que ayuda a manejar los ritmos de cada tema y que no suene forzado y a destiempo. Pero ahora que pienso, no hace falta ser músico para ser buen presentador.
¿Cuál fue para vos tu hit periodístico?
No sé si fue un hit, pero es algo que me importó solo a mí, cuando me encontré entrevistando a un emblemático periodista y editor de la Rolling Stone yanqui, David Fricke. El tipo tiene en su currículum charlas con Kurt Cobain antes de morir, los Stones, Pink Floyd, Metallica y lo que se te ocurra. Además, es alguien que con tantos años de carrera sigue yendo a ver bandas under y a descubrir cosas nuevas. El auténtico “enemigo” citando la película Casi famosos: el típico periodista de rock. La charla fue increíble, no hubo respiros ni en las tandas, y se sorprendió por la data que tenía sobre él. Lograr que la gente se abra con vos sin ser famosa y estar orgullosa del resultado es hermoso e impagable.
¿Quiénes son tus referentes en el medio?
Eso de los referentes lo veo tan raro como las influencias en las bandas. Si te digo que soy fan de los Beatles o de Stevie Ray Vaughan, difícilmente encuentres algo de ellos en mi modo de tocar. Una cosa son los profesionales que admiro y otra distinta es intentar imitarlos. Si vas por ese lado, estás en el horno. Pero intuyo que quieren nombres, así que les diré que celebro el ritmo radial de Matías Martin, la inquietud de Fernando Peña, el modo de hacerte viajar de Dany Jiménez y los que se calzan al hombro programas solos y los llevan de mil maravillas, como supo hacer Tapa Martin y lo que hacen actualmente Tania Wedeltoft y Toma Durrieu.
#PartyOn ¡La #Popstorm nos hacía falta como nación! Genias, @trinilopezr y @NatKatNat, ya me levantaron la noche. https://t.co/XRvIri6w2T
— Alan Mealla (@puntomorto) 6 de mayo de 2017
@trinilopezr @bluefm @VamosDeVueltaFM Sigan con la música feliz que hoy no se estudia y no se sale, mi fiesta son ustedes!
— Renzo Mancinelli (@renzococ) 6 de mayo de 2017
Nos fuimos. Hasta el lunes a las 21. Buen fin de semana