¿Qué espera uno de The Wailers cada vez que tocan? Entre otras cosas, que vengan con la mayor cantidad de miembros originales posibles. En esta ocasión, fueron dos: Tyrone Downie, tecladista desde el álbum Rastaman Vibration (1976), y Junior Marvin, guitarrista desde Exodus (1977). Dos leyendas que supieron acompañar a Bob Marley hasta 1981. Por eso, ante la ausencia de Aston ‘Family Man’ Barrett −bajista original y director musical de The Wailers−, ellos fueron los que manejaron los hilos de la banda, que respondió sin fisuras e interpretó cada uno de los clásicos de manera irreprochable. Podría decirse que ambos se pusieron la camiseta y salieron a la cancha, aunque Tyrone Downie tocó en cuero debido al calor.
Por otro lado, si bien no hay temas para saltear en los discos de Bob Marley, no es redundante elogiar el repertorio que The Wailers eligió para esta presentación: Wake Up and Live, Roots Rock Reggae, The Heathen, Midnight Ravers, Exodus, One Love… La lista es larga, casi dos horas del mejor reggae roots de la historia, por lo que cuesta no incluir en la enumeración Three Little Birds, Buffalo Soldiers, Is This Love y I Shot the Sheriff. De hecho, las 3000 personas que fueron a Obras lo reconocieron. Algunos bailando, otros cantando y la mayoría aplaudiendo los momentos destacados de los músicos, como el solo desafiante de Junior Marvin, el despliegue vocal de Tyrone Downie en The Heathen o el canto cómplice con el público en I Shot the Sheriff.
Por supuesto, no faltaron los clímax grupales, como la versión aplanadora de Exodus, o los pasajes envolventes de rub a dub style, donde muchos cerraron los ojos y se dejaron llevar. También, hubo tiempo para intercalar tres temas exclusivos de The Wailers, llegando este “interludio” a su pico máximo en My Friend, que pertenece al disco Majestic Warriors (1991).
Anoche también fue el turno de Nonpalidece y The Wailers ante un Estadio Obras colmado!