“¡Todavía no terminamos! Que hayamos cumplido treinta años de carrera no significa que se tiene que acabar”, anuncia eufórico Alex Paterson, cofundador de The Orb y único miembro desde sus inicios. Y no es para menos: la banda que fue precursora en los sonidos ambient de Londres durante finales de los 80, aún hoy continúa entregando material a la altura de su legado.
No Sounds Are Out of Bounds, publicado en junio de este año, mantiene una frescura sonora que incita al baile y a la reflexión política con la misma profundidad que el azul y el lila se entrelazan en su portada. “Si tenés una cierta edad, es necesario hacer tu descargo político”, razona, a días de presentarse con The Orb en el marco de Mutek, el próximo 15 de septiembre.
¿Cuáles son los logros más importantes de No Sounds Are Out of Bounds?
-Involucrar a Roger Eno [el hermano de Brian] en el disco era uno de mis sueños. Siempre quise que trabaje con The Orb. Y el otro logro brillante fue conseguir que Jah Wobble [bajista original de Public Image Ltd] toque el bajo después de haber grabado con nosotros en las sesiones de “Blue Room” de 1992. Entonces, se cerraron muchos círculos.
El disco tiene un tema llamado “Ununited States” [Estados Desunidos]. ¿El contexto político mundial influyó en la composición de un álbum diferente?
-Podría ser “Estados desunidos de la mente”. Hay algo muy Monty Python en ese título. ¿No te parece que los Estados Unidos están un poco separados en un montón de formas de ver a la política? Están muy desunidos. De todas formas, eso es un poco una teoría conspirativa, y The Orb siempre disfruta de las conspiraciones.
¿Creés que la política tiene lugar en un disco de música ambient y dance?
-No, creo que no se debe involucrar. Pero el mundo no es el mismo que hace treinta años, cuando empezamos. La verdad es que tengo treinta años más, y sé muchas cosas que en ese entonces no sabía. Pero nunca fuimos una banda política. Aunque títulos como el de “Ununited States” hacen pensar a la gente, tienen un efecto. Y eso es genial. Si tenés una cierta edad, tenés que hacer tu descargo político. Y si es uno pequeño como este, sirve igual. En noviembre volvemos a Estados Unidos, pero no hacemos shows en estados republicanos, solamente en los democráticos. Punto. ¿Qué te dice eso? El Cinturón bíblico [gran parte de la región sur del país donde predomina el cristianismo evangélico] no escucha a The Orb…
En una entrevista dijiste que cuando Margaret Thatcher estaba en el poder, The Orb simplemente quería relajarse en la pista de baile, mientras que bandas como Massive Attack cantaban acerca de la “perra reina”. ¿Te arrepentís de haber actuado de esa manera?
-Nosotros hicimos lo nuestro cuando los mineros fueron a huelga, mientras su gobierno estaba destruyendo a las minas en Inglaterra. Hicimos unos conciertos y les donamos las ganancias. Tuvimos nuestras declaraciones políticas. Aunque no necesariamente teníamos que hacer un disco así para que, 25 años después, la gente te pregunte por qué lo hicimos. Pero The Orb fue mi ruta de escape de la política. Y la de muchos otros.
¿Cuál creés que es el legado más importante que The Orb le deja al género?
-Seguir haciendo lo que uno está haciendo. Y no usar sonidos preprogramados, porque todo el mundo comienza a sonar igual. Eso asusta un poco. Y eso es lo que hace a The Orb único en su estilo, yo nunca uso ninguno de esos sonidos. Hago algo completamente diferente para llegar a eso que es parte de The Orb. Y otro aspecto importante es que no se trata de qué sabés hacer, sino a quién conocés. Hace treinta años la gente no tenía celulares, y si no sabés lo que está pasando y hacés música… man, es una mierda.
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Para más información sobre horarios y entradas en www.mutek.org.