Fecha de lanzamiento: 13 de enero de 2017
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Pasadas las tres décadas de vida, los comandados por Wayne Coyne, y de reciente paso por el festival BUE, editaron un disco colorido pero sombrío, texturado y de cotillón posapocalipsis: agridulce en todo sentido. Pero en verdad no es una banda, sino un estado: con bases ligadas al mundo del hip hop, su universo ahora se vuelve sonoramente más denso, especial para auriculares. Y atraviesa estados emocionales varios, que quizás tienen su laguna lisérgica y de relleno en el medio, entre Nigdy Nie (Never No) y The Castle, canción con la que el disco retoma la magia y despeja dudas. Interesa la presencia de Coyne como personaje central de este mundo, si no, da la impresión de un paisaje genérico, ya escuchado. Más allá de cualquier apreciación, hay que destacar esa manía del cambio constante: si bien está emparentado con lo hecho en Miley Cyrus & Her Dead Petz, lejos está del lúgubre The Terror (2013). Ahora bien, crucemos los dedos: que no se pasen de confeti, que si no, todo se vuelve una sátira.