
Desde siempre, la música de Thalia es vehículo de mensajes de inclusión, igualdad y empoderamiento. La artista desarrolla un arte y contenido que, disfrazado en forma de éxitos, sobrepasa barreras culturales y llegan a cada rincón del planeta. Su nuevo single sigue con esa línea. Con «Psycho B**ch», la artista demuestra su constante evolución, sin dejar de lado sus raíces musicales.
Su actitud aguerrida la acompañó desde siempre: destaca su primer álbum como uno de los hitos de su carrera. Un disco que, catalogado como sadomasoquista e inapropiado, vetado en radio y TV, impulsó que vaya a contracorriente: “Seguí adelante y no me dejé. Me deprimí y me encerré en mi habitación porque creía que acababa mi mundo, pero salí a seguir promocionando la canción y el disco, que hoy es de los más icónicos de mi carrera porque es una irreverencia para esa sociedad en ese momento. Fue un momento muy importante, en el que decidí salir por el sueño que planeé”, cuenta.
Vas a volver a sacar una canción después de casi un año sin sacar música, ¿qué se siente?
Me encanta, cada proyecto musical me inyecta de energía y alegría. Siempre estoy creando cosas y proyectos, pero este se coló de la nada, salió del corazón y dije: ‘’Hay que sacarla’’. Esta canción es una delicia y aquí estamos presentándola, realmente me pone muy contenta porque tiene un sonido como pop electrónico y disco retro con una letra increíble.
Estuve escuchando la canción y me encanto, se puede decir que trajiste algunos sonidos del pasado, ¿no?
Si, tiene un poco de estos sonidos que ya conocemos. Un retro delicioso que te pone de buenas, te saca un lado súper irreverente, te hace sentir libre y brillante, eso me gusta mucho.
¿De dónde salió esta canción?
Usualmente me mandan música, tracks y demos, pero me mandaron este y me enloqueció, inmediatamente me metí en el estudio junto a dos chicas compositoras. Grabé la canción hace aproximadamente dos meses y cuando la terminé sentía que algo no cuadraba, así que me encerré en mi cuarto y en diez minutos salió “Psycho Bitch”. Al día siguiente, fui al estudio y la grabé. También hicimos el videoclip y aquí estamos. Hay veces que las canciones son más preparadas, otras que salen en el momento y otras, como esta canción, en las que debés fluir con tu intuición. En toda mi carrera he seguido mi corazonada.
¿Qué nos podemos encontrar de nuevo en esta canción?
Es como tocar base con ese lado mío tan salvaje, sexy e inesperado. Está esa disyuntiva de Thalía que tiene esas baladas maravillosas, esas canciones tan cool y familiares con ese pop delicioso… De pronto, tengo el lado reverente, salvaje, sexual de canciones como “A quién le importa” y “Arrasando”. Esta canción es un guiño a ese lado mío tan propio, tómenlo o déjenlo, pero esa soy yo.
¿Aprendiste algo en el proceso de esta canción?
Si, definitivamente. Me di cuenta de lo increíble que es escuchar la corazonada de que lo que estás haciendo puede brillar más. Que debes pulir más porque debajo está el diamante, a veces no se les hace caso a las corazonadas por estar distraído o cansado, pero hay que escucharla y no perder esa intuición.
¿Cuál es tu secreto para seguir haciendo música después de tanto tiempo y estar tan radiante?, ¿cómo hiciste para superar los momentos en los que esto te costó más?
Como en todo creo que cuando hay un proyecto, te creas una historia y la empiezas a desarrollar, a hacer realidad, sigues adelante, enfocado y reinventándote refrescando tus puntos de vista. Tengo muy claro que la vida es cambiante, tengo un modo de vida en que cada día es una oportunidad para empezar de cero y así la vivo, eso me ayuda en mi forma de llevar mi vida profesional, personal y empresarial.
¿Cuáles dirías que son los 3 momentos más importantes de tu carrera que sentís que te forjaron como Thalía?
El primero sería mi primer disco solista, que fue a contracorriente desde el primer sencillo porque fue catalogado como sadomasoquista, como no apropiado para la sociedad de ese momento y fue vetado de las radios y de la televisión. De igual manera, seguí adelante y no me dejé. Me deprimí y me encerré en mi habitación porque creía que acababa mi mundo, pero salí a seguir promocionando la canción y el disco, que hoy es de los más icónicos de mi carrera porque es una irreverencia para esa sociedad en ese momento. Fue un momento muy importante, en el que decidí ponerme los pantalones y salir por el sueño que planeé.
Otro momento definitivamente fue salir de México y descubrir que en territorios como Indonesia, Filipinas, África, Francia y Brasil cantaban mis canciones en español. No entendía como había logrado que estén cantando “Amor a la mexicana” o “Piel morena”, fue una bendición para mí y me voló la mente. Eso mismo hoy podemos verlo con los charts, podemos ver como Bad Bunny arrasa con el mundo cantando en español, me parece algo increíble.
El tercer momento es haber tenido la oportunidad de cantar con tantas leyendas y compañeros de los que aprendo siempre algo. Desde un Tony Bennett hasta Maluma en sus inicios, Prince Royce o Natti Natasha, aprendo de ellos y ellos aprenden de mí, ese ir y venir de conocimiento que se da en las colaboraciones es una maravilla porque en la música cada uno tiene una visión diferente, pero al momento de unirse se da una explosión que genera un hit.
¿Qué consejo le darías a un artista que está empezando?
Hoy, las plataformas digitales hacen que las personas tengan un nicho donde encuentren quien reciba sus mensajes, esos receptores que ven la vida y perciben las cosas como ellos. Lo que yo les aconsejo es que se avienten a ser ellos mismos, que no busquen copiar a lo que esta viral, sino que se apeguen al mensaje que quieren dar a través de la música, actuación o la profesión que tengan. Deben comprometerse a hacer contenido para su gente y a hacer algo constante para los que te están conociendo y confiando en ti porque esa plataforma pequeña puede hacerse gigantesca y de la nada puedes tener un ejército que apoye tus sueños y estén de tu lado ayudándote a cumplirlos.
Hoy en día el terreno musical es mucho más fértil para las mujeres que antes y vos sos responsable de esa evolución, ¿te sentís un poco madrina de las mujeres en la música?
No diría madrina, pero siento que cuando arranqué teníamos otro tipo de herramientas en cuanto a la difusión de tu mensaje, producción, canción o interpretación. Hoy es mucho más fácil y tangible en un segundo. Creo que sí me tocó luchar muchísimo más que a estas generaciones, pero antes de mí también hubo otras que lucharon más que yo. Esto se trata de dejar un sello y de forjar un camino para las próximas generaciones.
Recién nos hablaste de Bad Bunny, ¿crees que esta es una época dorada para la música en español?
Todo es cíclico, si te pones a ver a Desi Arnaz o a Carmen Miranda fueron pioneros, luego hubo otra ola con Julio Iglesias y Gloria Estefan, también tuvimos la ola de Ricky Martin, Shakira y Enrique Iglesias, pero esta nueva ola verdaderamente es en español, pero en las olas anteriores nosotros intentábamos hacer el crossover en inglés, con nuestras raíces y sonidos, pero en inglés, ahora no, ahora es puro español y me parece una maravilla porque los grandes artistas actuales que cantan en ingles hacen crossovers cantando en español y eso es una joya.
Si hace 10 años yo te decía que esto iba a suceder, ¿Qué tan posible lo veías?
Lo creería, por supuesto.
¿Te sigue sorprendiendo la compañía y la reacción de los fans?
Si, para mí la ThaliFamilia es realmente una maravilla en mi vida. Son constantes, leales. Están desde el día uno, son personas ya profesionales, pero sin embargo son apasionados y pasan mi mensaje a las nuevas generaciones. Hoy estamos cada vez más conectados a través de mensajes y gracias a eso puedo contactarme con mis fans húngaros, brasileños, griegos y de todo el mundo que me recomiendan artistas nuevos o distintos sonidos, están siempre conmigo, hasta en mis peores momentos.