“Estabas de turista en tu propia casa, todo se sentía tan moral, / estabas gastando plata a lo loco, hombre blanco”. El nuevo disco de Telescopios es una declaración política y social en cada una de las 11 canciones que conforman Doble de riesgo, con composiciones electro pop pseudo alegres. Hay historias, son ficciones, son denuncias sobre colchón de ansiedades, tensiones, burguesía.
Hay riesgo y hay ganancia en este tercer disco de Telescopios. Desde la sonoridad, Doble de riesgo es un disco pop, bien grabado, con buenos músicos, con gran sentido del tiempo de la escena pop argentina. Quizás porque el disco anterior, El templo Sudoku, los llevó hasta escenarios como el Music Wins 2016, ahora Telescopios se juega por un disco que necesita varias escuchas para traspasar el ritmo suave y onírico del pop bien ejecutado para llegar a las letras, donde está el prisma verdadero.
Dicen ellos: “Nos costó más escribir este disco, porque si bien las letras son ficciones, las cosas que decimos pretenden atravesar al que las escucha en las sensaciones más reales (o incómodas)”. El resultado es un disco que no opone resistencia, que ofrece una escucha con el cuerpo y que te hace bailar sobre un retrato de época, sobre una historia de una pareja que tiene que pagar el alquiler, otro que sufre el aburrimiento digital como síndrome generacional, una película de soledad entre amigos.
La voz de Rodrigo Molina habla de un cuadro inquietante mientras que la textura es suave, acaramelada. Ese juego de contrapunto con el sonido dulce de teclados, baterías electrónicas y guitarras de punteos agudos, a cargo de Bernardo Ferrón, Nicolás Moroni y Cucho Ortiz, conforma la base del carácter crítico del disco, le da una personalidad que pocos discos en el país logran.
“Me siento tan común y todo es tan normal otra vez”, dicen mediando el disco. El pop cordobés es cosa seria hace años, pero este tercer disco de Telescopios los posiciona en otro lugar: hicieron 11 canciones para sonar en grandes escenarios. Por lo pronto, el 5 de mayo en Club Paraguay (en Córdoba) y el 15 de junio en La Tangente (Buenos Aires) será el momento para ver en vivo a estas tensiones creativas. El disco tiene riesgo, el riesgo fue bien tomado. Hay pop.