
La única manera de soportar el caos de tránsito en Nueva York es, para los músicos de Stone Giant, pensar en la fecha del día siguiente: van a tocar en el Bank of Pavilion de Gilford, New Hampshire, a unos 400 kilómetros hacia el noreste, antes de los shows de Peter Frampton y de Lynyrd Skynyrd. Será otro ítem destacado de su joven pero ya nutrido currículum, en cuyo apartado de estudios se lee Berklee College of Music. Tener credenciales de este conservatorio de Boston –de donde también egresaron referentes como Quincy Jones, John Mayer o Steve Vai– es la carta de presentación más importante para la banda liderada por el guitarrista y cantante argentino Sebastián Fernández (27) y el tecladista brasileño Joao Nogueira (29), que el próximo 23 de octubre va a pisar escenarios locales por segunda vez en la última jornada del Personal Fest, compartiendo line-up con No Te Va Gustar, Cypress Hill, The Kooks y The Vaccines, entre otras. Significará el regreso después de haberse presentado este año en el Lollapalooza argentino y en Niceto Club a sala llena.
Tener credenciales del Berklee College of Music –de donde también egresaron referentes como Quincy Jones, John Mayer o Steve Vai– es la carta de presentación más importante para la banda.
Hacia New Hampshire viajan en su propia van. Son tres horas las que demanda cruzar desde Brooklyn hasta Nueva Jersey –Manhattan de por medio–, donde el baterista chileno Pepe Hidalgo espera que lo levanten antes de seguir hacia el norte (Hidalgo dará su último show antes de dejar la banda por motivos personales y ser reemplazado por el cubano Alejandro Enríquez Tarride). Para manejar, Sebastián se turna con Nicolás Boskis (29), el otro argentino, el mánager, que después de haber pasado por distintas facultades argentinas relacionadas con la música, emigró a Boston para estudiar Music Business en Berklee. A Nicolás le dicen “Borgui”: “Alguien una vez pensó que me llamaba así, y de ahí quedó para los amigos Borguinson –por la melena de Morrison– o Borguidamus –por mis estudios astrológicos–”.
En su álbum homónimo –el único hasta el momento–, Stone Giant sublima su libido de rock pesado y blusero que parece un redescubrimiento entre el polvo que dejaron los 70. Porque si la Gibson SG de Sebastián pone la cuota de riffs a lo Steppenwolf, Vanilla Fudge o Blue Cheer, los teclados de Joao Nogueira terminan por darle el tono progresivo que funciona como imán definitivo para nostálgicos. El disco fue producido por Fernando Lodeiro, el ingeniero de sonido venezolano que trabajó con artistas como Paul McCartney, Lady Gaga, Sting y Esperanza Spalding (con quien ganó su primer Grammy). Una vez terminado –en los estudios Water Music de Nueva Jersey–, lograron masterizarlo en Abbey Road gracias a Axel Lang, un agente argentino que hoy toca teclados con el Indio Solari.
El virtuosismo de Stone Giant, sobre todo en la interpretación del rock duro de bases, captó la atención de Jimmy Page […] [Fernández] Compartió zapadas en la intimidad de la casa de Page y, a través de su gestión, el héroe de la guitarra recibió el Doctorado Honorario por parte de Berklee.
El virtuosismo de Stone Giant, sobre todo en la interpretación del rock duro de bases, captó la atención de Jimmy Page. Todo empezó a gestarse cuando Sebastián Fernández salía con una chica que resultó ser sobrina de su ídolo. A partir de ahí, el argentino comenzó a construir la escalera a su propio cielo: compartió zapadas en la intimidad de la casa de Page y, a través de su gestión, el héroe de la guitarra recibió el Doctorado Honorario por parte de Berklee, con un concierto especial donde Stone Giant se lució interpretando temas de Led Zeppelin frente a 10.000 personas, con el propio Jimmy Page en primera fila.
Hechos en Boston
En una de las primeras clases que tuvo Sebastián, un profesor les preguntó a los alumnos para qué querían estudiar en un lugar como Berklee, un conservatorio al que ingresa solo el 30 por ciento de los músicos que aplican en el mundo. “Para formar un supergrupo”, respondió el guitarrista, que a los pocos días conoció a Nogueria, su primer socio en Stone Giant. El brasileño viaja en la última fila de asientos en la van y lleva puesta una remera celeste que reza “Socialism Sucks” [El socialismo apesta], con la misma tipografía que usa el Partido Demócrata. Es un liberal acérrimo, convencido y estudiado. Tan así que uno de sus proyectos paralelos se llama Los Académicos de Milton Friedman, donde se despacha con sambas políticas e irónicas, como la que le dedica a nuestra expresidenta en Por una Cristina.
“En la primera clase de inglés que tuve, vi a Joao entrar con una remera de Argentina. Tenía el pelo más corto, estaba sin barba. Más pinta de asesino serial”. Cuando Sebastián y Joao se conocieron, se encontraron con que compartían gustos por Led Zeppelin, Black Sabbath y AC/DC. “Ni sabíamos cómo tocaba cada uno, pero se abrió una puerta y nos juntamos a zapar”. Borgui es el copiloto durante el primer tramo. Detrás, en la segunda fila de asientos, viajan este cronista y Pedro Zappa (26), el bajista portugués, que se abstrae durante horas jugando con el celular a la versión más moderna del Snake. Las pocas veces que interviene con comentarios, lo hace acariciando su barba tupida y sugiriendo alguna canción para escuchar, con un tono suave y distintivo que no llega a ser femenino. “Soy una lesbiana en el cuerpo de un hombre”, dice cuando alguien hace mención a su personalidad sensible.
Pedro comparte tutoriales de bajo en YouTube y toca ocasionalmente para otras bandas. Es el más abierto a escuchar nuevas influencias y hasta grabó su propio álbum como solista –el conceptual The Connection– bajo el pseudónimo de “Flabergast”, en donde se percibe su interés por sonidos psicodélicos que remiten a Syd Barrett. Además de ser compañeros de banda, Sebastián, Borgui y Pedro conviven en un departamento del barrio de Bushwick, en Brooklyn, junto a un cuarto compañero, Felipe Campos (28), también argentino, también músico, también egresado de Berklee, y a quien se puede ver en YouTube cantando junto a Stone Giant la versión de The Ocean en el homenaje a Page.
Pedro Zappa se sumó a la banda por recomendación de Joao. “Y al Borgui lo conocimos antes, en la época del descenso de River”, recuerda Sebastián en referencia a la tarde del 26 de junio de 2011, cuando se cruzaron en una casa de Boston gracias a unos amigos en común. “Al principio no teníamos mánager. Yo me ocupaba un poco de conseguir los gigs, pero era medio paja. Borgui se consolidó en 2014, cuando se con confirmó el show de Jimmy Page. Enseguida empezó a mandar mails de prensa y consiguió una nota en TN”.
Después del éxito del concierto para Jimmy Page –y antes de instalarse en Nueva York–, Sebastián, Borgui y otros amigos argentinos se mudaron a una casa grande en Boston, que tenía su propia sala de ensayo. “Se convirtió en una casa de joda. Venía gente a zapar, a hanguear. Esa casa creó un movimiento de la gente que estaba en Boston haciendo música. La llamamos ‘La Querusa’, y ahí escribimos el disco”, recuerda el guitarrista, que canta en la banda desde que se cansó de mandarles las ideas a otros cantantes para que entendieran qué quería él desde la voz. “Naturalmente se terminó dando que yo tenía que entrenar para cantar. Al principio era medio choto, pero eso nos dio otro boost”, explica Sebastián. Haber asumido ese rol fue una señal de liderazgo, una reafirmación de aquel deseo que hizo notar desde sus primeros días como alumno de Berklee.
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Próximas fechas en Argentina:
23 de octubre: Personal fest
27 de octubre: Teatro Vorterix – Buenos Aires
28 de octubre: Córdoba, lugar a confirmar.
29 de octubre: Teatro Vorterix de Rosario.