Living The Dream es el registro definitivo de ese proceso iniciado antes de su reconciliación con Axl Rose y es, también, la confirmación de que el sello personal de Slash alcanza para dar forma a un álbum eficiente para alimentar a sus fans.
El sucesor de World on Fire se explaya en riffs potentes, solos de alto nivel de épica y un respetuoso desarrollo de las variantes del hard rock, con toques de power pop (“The Call of the Wild”, “Driving Rain”) y un par de baladas acarameladas. La banda acompaña, el cantante muestra su oficio y el guitarrista líder ofrece su catálogo de maniobras y artilugios distorsionados. Pero si alguien piensa que Slash puede abrirse a nuevos territorios, es momento de aceptar el peso de los hechos. En cambio, si el plan es subir el volumen y dejarse llevar por un puñado de canciones rockeras bien ejecutadas, Living the Dream es una opción que rankea alto.