El single tiene su origen en una subida al templo del Tepozteco, en México, que realizó la cantante. Las distintas fases de la ascensión, las inseguridades, la búsqueda interior… Y una resolución: como dice la letra de la canción, “la respuesta estaba dentro de mí”.
“Me iban explicando la ascensión como si fuese la vida misma”, relata Rozalén, que entendió que nuestros días felices no pueden depender del deseo ajeno. Porque ese es el mensaje de autoafirmación personal que se desprende del tema.
La canción formará parte del que tras el verano se convertirá en su cuarto trabajo, impregnado de esa filosofía suya que apuesta por entregarnos a los demás a partir de nosotros mismos. “Porque mimarse a uno mismo no es dejar de lado a los otros, sino todo lo contrario”, reflexiona la cantante y compositora.
«Y BUSQUÉ 🌲💚 Esta noche a las 00h será vuestra y estaré en YouTube respondiendo a vuestras primeras impresiones del videoclip… Mi ilusión sigue intacta cada vez que os enseño una canción nueva», escribió la cantante en su Instagram.