Otro Lado es el segundo disco de Rosario Ortega. Luego de Viento y Sombra (2012), la artista se tomó el tiempo necesario para la producción de un nuevo trabajo discográfico. «Estaba con mucho proyecto y lo postergaba, vi que no me estaba haciendo cargo de lo que tenía para mostrar», confiesa.
El disco es fruto de dos años de trabajo, viajes y encuentros con músicos y productores como los mexicanos Marian Ruzzi y Ernesto “El Netito” García, y los argentinos Matías Cella (Jorge Drexler, Kanaku y El Tigre), Salvador Colombo (Bandalos Chinos), Nahuel Barbero (Hipnótica), Mariano Di Césare (Mi Amigo Invencible, El Príncipe Idiota) y Lautaro Cura (Isla de Caras).
En 2011 se sumó a la banda de Charly García, donde además de tocar en los mayores estadios y teatros, grabó el disco Random (2016). Además, compuso música para cine y puso su voz en canciones de la banda Meteoros.
Llegó el álbum, termina el año, una satisfacción, ¿no?
Sí, ya lo venía atrasando hace bastante y cuando en abril vi que esto tenía para rato, sin otros proyectos, aproveché para hacerme cargo. Tuve la necesidad de que sea una liberación contra este año.
Un álbum corto…
Sí, no quería que haya ninguna canción de más. Quería que todas tengan su impronta, su historia y todo. Me gustaría no perder el ritmo y empezar a sacar uno por año, año y medio. Quería que sea un disco conciso y me gustan los discos cortos a mí.
Hablemos de las participaciones, Kevin, Nahuel…
Tenemos mucha onda hace unos años, Nahuel es un gran cantante y amigo, tenemos mucha onda. Me gusta cómo compone, lo busqué para sumar dos canciones de cero este año y la experiencia fue buenísima. Y Kevin es un dueto pero no tanto «pregunta-respuesta», sino los dos a la vez. Fue curioso, vino a grabar y nos faltaba un poquito de letra. Cuando la terminé, me envió su voz por audio y nos gustó el efecto.
La cuarentena fue una suerte de bendición para el álbum
Sí, tengo muchos temas que quedaron afuera de hace muchos años y creo que igual van a gustar. Algunos son mucho más pop, incluso los puede cantar otra persona. Yo me tengo que identificar mucho con el tema y si es un sonido que no me suena a mí, no me da lo mismo sacarlo que no. Las canciones fueron madurando a un sonido que me gusta, fue una búsqueda.
Hay un mood…
Sí, me gusta cuando pasa eso en los discos. Cuando no te dan ganas de sacarlo y cuando una canción es corta y te deja con ganas de más.
«Luminosidad» es mi favorita y siempre recuerdo a Dani Giménez que dijo que tu voz parecía tan frágil que parecía que iba a quebrarse
Sí, puede ser. Es la voz que me tocó.
¿Cómo fue la grabación?
A diferencia de Viento y Sombra (grabado por Jesse Harris, un amigo mío productor de Nueva York) en Luján, este fue muy diferente, fui a México, empecé a componer con Ruzzi, después lo agarró Matu Cella, estudio El Mar, algo en Miami en un viaje. La cualidad es que cada canción tiene su lugar, se grabó mucho en home studio como decís. Ahora tenés un buen micrófono y ya está. No perdés tiempo en otras cosas. Pero igual, me gustaría volver a hacer eso de grabar todo en dos meses. Es como tu siguiente relación, buscás un poco lo contrario. Y en un disco pasa eso, no quiero repetir patrones, por eso me gusta viajar y conocer gente nueva, no me gusta repetir las fórmulas.
Aparece Caloncho en el álbum
Sí, Caloncho no quiso que sea un featuring, sino un tema propio de él también. Es de los dos, de hecho su parte la escribió él. Le mandé la melodía y él escribió. Tardó como un mes, pero se copó, se involucró y aportó desde Guadalajara.
Como dijo Charly, «Los discos se abandonan, no se terminan»
Sí, este año me dije que tenía que abandonarlo y los temas nuevos tuvieron su tiempo también. Si le seguís buscando la vuelta podés estar años, y este disco tiene esa particularidad, temas que sufrieron muchos cambios y temas que se hicieron en un mes. Estaba con mucho proyecto y lo postergaba, vi que no me estaba haciendo cargo de lo que tenía para mostrar. Me escondía un poquito.
Sos autoexigente, además dicen que el segundo disco marca a dónde van los artistas
Sí, y no me cierro. Tengo tantas influencias que creo que voy a ir para muchos lugares, uno solo conserva la voz. Yo creo que la voz la encontré, pero me gusta mucho explorar sonidos, salvo algún género que no me guste, no me cierro.
Te sorprendieron los números, ¿te interesa?
Sí, me interesa. Me interesa al mismo nivel que un amigo venga y me diga: «Esta canción me encantó y la agregué a esta playlist» y escuchás la lista de canciones que te encantan. Qué bueno que una canción esté ahí y haya generado eso a esas personas, estás apuntando bien. No haría música que no me represente.
¿Cómo lo presentarías?
Me lo imagino mitad presencial y mitad streaming, no me lo imagino totalmente streaming. Niceto está bueno. Se puede logar un buen sonido ahí.
¿Te ves volviendo a hacer radio, actuación?
No me cierro, la radio me gusta mucho. Me encantan los podcasts. También me imagino ayudando a artistas, es algo que me vino a la mente este año. Estoy madurando y me gustaría entrar en otro territorio de la música. Creo que tengo una visión y quizá puedo dar pautas para dar una mano, no sé si en lo musical, sello, editorial, no me cierro. Seguiré haciéndome cargo de mí y sacando canciones con más ritmo. Actuación depende.
Como mujer, ¿te sentís más acompañada que cuando arrancaste?
Sí, a full. Creo que tiene que ver mucho con las redes sociales también. Se pudieron conocer más artistas. Antes era YouTube y no mucho más, pero estos años se tejieron más redes y las mujeres también se animan más.
¿Hay una escena no?
Sí, en la radio aún falta. Me interesa trabajar con mujeres, es un terreno muy virgen. Ahora armamos la banda y somos tres mujeres y dos varones.