El chovinismo argentino acerca de la pasión del público en los recitales en algunos casos es exagerado, y en otros, justificado. Nuestro país le dio a los Ramones el crédito que tanto se merecían y les fue negado en varios lugares del mundo. El 4 de febrero de 1987 era un miércoles cualquiera en Buenos Aires, con algunas malas noticias: había muerto el pianista Liberace, Perú estaba agobiado por las inundaciones y Boca perdía su invicto de verano con el Nantes de Francia. Sin embargo, ese día también fue la primera vez de los Ramones en nuestro país. Nacía un idilio inquebrantable.
A treinta años de esa mítica noche, el baterista Richie Ramone (único testigo presencial aún vivo) y el bajista CJ Ramone, (testigo de la última vez en River) tocarán por primera vez juntos. En esta charla telefónica con Richie, conectamos los puntos entre ese lejano 4 de febrero, y el que se vivirá el próximo sábado en el Teatro Flores.
Contanos un poco cómo va a ser el show del 4 de febrero…
Será una noche muy divertida y especial. Se cumplen treinta años de la primera visita de los Ramones a la Argentina. Pensamos que sería una buena idea celebrarlo el mismo día y hacer el mismo set de aquella noche. Estoy muy contento que tanto CJ como Mariano [Martínez, Ataque77] y Seba [Expulsados] se sumen a esta celebración. ¡Creo que va a ser una gran noche que nos va a traer muchos recuerdos!
Sos el único sobreviviente de esa noche, ¿qué recuerdos tenés de lo que pasó?
Yo nunca había vivido algo como lo que ocurrió; de hecho, la banda tampoco. La cantidad de energía y la locura de los fans, ellos vivían a los Ramones como una religión. Yo viajo por del mundo y muchas veces me reconocen en la calle, pero en Argentina es todo diferente. Por eso elegimos hacer este show acá.
¿Por qué creés que se dio esa relación tan especial con nuestro país?
No lo sé. Quizás, la primera vez que vinimos nos tomaron y conmovieron, realmente no puedo explicarlo, es algo completamente distinto. Como te dije, es una especie de religión. Los fans son muy especiales y leales pese al paso de los años, tras más de cuarenta años, cuatro generaciones de fans siguen allí.
Por otro lado, en Estados Unidos los Ramones no fueron muy apreciados. ¡Incluso siendo locales!
Es verdad, tampoco tengo la respuesta de por qué ahí nos trataban diferente. Todavía tenemos buenos fans en el norte, pero no se compara con la Argentina. Aquí todos aclaman ser los fans número uno de la banda. Se me acercan y me abrazan, me sostienen, lloran, es algo muy emocional para ellos conocer a un Ramone, y ahora van a ver a dos en el escenario. No sé hace cuánto tiempo que eso no sucede. CJ y yo no hicimos nunca un show completo juntos. Hace unos diez años tocamos dos temas juntos, pero esto va a ser completamente diferente, un show de primer nivel. Todos deberían venir a verlo, esto es histórico. Mucha gente me preguntó a lo largo de los años por qué no tocaba con CJ. ¡OK, ahora es el momento!
¿Qué sentís al ser parte del legado de los Ramones?
Fui parte de una de las bandas de rocanrol más grandes del mundo. Los Ramones le cambiaron la cara del rock. Yo fui parte de ese movimiento por unos años.
¿Cuáles son tus mejores recuerdos de la banda?
Cada momento es un buen recuerdo, ya sea uno bueno o uno malo. Tengo todas estas cosas para mirar atrás y disfrutar lo que ellos me enseñaron; cómo tratar a los fans, por ejemplo. Eran muy conscientes del esfuerzo que hacían los fans, que dejaban el dinero y el corazón para asistir a un show, así que siempre teníamos que dar el cien por ciento y respetar ese esfuerzo.
Desde tu punto de vista, ¿qué nos podés contar acerca de la relación entre Joey y Johnny?
[Hace silencio unos segundos] ¿Esos dos tipos? Uh… creo que todos han leído acerca de la historia entre ellos. No se agradaban mucho ni se hablaban, pero yo nunca noté mucho de eso en mis años en la banda. Llegué en un momento en que el grupo estaba más calmado, era un nuevo integrante y todos trataban de comportarse lo mejor posible. Creo que eso de no hablarse se agrandó demasiado en la prensa, no era tan así. Johnny era una persona muy privada, introvertida, metido en su mundo, mientras que Dee Dee, Joey y yo éramos más de andar juntos. Johnny no hacía nada de eso con nosotros, él era un hombre de negocios. Pero lo más importante acerca de los Ramones era que por mucho que estuvieran peleados, al momento de tocar ponían todas esas diferencias a un lado y las dejaban detrás del escenario.
Eso fue bastante profesional de su parte…
Cuando estás tocando y la gente viene al show, no mezclás tu vida personal con tu performance. Esa no es una regla a seguir, nunca tenés que hacer eso. Todos tenemos problemas, pero hay que dejarlos a un costado al subir al escenario.