Siguen pasando los años y la agrupación liderada por el guitarrista Walter Giardino no hace más que añejar como los buenos vinos. La banda que completan Adrián Barilari (voz), Fernando Scarcella (batería), Danilo Moschen (teclados) y Pablo Motyczak (bajo) no se conforma con expendirse en el extranjero y organizó una velada en suelo propio para dar cierre al año.
Luego del show sinfónico llevado a cabo hace un año y medio, Rata Blanca se volvió a reunir con una orquesta el pasado 30 de noviembre. Era la oportunidad para quienes se perdieron aquel recital, pero también para que la orquesta tuviera su revancha sonora, y levantar el volumen con respecto a aquella ocasión. Apoyados por pantallas, luces y pirotecnia, la banda se paseó durante dos horas y media por toda su carrera.
Al igual que ocurrió el año pasado, la noche arrancó con Rata Blanca siendo la única protagonista e interpretando sus temas del modo en que todos los conocemos, para posteriormente unirse a la orquesta en un segundo set, donde ofrecieron el modo sinfónico. “Muchas ciudades, muchos países, ha sido un gran año, gracias por venir” exclamó Barilari en su primera intervención. El vocalista, que no paró de agradecer durante toda la noche, lució su voz de principio a fin mientras alentaba al público a acompañarlo en cada tema, corriendo, sonriendo y saludando con el carisma que lo caracteriza.
Desde el arranque con “Los chicos quieren rock” hasta el cierre del primer set, con “Guerrero del arcoíris”, la banda dejó claro el momento que atraviesa musicalmente, destacando clásicos como “Aún estás en mis sueños”, “71-06 (Endorfina)”, “Volviendo a casa” y la versión acústica de “Mujer Amante” en la que Giardino se volcó a la guitarra española, mientras Scarcella golpeaba un cajón peruano y una dupla de cuerdas les acompañaba al fondo.
“Esto es lo que somos, una banda de rock n roll”, confesaba el eufórico Barilari, que solo le cedió el micrófono a Giardino cuando llegó el momento de sortear una guitarra autografiada entre los asistentes que llevaron un alimento esa noche para contribuir con un comedor infantil. “¡Somos rockeros loco! ¡Seremos rebeldes hasta el último suspiro!” expresó el guitarrista fundador en medio de un discurso en el que se mostró orgulloso de estar en la vereda de enfrente con respecto al marketing y la moda, rematando con un mensaje para el nuevo presidente: “Espero que apoye más al rock local”.
Pensando en quienes estuvieron en aquella noche sinfónica del 2018, la banda hizo notorios cambios en el set list, y a pesar de que redujeron el tiempo total del show, esta vez incluyeron otros temas como “Bajo el poder del sol”, “Talismán”, “El beso de la bruja”, “Haz tu jugada” y “Mamma”, ésta última con una foto de la madre de Giardino en pantalla, un claro homenaje para ella, a pocos meses de su muerte.
Acompañados por el director Damian Mahler y más de 30 músicos, la icónica banda de “rock metálico” volvió al escenario para un segundo set e interpretó ocho temas en formato sinfónico entre los que destacaron clásicos como “La llave de la puerta secreta”, “El sueño de la gitana”, “La leyenda del hada y el mago” y “El último ataque”, ésta última elegida para dar el cierre, con un Giardino inmenso en la guitarra y la combinación banda/orquesta haciendo temblar los cimientos del Luna Park. El volumen de los violines y cellos esta vez no decepcionó, dándole su merecida revancha a los músicos de la orquesta.
Explosiones, llamaradas y papelillos volando por el aire dieron la postal de despedida, una imagen que resume la noche vivida, en la que los fans pudieron disfrutar una puesta en escena de talla internacional y celebrar junto a Rata Blanca el futuro que les espera. “Ojalá podamos hacerlo una vez más” comentó Barilari antes del final.