Corría el año 2013 y Rocco Gardner (38) manejaba la productora de contenidos experimentales Escape Productions LLC, basada entre New York y Londres. En un viaje a Rancho de la Luna, un estudio de grabación de la zona, acompañó a los Eagles of Death Metal y se enamoró del lugar. Así decidió vender un departamento en su Gran Bretaña natal para instalarse en Rancho V: uno de los secretos mejores guardados que rodean a Coachella.
El sitio está ubicado a dos horas y media de Hollywood en la ciudad de Los Ángeles y a otras tres pasando por la famosa ruta 66 hacia Las Vegas, Nevada. Rodeado de polvo, generadores eólicos y la comunidad de Pioneertown, se encuentra a pocas millas del Parque Nacional Joshua Tree y a 40 minutos de donde se realiza el festival más importante de la costa oeste de Estados Unidos en Palm Springs.
Con el correr del tiempo ha recibido la visita de Arctic Monkeys, Johnny Deep, Peaches, Bob Moses, MK and Nero, entre otros artistas que eligieron sus instalaciones para alojarse y grabar sus canciones. «El rancho es visitado habitualmente por músicos, actores, productores, modelos, fotógrafos, escritores y amigos que quieren filmar comerciales, videos o películas. A pesar de que a veces recibimos ofertas con presupuestos ridículamente altísimos para venir, creo que no es un lugar exclusivo sino más bien privado», describe Gardner.
El pueblo más cercano fue fundado en 1946 por un grupo de leyendas de Hollywood como Roy Rogers o Gene Autry con la intención de formar una comunidad que revitalice los valores del pasado. Una de las citas obligadas es Pappy and Harriet’s, un mítico salón que emula la época western. Este restaurante está a pocos minutos de la montaña y es ideal para cenar o almorzar. Por las noches tocan bandas en vivo en un pequeño escenario. Por allí desfilaron muchas bandas que tocaron en Coachella. Artistas como Paul McCartney han dado shows inolvidables en el marco del Desert Trip. Esta zona de Estados Unidos se caracteriza por retroceder en el tiempo. A pocos metros, todos los días, se monta un espectáculo basado en las películas de vaqueros y sheriffs que disfrutan los niños en familia, y se pueden visitar locales que venden memorabilia de la época mientras se recorre gratuita y abiertamente el set de grabación de la famosa e icónica serie Bonanza.
Concuerdan los que pasaron por allí que la paz del lugar es inspiradora, especialmente por las noches donde las estrellas y el silencio otorgan un espectáculo natural único. El lugar -de 40 hectáreas- cuenta con una casa central, un helipuerto, un bar propio abierto las 24 horas llamado GOAT (Greatest of all times – El más grande de todos los tiempos), casas rodantes distribuidadas en el predio que son utilizadas habitualmente en Burning Man, un cine y -por supuesto- un estudio de grabación que combina instrumentos y tecnología analógica con las últimas novedades en materia de software e instrumentos digitales.