En PSOAS, su grupo de powerviolence, Juliana Rodríguez grita con un enojo sentido, visceral; en cambio, en Playa Nudista canta de manera despojada y toca la guitarra. El trío se termina de conformar por la bajista Agustina Magnaghi y la baterista Gimena Aguilar.
Sus canciones parecen ir en muletas, algo chuecas; rápidas y sencillas. Ese sonido resquebrajado y simple, lejos de ser una falencia, se propone como una búsqueda; las alinea a agrupaciones como The Urinals o Shonen Knife, en las que se intenta, con la menor cantidad de recursos, decir la mayor cantidad de cosas en el menor tiempo posible. Lo que atrae de su propuesta es que tocan un punk acelerado pero con tintes de surf rock. El reverb tiene el mismo peso en su sonido que la distorsión. Sus canciones pueden definirse dentro del punk por lo veloces, breves y sucias, pero desde las melodías vocales tienen un pie fuertemente arraigado al pop, especialmente por los coros de su base rítmica, que generan tensión frente a la ansiedad instrumental.
Sus letras encierran cierta comicidad y abren un abanico de tópicos diversos, algunos veraniegos, como el de “Cara ensangrentada”, que propone tomar gaseosas, leer cómics y jugar a los fichines, pero en “Vas a ir preso” no se olvidan de ejercer la denuncia al estado actual del rock argentino. En su Bandcamp, Playa Nudista se sintetiza en unos pocos tags: Miami, punk, champagne, garage punk, girls, Buenos Aires; lo que puede dar a pensar que se toman el proyecto en broma, pero lejos están de eso. En vivo son silenciosas, frenan unos pocos segundos para afinar o tomar un respiro.
Playa Nudista cuenta con un demo de cuatro canciones de las que solo una supera los dos minutos de duración. El trío terminó recientemente de registrar su primer disco, que se encuentra en proceso de mezcla y saldrá en CD. A su vez, están preparando la producción del videoclip del primer single, llamado “Comida”.
Si una playa nudista permite a su población despojarse de las ropas y ser libre, el trío propone lo mismo con sus canciones: mantenerlas lo más desvestidas que se pueda, con arreglos ínfimos y concisos.