El cantante y compositor lanzó recientemente «El cuento que cuentes», una canción junto a Claudia Puyó y Alambre González.
Contame de la historia de “El cuento que cuentes”, cómo se fue gestando. La historia de Yair Biela, la cuarentena…
Lo de Yair fue hace muchos años. Como en el 2011, yo iba al penal de Marcos Paz y llevaba algunas nociones de la ontología del lenguaje, algunas cosas de programación neurolingüística. Nos divertíamos ahí con un grupo reducido de los pibes de Marcos Paz. Pero lo que más necesitaban era un abrazo, lo más significativo de toda la jornada. Me quedé con mucha relación a través de Osqui también, el sonidista de Las Pelotas, Legendario, también Pastillas. Tocamos y en ese toque consolidamos la relación con Yair y pude evidenciar una transformación alucinante de él. Siempre fue un artista, trabajando la madera, hoy también la piedra. Hace poesías, hizo tangos, un genio.
La canción habla del encierro en libertad, toda la letra la hizo él. El darse a uno mismo, lo que vas a dar, esa es una frase hermosa. Siempre uno da lo que se da diariamente. Me parece formidable la letra. Y la participación de Claudia y Alambre es un sueño. La voz del grupo femenino argentino y el guitarrista número uno de acá. Fundador de formaciones rockeras. Juntar a mi amigo con mi amiga Claudia, yo iba a verlo desde los 14, 15 años.
El videoclip lo hizo Daniel de Vita, un amigo al que le está yendo bárbaro. Lo hizo todo en cuarentena con dos celulares. 289 tomas, se rapó, hace de loco. Es una locura, véanlo. No se puede creer que haya sido con celulares. Hay efectos posteriores, pero las ganas que le puso Dani salen de la amistad. Muy contento, es un presente hermoso.
Qué género el blues, ¿no? Es uno de los géneros que más climas tiene…
Y aparte es de lo primero que hubo. Es el tatarabuelo de todos. Del rock and roll y todo lo que vino después. Me mata porque hay una entrega de que “te tiene que gustar”. Yo soy mucho de aprender sobre la marcha. No soy un tipo de carrera. Por suerte hay gente que acepta viajar conmigo y me gratifica totalmente ,como estas figuras de primer nivel. Me mata, Alambre me decía hace poco, “No hagas blues”. Y yo pensaba que no querría que le saque el laburo, no sé. “Te vas a morir de hambre”, me dice. Me mató. Pero es alucinante cuando sale una canción como “El cuento que cuentes”. Anteayer me llama Claudio Kleiman diciendo que le encantó la canción. Increíble, para mí es un expreso imaginario. Vale oro, vale todo el oro del mundo. Son todas gratificaciones muy lindas y hay más, faltan 8 canciones más. Esto recién empieza.
La sinergia en la música está presente todo el tiempo. A ustedes les abrieron el paso y ahora ustedes lo hacen con otros…
Es lo más lindo que tiene, compartir. Lo más lindo de la música son los vínculos. El otro día me preguntaban cuándo lo habíamos grabado, lo grabamos en enero con un calor bárbaro. Por muy poquito tal vez no hubieran podido participar. Claudia, Alambre. Aunque ahora hay una cantidad increíble de producciones saliendo. Cantando a distancia, ya cooperamos, compartimos con un montón de bandas y, sin embargo, los productores y operadores están ecualizando eso, mezclando, sacando temas. Temas que estoy grabando acá. Se logra, se logra compartir aunque sea a la distancia.
¿Cómo va el proceso de las canciones que faltan?
El disco está terminado desde enero. Faltan perlitas, cosas, algún solo de armónica por allá, algún invitado. El de Pastillas sí, sale este año, tiene una energía 2020. De pérdidas, de conflictos, diferente a Paradojas, que iba más por los nacimientos, los vínculos. Hay una cuestión de ciclos que se terminan, de perder algo para volver a buscar. Así que Pastillas 2020, pero el mío me divierte mucho sacar de a un tema y pensar porqué sale ese tema en ese momento. Como “El cuento que cuentes”, se escribió hace 5 años más o menos y sin embargo es coherente sacarlo hoy en cuarentena. Lo mismo con “En cuero y en patas”, sacado en el verano. Hay temas para momentos precisos. Tengo pensado el próximo, pero si pasa algo en estos meses que me hace cambiar de rumbo, cambio el corte. Seguro lo saque el año que viene, pero los temas en simple antes.
Este disco es raro en el sentido de la sensibilidad del artista. Mi primer disco solista surgió con la idea de musicalizar mi árbol genealógico. Es loco que la idea surgió ahí. Pero el norte de este fue musical. En el primero las canciones eran excusas y las unimos con un concepto. Ahora hay caminos, y cada tema habla de un camino que requiere empuje, contemplación en “En cuero y en patas”. Estas doce canciones están separadas en tres bloques de cuatro. Yo con guitarrita a lo Silvio Rodriguez. Después hay cuatro más co-compuestas con alguien, como “En cuero y en patas” y esta última. Después hay otro bloque de cuatro nuevas mías en su totalidad. Saqué la primera. Quedan ocho, dos co compuestas, tres realmente nuevas y dos más del cajón de los recuerdos. Pero no tengo más que eso en el cajón de los recuerdos.