Majestuosas centinelas, las sierras que rodean el Centro de Convenciones de la capital salteña contrastan bajo la frágil luna creciente de la noche del 10 de febrero. Es la edición número once del Personal Fest y ya habiendo pasado por Córdoba y Corrientes, todavía quedan las jornadas de Mendoza y Buenos Aires. Deseoso de embriagarse con música y alegría, el público, en su mayoría adolescente, espera que Eruca Sativa y Bersuit Vergarabat protagonicen el festival gratuito. Entretanto, la banda local Tu Hermana y los youtubers Ignacio Buiatti y Magnus Mefisto entretienen a la multitud.
Son las 21 cuando Eruca se presenta ante los espectadores. Apenas unos minutos antes, Lula Bertoldi (guitarra y voz) y Brenda Mártin (bajo y voz) amamantan a sus bebés, nacidos a mediados del año pasado, para después encontrarse con Gabriel Pedernera (batería) en el escenario.
Con ganas de llevarse el mundo por delante y una confianza propia que inspira respeto, el trío suena preciso y demoledor en el repaso de su repertorio. De su último álbum de estudio, Blanco (2012), interpretan Fuera o más allá, El genio de la nada, Eco, Tanto tiempo, Antes de que vuelva a caer, Amor ausente, Queloquepasa y Desdobla. Mientras que Paraíso en retro, Cuánto costará y Magoo son las elegidas para representar Es (2010). De su primer trabajo, La carne (2008), se escuchan Para que sigamos siendo y su versión de Eleanor Rigby. Tampoco puede faltar el más reciente single, Nada salvaje. Luego de cincuenta minutos, el grupo se despide con el “olé, olé” de fondo. “Eruca es tuyo, Salta”, dice Bertoldi.
Llega Bersuit Vergarabat a las 22:10 con nuevo álbum bajo el brazo. En Nube Rosa, producido por Pepe Céspedes (bajista y guitarrista), no participa el otro guitarrista, Osky Righi. Sin embargo, su cantante Dani Suárez no duda al confesar: “Para mí, es nuestro mejor disco hasta el momento”. Aunque todavía no hicieron la presentación oficial —se estrenó la semana pasada—, las 30 mil personas pueden disfrutar dos adelantos: Cárcel, hospital o muerte y Que hable de vos, el primer y único corte de difusión, que la gente corea hasta la última palabra —si bien salió hace dos meses.
En sus característicos pijamas, la banda, con Juan Subirá en los teclados y Tito Verenzuela como voz y guitarra, brinda un show lleno de hits que abarcan toda su discografía. Pasan por El baile interior (2014) con Me voy y Cuatro vientos; por las dos partes de La argentinidad al palo (2004) con La soledad y Zizizi, y cuando llegó el turno del tema homónimo, Suárez actualiza la letra al grito de: “¡El que compró globos, recibirá globos!”; por De la cabeza (2002) con Perro amor explota y Un pacto; por Hijos del culo (2000) con La vida boba, Desconexión sideral, El viejo de arriba y La bolsa; por Libertinaje (1998) con Sr. Cobranza, Se viene y Vuelos; y por Don Leopardo (1996) con Espíritu de esta selva; y por Y punto (1992), con El tiempo no para.
Cuando suenan los primeros acordes de Sr. Cobranza, Cóndor Sbarbati aclara: “Hay canciones que vuelven a tomar significado”. En diálogo con la banda antes del recital, Suárez amplía: “Hubo un retroceso al neoliberalismo de los años 90. Algunas de los temas que escribimos en ese tiempo parecen que hubieran sido compuestos esta mañana. Lamentablemente, muchos pensábamos que no iba a suceder nunca más, pero está pasando”. El baterista Carlos Martin agrega: “Comenzó la resistencia. La gente está preocupada por la eliminación de puestos de trabajo y la desaparición de medios de comunicación”.
A pesar de la ausencia de Gustavo Cordera, el idilio entre el grupo y el público se mantiene fuerte e intacto. Con divertidas danzas y sentidas interpretaciones, Suárez y el Cóndor saben cómo llevar el liderazgo. Al referirse a su excompañero, avisan: “El que se va sin que lo echen…”.
Pasó una hora y media hasta que la Bersuit termina su concierto y las banderas que llevan los jóvenes para representar a la provincia de Salta flamean satisfechas.