Lanzado en las plataformas digitales el pasado 10 de mayo, la secuela de Chupalapija (2016) ofrece varias novedades: fue grabado por la flamante formación del grupo, lo que evidencia madurez musical, además de abrir el espectro de estilos. Eso motivó a la banda a tomar distancia de la etiqueta “indie”, así como de la escena que inicialmente los cobijó: el Manso Indie. “El Manso Indie nunca existió. Había otra cosa que no tenía nombre, se le puso, y estuvo bien en un principio”, explica Simón Saieg, el cantante y guitarrista de la agrupación mendocina. “Pero después se empezó a desvirtuar todo, no agarró a una generación entera, y dejó muchas cosas de lado. Y no pinta eso”.
La banda la completan Bruno Begueri Petrich en bajo y voces, Ignacio Laspada en guitarra y voces, Fabricio Foresto en batería y Rodrigo Martínez en sintetizador.
Al principio no tenían problemas con el rótulo. ¿Por qué ahora sí?
Bruno Begueri Petrich: Mucha gente cree que el Manso Indie son las Perras on the Beach y Usted Señálemelo, y somos un montón de bandas más. Entonces queremos sacarnos eso. Aunque está bueno que tengamos cabida, no me parece bien que solo se lo de a dos grupos.
Simón Saieg: La palabra indie ya me parece medio fea. Entiendo por qué está, pero hay otros géneros que se cruzan todo el tiempo. Las bandas no solo hacen eso, y con ese nombre solo mostrás una parte.
¿Y cómo lo llamarían entonces?
Bruno: La escena mendocina… “La escena mendocina” involucra también a un montón de grupos que nunca le dieron cabida a Perras on the Beach, y que incluso lo subestimaron…
Simón: A nosotros eso no nos importa. Porque que los demás no nos consideren parte no significa que nosotros vayamos a hacer lo mismo.
Pero la etiqueta viene de muchos antes que ustedes aparecieran. No tienen por qué hacerse cargo.
Simón: No es que nos hacemos problema, solo que a veces se te rebalsa el vaso y tenés ganas de salir a decir. Nosotros tenemos la postura de no quedarnos callados. No pasa nada. Solo que está bueno aclarar las cosas para que no siga habiendo problemas de comunicación, por más que haya un montón de gente que tiene la data posta.
A propósito de esto último, Flow de Cuyo, su nuevo disco, no solo linda con la música urbana alternativa, sino que también desborda oscuridad y reflexión, a diferencia de Chupalapija, que era más celebrativo. ¿Están de acuerdo?
Simón: Estamos de acuerdo. Claro que sí.
¿A qué se debió eso?
Simón: Así como Chupalapija surgió a su manera, este se dio así. Pasa que con la nueva formación cambiaron un montón de cosas. Se empezaron a equilibrar las energías de una manera muy zarpada, y a la hora de grabar el disco estábamos muy abiertos a flashear y a tirar mucho mensaje.
Bruno: A diferencia del primer disco, que fue una joda, en este, tras darnos cuenta del poder que tenía lo que decíamos, vimos que podíamos llegar muchos más allá con el mensaje.
Simón: El disco abarca lo que fue Perras on the Beach cuando comenzó, pero también lo que somos ahora y lo que haremos después. Nos estamos encontrando más a nosotros mismos. Así que probablemente el tercer disco sea más parecido a la banda que estos dos.
Por más que el primer disco fuera de esa manera, los músicos que bancaron a Chupalapija fueron los de Usted Señálamelo, lo que garantizaba cierto nivel de profesionalismo. Con la nueva formación, ¿cómo fue el armado del repertorio?
Simón: Fue una consecuencia de la nueva formación. Nosotros como músicos, y los pibes [Ustedes Señálemelo y Luca Bocci] como productores. Así funcionó. En ese sentido, este disco lo encaramos de una manera más profesional, a diferencia del primero, que fue más espontáneo.
Bruno: Por más que las tareas estaban remarcadas, no se perdió el hecho de que somos un grupo de amigos dentro de un estudio.
Antes de la salida de Flow de Cuyo, algunas de sus canciones las fueron introduciendo en sus recitales. ¿Qué tanto cambiaron tras la grabación?
Ignacio Laspada: Cuando entramos el Fabri (batería) y yo (guitarra), «Tuca» y «Municipálida» ya estaban hechas pero les agregamos partes que probamos en un show, y quedaron porque fueron pasajes más instrumentales. Tomamos las canciones y las fuimos convirtiendo hasta lo que terminaron siendo en el disco. Ahí fue cuando llegaron a su punto máximo.
Si hay un tema que sintetiza la evolución musical de la banda es «Las ideas», a causa de su barroquismo. Además, rompe con el espíritu hiphopero y trapero del disco.
Simón: Rompe con las estructuras, pero también termina de solidificarlas. En nuestra propuesta, el género es un desgénero. Es como una ensalada de cosas. En el primer disco eso quizá no se veía porque no estábamos experimentando tanto. El hip hop es parte de Perras, aunque en Chupalapija se nota más en algunas bases o en la actitud.
Fabricio: Está bueno que rompa, y que no sea siempre lo mismo porque no queremos que nos encasillen en ningún género. Nos gusta hacer música, y eso incluye muchos estilos.
«San Gucci» deja en evidencia el protagonismo que tomó Bruno en la banda. ¿Cómo les ha ido con la distribución de los roles?
Bruno: La experimentación y ampliación de los conceptos en la banda también implicó la necesidad de acabar con uno de los estándares del rock: la figura del frontman. Si bien Simón en el primer disco cumplió el rol de líder; en el tercero, Rodrigo puede cantar, si así lo quiere. Hoy somos un quinteto cuyos integrantes tienen la misma importancia sobre el escenario.
«Mis amigos» es posiblemente el himno del grupo. ¿Por qué hicieron una segunda parte para este disco?
Simón: La canción la hice cuando estaba lejos de un montón de amigos, y tenía muchas ganas de estar en una banda. Me di cuenta de que no me gustaba tocar solo. Y esa historia triste de Simón extrañando a sus amigos se terminó convirtiendo en todo lo contrario. Y más como quedó la versión del disco, que es muy épica. Mis amigos es como una película: habrá parte tres, cuatro, cinco y seis. O una serie de Netflix.
Se los menciona como una banda punk dentro del rock argentino en la actualidad. Y esto no tiene que ver tanto con lo musical, sino con la actitud- ¿Son conscientes de eso?
Simón: En realidad, somos muy inconscientes, y decimos muchas cosas sin pensar que obviamente tienen un mensaje zarpado. Pero no lo planificamos. Entendemos lo de la actitud punk. Nos sale natural. Aunque no siento que seamos la única banda que esté haciendo quilombo.
Al igual que Usted Señálemelo, ustedes desarrollaron un esquema de trabajo muy concreto. Desde Mendoza, pudieron generar puentes con otras ciudades del país y de América latina. ¿Siguen tentándolos con la idea de mudarse a Buenos Aires?
Bruno: Nosotros tuvimos la fortuna de haber nacido con Internet. Somos una de las primeras bandas de la historia del rock argentino que no depende de un sello para realizar una difusión.
Simón: Está zarpado el lugar que tenemos, y lo estamos ocupando bien.
Existe una situación de amor y odio con Perras on the Beach. Mientras muchos les quieren prender fuego, para otros son un referente generacional. ¿Cómo viven esa ambigüedad?
Simón: Lo vivimos de forma natural. Es un ida y vuelta en el que a los haters no le damos cabida. Queremos ser amigos de nuestros detractores, pero ellos no quieren. Es necesario. Si no está eso, no hay equilibrio.