“Vos”, escupió la maestra de la colonia de Chico, California, en el verano de 1965, mientras señalaba azarosamente a Pat Mastelotto —que en aquel entonces tenía 10 años. “Mostrame tus manos”. El chico le enseñó las palmas y las levantó a la altura de la cabeza, como quien quiere demostrar que no es peligroso. Sin embargo, aunque él todavía no lo sabía, estaba exponiendo las mejores armas que poseía para alcanzar la realización personal. “Son muy grandes”, notó la mujer. “Dejá la trompa y andá a la batería”. Y del mismo modo en que Edipo no pudo escapar de su destino, Mastelotto obedeció y se dirigió hacia el instrumento, del que no se desprendió hasta que las baquetas se convirtieron en prolongaciones de sus brazos: en 1982 fue cofundador de Mr. Mister y desde 1994 es el baterista de King Crimson. Además, trabajó con XTC, The Rembrandts, Cock Robin, Martin Briley, Tina Arena y muchos más.
Después de que la docente lo hubo introducido en el universo musical —a pesar de que haya sido un acto no premeditado—, Mastelotto siguió sus lecciones de manera autodidacta. “Yo vivía en un pueblito donde no había ningún profesor de música. Solo conseguí que me dieran dos clases, en las que aprendí cosas muy básicas. No me quedó otra alternativa que seguir solo”, explica. “Estoy orgulloso de haber sido perseverante. La profesión me regaló momentos muy intensos. Recuerdo la interpretación que me invitaron a hacer en los Grammy; cuando terminé, levanté la mirada y vi a Stevie Wonder de pie. Estaba aplaudiéndome. No pude contener las lágrimas. Fue uno de los días más felices de mi vida”.
Actualmente, Mastelotto está desarrollando un proyecto paralelo a King Crimson: TU, un dúo que lidera junto al guitarrista de la banda británica Trey Gunn —a quien conoció en 1993, cuando se encontraron en el estudio de Peter Gabriel para ensayar para la gira mundial de David Sylvian y Robert Fripp. Las melodías e improvisaciones del set electroacústico del percusionista y de la guitarra de diez cuerdas de Gunn tienen “la energía de Led Zeppelin combinada con la calma de Eno y las furiosas espontaneidades de John Coltrane”, según sus propias palabras.
TU se va a presentar en Niceto Club el domingo 19 de junio para “tocar música imaginativa. Además, acompañamos nuestro show con una película que Trey creó. Es un concierto multimedia”. En la previa del recital, Pat Mastelotto charló con Billboard Argentina.
¿Por qué prefieren la improvisación antes que seguir un plan?
PM: El plan es improvisar. Las interpretaciones espontáneas significan que se está dando una conversación entre el músico y el público; no tenemos los mismos diálogos en todos los shows, y ni hablar en los diferentes países. Es como decir: “Ey, vamos a decirles algo, pero vamos a usar distintos términos de los que usamos ayer. Es la misma historia, expresada de otra manera”. Robert Fripp siempre nos decía: “Podés esforzarte para tocar con las ganas de la primera vez, pero eso no quiere decir que tengas que hacerlo de una forma determinada”.
Que un baterista que debe su fama a una banda específica logre forjar una carrera solista igual o más exitosa que la que tenía con su grupo es una situación poco común. No obstante, Phil Collins, Dave Grohl y vos lo consiguieron.
PM: Me considero muy afortunado de poder trabajar como baterista sin King Crimson, porque los artistas que nombraste son cantantes y componen sus letras, y yo no. TU no tiene lírica: el atractivo es la energía que intentamos transmitir y las improvisaciones.
Desde 2013, King Crimson tiene tres bateristas. ¿Cómo es la dinámica de trabajo?
PM: Es una escena tan interesante como inusual. Años atrás, ya había trabajado con otro baterista en simultáneo, pero nunca antes habíamos sido tres. El trío fue idea de Fripp, pero él no decide qué parte toca cada uno. Tocamos juntos, pero no al unísono. Usamos diferentes tiempos y modulaciones.
Algo así como una orquesta.
PM: Sí. Respetamos el momento exacto de cada uno, si bien no siempre participamos todos. Nos distribuimos las partes en base a qué es mejor para la banda y en cómo nos vemos. Es una propuesta que requiere mucha madurez. Aunque te mueras de ganas de tocar, quizás te toque resistirte. Tenés que darte cuenta que, a veces, debés acudir al silencio: crear un espacio en donde alguien más pueda tocar, en lugar de llenar la música.
También es importante pensar en términos visuales. Queremos ser cool y lucir bien. Por ejemplo, si los bateristas están en sectores opuestos del escenario, como si uno fuese una mano derecha y el otro la izquierda, se podrá apreciar la conexión a pesar de la distancia.