“Lo primero que salió a la calle de Damas Gratis fueron unas mezclas que hice en casa”, cuenta Pablo Lescano al mismo tiempo que maneja un Chevrolet Onix por las calles de Tigre. Aunque sea de San Fernando, el partido vecino, el músico creció «rancheando» con sus amigos por la costanera del Delta. “A mi primer CD primero lo compartí con unos amigos; y a los tres meses, era una bola de nieve que no podía parar. Yo quería que pare porque todavía no estaba en condiciones para salir al escenario: los primeros shows fueron en muletas. Lo que pasó fue que las canciones se piratearon”, dice sobre sus inicios. Lescano empezó a componer desde su casa durante unos meses que estuvo en cama por un accidente. Antes, tocaba en otro grupo de cumbia, pero tuvo que dejar la agrupación para hacer reposo.
“Gracias a los primeros 3000 pesos que tenía ahorrados pagué 100 horas de grabación, y el primer disco lo grabé en 80 horas creo. Hice lo que yo quería hacer”. El líder de Damas Gratis tenía un método de prueba para saber si sus canciones iban a funcionar. “La prueba era llegar al barrio, abrir el auto y darle al estéreo a todo gas. La gente no podía creer las letras, porque veníamos de otro tipo de cumbias, ¿me entendés?”, explica.
Damas Gratis fue una de las bandas pioneras de un movimiento que, a principios de los 2000, se bautizó como “cumbia villera”. Sin embargo, él lo ve de otra manera: “Yo hago cumbia, después ponele vos la etiqueta que quieras”. Mientras maneja cambia el radial y pone la radio comunitaria de su barrio. “Uh, mirá qué tema. Esto es Flor de Piedra, qué nostalgia”, comenta al escuchar una canción de su banda previa a Damas Gratis, mientras simula tocar un teclado. “Damas Gratis creció a través de las radios comunitarias”, dice.
Mañana, sábado 17 de marzo, se presentará en el Main Stage 2 del festival Lollapalooza Argetina 2018. Enseguida, la conversación sobre la convocatoria nacional del line up se centró en ellos. “Vivimos algo muy parecido en México, tocamos en un festival en Machaca. Los mexicanos nos decían ‘Qué bueno que Damas Gratis esté en un ‘masivo’. Para el Lolla me llamó Dante Spinetta y me dijo ‘Guacho, ¿querés tocar en el Lollapalooza?’. Le respondí: ‘Obvio, cémo no voy a querer tocar en un festival de esa envergadura’”, suelta con una risa.
Siempre actualizado, el músico empieza a compartir el escenario de diferentes boliches con una nueva generación de artistas. El trap y la cumbia se unen en los mismos recintos. “Hace dos años que mi hijo escucha trap, a los pibes de El Quinto Escalón. En Mar del Plata he tocado en los mismos lugares que el Duki ponele”.
“Para mi cumpleaños quiero hacer un Luna Park, sería a fin de año. Si no meto un Luna Park me voy al Tropitango de Pacheco”, concluye.