Mientras estos caracteres toman forma, se discute en la Argentina el proyecto de ley de cupo femenino en los festivales nacionales, dando cuenta de un tiempo de cambio en la música y en la sociedad de esta parte del mundo. Mucho de eso tiene que ver con Marilina Bertoldi o Barbi Recanati pidiendo “más bandas de chicas” y también con otras artistas y militantes que han logrado visibilizar una discusión durante años ninguneada. En ese contexto, solo basta con escuchar un par de compases de “Soltar”, primer track del segundo disco de Olympia, para pedir a gritos la inclusión de este power trío cien por ciento femenino en cualquier evento masivo que se digne de ser rockero.
Editado por Goza, el sello comandado por la ex-Utopians desde las entrañas de Futuröck, este segundo álbum homónimo es una trompada en la cara para quien intente poner en duda el esfuerzo de un proyecto que respira distorsión y volumen en cada una de sus partes. ¿El rock argentino está cada vez más inclinado a ese terreno amplio atravesado por el pop, muchas veces carente de guitarras? No para Olympia, que honra a la tradición de las seis cuerdas electrificadas con una personalidad y un cóctel de referencias inobjetable. Del post punk (Siouxsie & The Banshees, The Slits) al hard rock más corrosivo, el trío formado por Popy Maeve (voz y guitarra), Flor Gerson (bajo y voz) y Meri Samur (batería y coros) plantea una paleta sonora donde la oscuridad y la tensión predominan. Hay una energía subyacente a las canciones que tiene mucho de arenga, ritual de guerra y toma de posición.
Con un link directo a la movida sónica de principios de los 90, Olympia toma la descarga adrenalínica de Los Brujos (Gabriel Guerrisi, guitarrista brujo, es el productor del primer disco) y empuña los instrumentos con la templanza que irradia Babasónica, el álbum más rockero de la banda de Adrián Dárgelos y compañía, clave para entender el sonido que exprime el trío surgido en Buenos Aires. Para su segundo álbum, el grupo (que tomó su nombre de la ciudad estadounidense donde el movimiento Riot Grrrl cobró forma) decidió apostar a la producción doble de Bertoldi y Recanati. Allí se terminó de consolidar una estética propia que tiene que ver con poner el cuerpo en cada estrofa para poder abandonarlo al momento de llegar al estribillo y fundirse con el éxtasis. Bertoldi y Recanati son garantía de entrega y fervor. Olympia se anima a sentarse en la misma mesa con sintonía absoluta.