La banda uruguaya se consagra definitivamente en el escenario argentino: con dos Vélez casi llenos y con la presencia de grandes músicos invitados, se lucieron en un par de fechas inolvidables para sus fans, con la presentación de su nuevo material, El tiempo otra vez avanza.
Un detalle no menor, que reveló el grado de madurez de organización y sincronización del show, fue el excelente juego de luces y efectos audiovisuales en tres pantallas gigantes -con efectos 3D- que acompañaron las canciones, las últimas a cargo de Álvaro Zinno.
Al Vacío lo cantó el público, extasiado de ver un espectáculo tan bien calibrado y sentido. Así, la primera parte del show salió sin pausas ni prisa de la mano de Su sombrero, Cero a la izquierda, A las 9 y Me ilumina hoy.
Freddy “Zurdo” Bessio, Emiliano Muñoz y Darío Prieto fueron los encargados de darle el toque murguero a algunos temas, y Benjamín Barreiro -en saxo- y Oscar “Manduco” Pereira -en trompeta- le dieron flow a los vientos. El majestuoso Hugo Fattoruso metió teclados y bandoneón para una fiesta inolvidable en el corazón de Liniers.
Y cuando todo parecía perfecto, los pibes del otro lado del charco se dieron el lujo de llamar a un par de amigos: Piti Fernández (Pastillas del abuelo), Fernando Ruiz Díaz (Catupecu Machu), que se lució en La Puerta de Atrás, y algunos integrantes de los Auténticos Decadentes y de Kapanga.
Después de una pequeña pausa, con un escenario apaciguado y una atmósfera unplugged, la cosa se puso más íntima, pero no menos rockera. Los flashes de los celulares iluminaron un estadio que no paró de cantar los temas, con un sentimiento y una pasión que pocas veces se ve en recitales tan masivos.
Y para completarla apareció nada menos que Charly García, para tocar No voy en Tren enganchado con Comodín junto a un Emiliano Brancciari que no pudo disimular su felicidad.
FOTOS: gigriders