Fue hace poco que el feminismo comenzó a hacer mella en la explosión del freestyle en Argentina tras la gran popularización de El Quinto Escalón. Primero se alzaron figuras como Dakillah, hoy devenida cantante, La Joaqui y Tink, entre otras. Pero en el último año la disciplina hip hop logró fundirse totalmente con el movimiento social, al punto tal de tener una competencia exclusiva de mujeres como es la Triple F.
Dentro de este gran devenir femenino en el freestyle, el 2019 sacó de las plazas y trasladó a los grandes escenarios freestylers como Josefina Lucía Bolli, a.k.a. NTC. Con 21 años de edad, la rapera logró clasificarse este año a la Final Nacional de la Red Bull Batallas de los Gallos, que tuvo lugar el pasado 20 de octubre en el estadio Luna Park. “Fue una locura y una gran oportunidad para mostrar mi pasión por el freestyle”, expresa NTC.
Su incursión en el mundo del hip hop comenzó a los 17 años cuando presenció su primera batalla y sintió una conexión única con la disciplina. Sin embargo, al poco tiempo de dar sus primeros pasos en el freestyle quedó embarazada. Con un hijo en camino (Marek), la vida de NTC cambió rotundamente, tuvo que dejar de estudiar sociología y así mismo el freestyle.
Pero a los pocos meses de ser madre, le comentaron a NTC de una competencia de freestyle exclusivamente de mujeres, y sin dudar, regresó a las plazas para competir. “Volví a freestylear después de mucho tiempo y en esa primera fecha llegué a la final, lo tomé como una señal para volver a entrenarme”, explica.
A partir de entonces, NTC volvió a crear una carrera dentro del freestyle, que la encontró a finales de 2019 como una de los 16 MCs seleccionados por Red Bull para ser parte de la Final Nacional. La inclusión de dos mujeres como ella y Roma dentro de los 16 finalistas generó (todavía) algún revuelo entre parte de la gente devota a la disciplina.
“Cuando subimos con Roma al escenario hubo algunos que empezaron a chiflarnos y Misio dice ‘Siempre tenemos que aclarar lo mismo?’ apoyándonos a nosotras. Separar entre géneros es una pérdida de tiempo”, cuenta.
Pero ella lo entiende desde otro lado: “Hoy, por suerte, se ha avanzado y evolucionado en el contenido de las batallas. Se arman contrapuntos muy interesantes, debates sociales dentro del freestyle. Pasó en la Red Bull entre Roma y Dozer. Roma termina la batalla con una frase muy hermosa, que condensa la lucha feminista por el aborto legal que es: ‘la maternidad será deseada o no será’. Pero hoy el freestyle aborda muchos temas sociales, políticos y más”.
Como estudiante de sociología, la rapera entiende que las batallas no dejan de ser parte del rap, que es parte del hip hop, una cultura que desde sus comienzos estuvo relacionada con la rebelión política y los movimientos sociales en el Bronx. “El hip hop surgió como herramienta para expresarse”, remata.
Ahora estás con el freestyle pero, ¿tenés ganas de hacer música?
Tengo ganás. Sinceramente, voy paso a paso. Ahora estoy centrada en mi carrera de freestyler pero, sin embargo, tengo un tema. Seguro en un mes lo lance. Se llama “Carta de presentación” porque presenta más a Josefina que a NTC.
¿Se puede batallar sin pensar tanto en el contrincante? ¿Hacia dónde van las batallas?
Vale todo y, de hecho, era todo mucho más cuadrado. Si vos te vas a los principios del freestyle notás que todo era mucho más cuadrado y hostil. Ahora hay miles de estilos y maneras, que te quedás impávido. A mí, ponele, me encanta el estilo del español Bnet, que es bien de métricas, o el estilo de Trueno, que tiene mucho flow.
¿Creés que hubieses tenido más posibilidades de pasar de ronda si enfrentabas un varón?
Si, yo creo que sí. Aunque con Roma dimos una gran batalla, claramente, hubiese sido diferente si me enfrentaba contra un varón. Eran Roma o Stuart las posibilidades, pero también sabía que de esta forma una de las dos iba a llegar sí o sí a cuartos de final. También me pasa que, a mí, particularmente, me cuesta batallar contra mis colegas mujeres. Siento que con los varones saco otro potencial porque hay como otra competencia, una cuestión del “decían que no podía”.
Tenés un estilo estético muy propio arriba y abajo del escenario, ¿es parte de tu arte?
Sin dudas, me expreso mucho a través de la ropa. Soy muy obsesiva con mis outfits y maquillajes. A la Red Bull fui con un outfit hermoso; unas calzas, una campera y las nuevas AF1 Shadow. Me sentí muy bien arriba del escenario y, por sobre todo, cómoda. Luego de la batalla mucha gente me empezó a cosificar en redes sociales y fue un bajón porque no tenés derecho de hacer sentir mal a una persona por expresarse a través de la ropa. Hay que dejar que la gente se exprese libremente a través de la ropa. Muchas veces nos pasó a las freestylers mujeres de tener que vestirnos con ropa ancha para no resaltar, tapar nuestra feminidad. Pero eso no tiene que ser así, por suerte está cambiando, y estoy orgullosa de ser parte de este cambio. Ya hice la deconstrucción en mi cabeza y voy a seguir expresándome como quiero.
¿Qué es el freestyle para vos?
Una manera de sacar el dolor. A mí me salvó la vida, llegó en un momento clave de mi vida dónde estaba bastante mal. Aunque hoy sea como un deporte para mí, todavía lo entiendo como algo catártico y sanador. El freestyle es una herramienta para empoderarse.