Nothing But Thieves tiene una corta, pero consistente carrera. Desde la aparición disruptiva de su primer álbum en 2015 hasta el día de hoy, la banda de Essex, Inglaterra, ha sabido aprovechar las oportunidades que se le fueron presentando y sacarles el jugo. Después de telonear a bandas como Muse y Blink-182, en 2017 publicó su segundo material discográfico y le llegó el momento de protagonizar las carteleras.
La voz de Conor Mason, cantante de NBT, es a menudo comparada con la de Jeff Buckley, y con razón: no solo porque la similitud en el registro es evidente, sino porque es intencional. La influencia que el cantautor estadounidense tuvo (tiene) sobre ellos es casi palpable en su primer disco, Nothing But Thieves, lanzado en 2015. Son 16 canciones, sobre todo íntimas y reflexivas, donde la voz de Mason, en todos sus matices, está en primer plano. Y si la influencia de Buckley era “casi palpable”, este año la hicieron efectiva con la publicación de su reversión de “Lover, You Should Have Come Over”: “El impacto que tuvo Jeff Buckley sobre todos nosotros, especialmente al principio, es difícil de describir. En cierto momento, le mandé a Conor el disco Grace (1994), y eso nos ayudó en el proceso de descubrimiento de nuestro sonido. Podría decirse que fue una guía, un maestro en cierto sentido”, reflexiona Joe Langridge-Brown.
Hace casi un año que se encuentran de gira, presentando Broken Machine (2017) por todos los continentes, y es este mismo tour el que los traerá a Sudamérica. Si el primer disco fue inspirado por las melodías tranquilas del folk-rock, con Broken Machine apelaron a sus otros dos referentes: Muse y Radiohead. “Tratamos de ser versátiles y crear música con un amplio rango de emociones. Tristeza, rabia, pérdida… Y al escribir música que abarque todos esos sentimientos, es necesario usar todos los recursos y no quedarse en un único estilo. Queremos que se sienta, sobre todo al tocarlas en vivo, todo eso que originalmente quisimos transmitir. Es como pasa con un buen libro, con el que podés sentir que el autor te transmite algo desde el más allá, que es el origen de la obra; te sentís identificado. Esta diversidad nos sale naturalmente y por eso hacemos covers tan distintos, intentamos ponerles nuestro sello a canciones que no suenan como nosotros. O al menos eso perseguimos, como es el caso del que lanzamos de Gnarls Barkley, “Crazy”, que lo transformamos en algo superoscuro”, comenta Langridge-Brown.
En menos de tres años, Nothing But Thieves participó de los festivales más importantes, giró por todo el mundo y tuvo tiempo de seguir sacando nuevo material. Son cinco amigos que se conocen desde chicos y, según el guitarrista, este es el motivo principal por el que, a pesar del frenesí, funcionan: “Todos crecimos en el mismo lugar, sabemos quién es el otro. Por ejemplo, Conor y yo fuimos al mismo colegio toda la vida. Pase lo que pase, somos amigos primero y compañeros de banda después. Y eso nos mantiene centrados, no dejamos que ʽla industriaʼ nos afecte. Personalmente, creo que una vez que dejás que ese sea un factor determinante de lo que hacés como grupo, rompés lo que tenías. Se convierte en algo más que aquello por lo que empezaste en un principio. Para nosotros nunca fue un problema que seamos amigos. Pasamos tanto tiempo juntos, y no me refiero únicamente a ahora, sino desde siempre… nos llevamos bien, nos conocemos. Y es una decisión consciente que tomamos: elegimos juntarnos a pesar de tener una banda y ensayar a diario, elegimos acompañarnos incluso cuando son semanas de estar todo el día entre nosotros. Y, lo cierto, es que el amor a la música nos une”.
Si bien no es la primera vez que visitan nuestra región (anduvieron por Chile en 2016, en el marco del Lollapalooza), es la primera vez que vienen en una gira propia y que los llevará a Brasil y a Chile también: “Siempre quisimos ir para allá, pero no es tan sencillo como puede parecer desde afuera. En nuestras cabezas, somos de un pequeño pueblo, de un país lejano. Pero sabemos de ustedes, que son conocidos por ser un público muy presente en los shows y que se hace sentir. Así que, ¿cómo no querer visitarlos? No podemos esperar para ir a Sudamérica, especialmente conocer Buenos Aires”.
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