Dos palmeras cubren a Nicola Cruz del sol que amanece por debajo del mar en la pantalla led sobre el final del escenario. El productor ecuatoriano no se inmuta ante la surrealista puesta que se construye detrás suyo, ni ante la efusiva danza de su público. Su serenidad se atribuye a un solo hecho: su convincente control del show.
A dos semanas de que se edite su nuevo álbum de estudio, Siku, Cruz agotó las entradas para su presentación en Argentina. El show en Niceto llegó el mismo que el New York Times lo incluyó −junto a Billie Eilish, Lil Tjay y Lauren Jenkins, entre otros− en su lista de “10 artistas para mirar en 2019”.
En sus dos horas de show, el ecuatoriano −que nació en la fusión del techno con los sonidos andinos− puso en primera plana loops de diferentes instrumentos ancestrales no necesariamente Latinoamericanos. El sitar, el siku y hasta el balafón atravesaron en distintos tramos su set. “Visito nuevas regiones y exploro colores e instrumentaciones diferentes. El nuevo álbum profundiza el camino hacia la raíz”, había adelantado Cruz a Billboard AR sobre su nuevo material.
La presentación solo se interrumpió unas pocas veces para oxigenar el viaje digital atávico y recibir aplausos. Sobre el final, y más para el gusto de los presentes que para el propio, Cruz dio rienda suelta a sus tracks más escuchados en las plataformas de streaming como “Cumbia del olvido” y “Colibri”.
El sold out en Buenos Aires no solo se levanta como un gran augurio para el 2019 del ecuatoriano −que lo tendrá con nuevo álbum−, sino, también demanda una actualización de la escena electrónica Argentina. Nicola Cruz lleva la lanza que lidera el viaje electrónico hacia las raíces de la música.
Ver esta publicación en Instagramámonos . 01 y 02 de febrero lanzamiento de ‘Siku’ en @espaciolaideal 💥 gráfica: @adrian_balseca