Pocho La Pantera murió hace algunas horas, después de perder la batalla contra el cáncer de riñón. Tenía 65 años. Estaba internado desde el mes pasado y lo trataron con quimioterapia, pero el diagnóstico de los médicos era poco alentador. El tumor había sido detectado el año pasado y desde entonces se sometía a controles permanentes.
«Fue derivado de urgencia hace dos semanas y su estado es grave. Lo acompañan su mujer, La Griega, y su hijo, Mariano Gauna», había informado Luis Ventura el 25 de octubre.
Pocho siempre se mantuvo optimista. En abril, en una entrevista con La Once Diez, el cantante de música popular había dicho: «No sabe con quién se metió el cáncer, pobrecito. Si hubiera sabido no se metía. En la quimio me mando un sanguche de milanesa con una bebida, no sufro para nada. Yo soy creyente, si Cristo está conmigo, ¿Quién contra mí? Ya con eso tu autoestima empieza a laburar a favor».
Pocho no temía hablar de su lucha. A Jorge Rial le confesó cómo le descubrieron el tumor: «Hasta los 61 años, ni siquiera fiebre tenía… A mí me gusta el boxeo y como me dolía el lumbago me saqué unas placas y el médico me dijo que tenía jodida la columna, miró la vescícula y me dijo que me vaya a hacer ver […] No me hizo mierd… enterarme. Al contrario, es una lección de vida que me encanta estar pasándola, entre paréntesis, ¿no? Porque recuperé cosas perdidas entre los seres humanos«.
En su última publicación de Twitter, Pocho agradecía por el “aguante”.
Recuerden esto ustedes me dieron todo gracias por el aguante
— Pocho La Pantera (@pochopantera) 21 de octubre de 2016