Darío Sebastián Silva – nombre completo de Misionero – se ha caracterizado durante estos últimos años por ser host en la mayoría de los eventos de freestyle como Freestyle Master Series Argentina y la Red Bull Batalla de Los Gallos. Sin embargo, Misionero también desarrolló su faceta como competidor y rapero desde los comienzos del movimiento en la Argentina. Por ejemplo, se enfrentó a Sony en los cuartos de final de la Red Bull Batalla de los Gallos Argentina 2012, donde demostraría su capacidad de improvisación y adaptación a la base.
Ahora, el artista de 37 años, charló con Billboard Argentina acerca del crecimiento del movimiento urbano en la Argentina, su futuro como artista dentro de la industria de la música y qué piensa acerca de la nueva generación de freestylers. La entrevista completa se podrá ver a través de nuestro Instagram: @billboardar
Por Santiago Torres
Estás metido en el mundo del rap y el freestyle desde hace mucho tiempo. Quizás muchos piensan que estás incorporado como host pero la verdad es que sos un gran freestyler, un gran MC.
- Fue lo principal, lo que nos mantuvo en pie hasta día de hoy. Tengo memoria de estar con mis amigos en Villa Madero y recorrer los cypher de la zona para dar el presente y que nos vieran, ni siquiera para rapear o competir, solo figurar e irnos para otro.
Ya podemos considerarte como un validador por completo. ¿Quiénes dirías que son los padres de este movimiento?
- En primer lugar, todos mis respetos para los chicos del Quinto Escalón, ellos impulsaron el siguiente nivel en la Argentina. También hay que mencionar a quienes vienen hace tiempo como puede ser Dj Stuart, Juan Ortelli, Mustafa, Apolo Nodak… hay mucha gente que está hace muchísimo años.
¿Pensaste en algún momento que las batallas podrían llegar a ser un semillero como terminaron siendo? Puedo pensar en Trueno, WOS o Replik, por ejemplo.
- La verdad que en un principio nosotros nunca pensamos que el freestyle iba a ser semillero de nada. El primero que puso a Argentina en el mapa fue Frescolate cuando ganó en 2005. Él abrió una especie de puertita ya pero nunca pensamos que iba a llegar a cómo es hoy, Duki por ejemplo, saca algo nuevo y es bomba, como Lit Killah, Ecko, ni hablar de Paulo Londra. Todos subieron muchísimo el nivel y pusieron a la Argentina en el mapa, no solo en el mundo del freestyle, sino musicalmente también.
Tuviste la oportunidad de dar charlas? Creo que serías muy bueno como expositor u orador incluso.
- Por suerte me convocaron un par de veces como orador. Me acuerdo una vez que tuve que ir a El Salvador, a barrios carenciados y a la cárcel, esta última fue la experiencia más impactante que viví. Después de dar esas charlas, lo más lindo es la reacción de esa gente, se nota que uno hace un bien. Además, di clases de Hip Hop durante cuatros años en la cárcel de Marcos Paz de jóvenes adultos. Cuando empezás a profundizar de verdad, te encuentras con unas historias que realmente sorprende. Uno no puede juzgar a nadie porque el reflejo de lo que es ahora muestra lo que hubo en un pasado que no conocemos.
¿Por qué crees que los chicos de los barrios más humildes se acercaron al freestyle?
- Pienso que en este modo de hip hop, de freestyle y de arte no necesitas tener una gran voz o ser un gran cantante, lo más importante es tener un mensaje para transmitir y tiempo para poder expresarte. No necesitas nada para poder hacer hip hop. En el mundo del hip hop donde estamos, que te aprecien por el talento es enorme. Todos los que entramos nos sentimos parte de un movimiento.
¿Y ahora que está pasando con tu música? ¿Es probable encontrarnos con un disco del Misio el año que viene?
- Estoy preparando canciones, no se si un disco ahora mismo. Mi sueño es prepararme bien y poder dar charlas, conferencias en los barrios y demás. Lo que estoy armando tiene que ver con charlas motivacionales que hablen de aspectos de la vida pero mezclados con la música. Además estoy preparando una obra de teatro que se llama “El Templo”, lo estamos haciendo con un director muy bueno. Tengo ganas de dejar algo que cuando vengas al recital o a la obra, te lleves algo lindo. Que cuando salgas de ahí, llames a tu mamá y le digas “che ma, me había olvidado lo mucho que te amo. Te amo”.