“Soy una persona muy sensible”, admite rápidamente Midel frente al micrófono de radio que tiene enfrente. El rapero oriundo de Beccar habla por primera vez con Billboard AR, llegó a nuestra casa acompañado de dos amigos –que al igual que él- forman parte de la escena trap argentina: Arse y Buho. La conversación se da en el marco de un podcast en el que se busca explicar porque el trap desequilibró el estatus quo rockero de país. “Todo lo que me sucede está muy ligado a mi música, me cuesta separar el artista de la persona, van de la mano”, continúa de forma catártica.
Antes del lanzamiento de su track “Si no fue así” con Seven Kayne, Midel estuvo unos meses fuera del radar de la escena que explotó en 2017 con las apariciones en YouTube –a través de un mismo canal- de canciones como: “Loca”; “She Don’t Give a F.O.”; la inicial “B.U.H.O.”, de la cual forma parte con Khea, Duki, Arse y Klave; o “Millonario” que nuevamente comparte con Khea y Arse.
“Estuve apagado por un tiempo después del primer boom de la escena. Pasaron cosas a nivel industria que no estuvieron tan buenas. Estaba lleno de ira y me frustre. Venía muy arriba con la movida del freestyle y, de pronto, todo un sueño que había cumplido parecía que se me estaba derrumbando”, explica sobre todo lo vivido con la escena trap a principios de 2018.
Sin embargo, a finales de ese mismo año Midel hizo un “clic”, o por lo menos, así lo describe él. “Una vuelta en diciembre estaba en el estudio y me dije ‘ya fue todo lo malo’. De alguna forma volví a pensar en el amor que le tengo a todo esto y pude reconectar con mi pasión por la música, el hip hop y me volví a encender”. Ese mismo día surgió “Si no fue así”, de un freestyle sobre un beat producido por Tomás García.
“Seven se suma después de que se lo muestre rancheando un día cualquiera. Iba a ser un tema mío solo pero con su flow terminó de cerrar la canción y de darme a mí la energía para volver con todo a hacer música. Él hace un tiempo que viene super enchufado y me contagió”, contó sobre el track que llegó al puesto Nº3 de Tendencias de YouTube Argentina en el día de su publicación.
Tras sortear las turbulencias del primer aventón del trap, Midel ya encontró un norte en su carrera profesional como rapero. Su leitmotiv es el siguiente: ver lo bueno para atraer lo bueno. “Cuando uno empieza a ver lo malo, eso mismo se empieza agrandar porque le das más atención. Si revertís la ecuación sale lo mejor de adentro tuyo”, explica.
Arrancaste de muy chico haciendo freestyle pero, ¿cuando se empezaron a poner más serias las cosas? ¿En 2016 durante El Quinto Escalón?
-Yo empiezo a los 13 años en la movida del free pero no había muchos eventos. Empiezan a aparecer Las Vegas en Belgrano, fui alguna vez a Halabalooza, y después nace El Quinto, que justamente se hacía en cinco escalones. Ver esa evolución del free en las que empiezan a surgir esos primeros referentes de la movida como ACRU, nombres por los que se acercaban personas fue muy loco. Con el crecimiento de El Quinto empiezo a resaltar un poco más como rapero. Fue una linda época, había mucha gente reunida por la misma pasión. No había otro interés más que ir a competir.
¿Quė batalla recordás de los viejos tiempos?
-Una contra Ysy y MKS, en un dos versus dos que yo estaba con Frijo. Me parece tremenda batalla, y fue cuando El Quinto pega el quiebre de masividad. La otra que también recuerdo es una mía con Frijo contra Ecko y Dam. Esa la que me abre un montón de puertas, me hace viajar y todo. Hoy creo que tiene ocho millones de reproducciones. En esa época se tenía que gritar fuerte para que te escuchen todos porque era como un coliseo donde habían 3.500 personas esperando tus barras
¿Cómo fue el paso de salir de las plazas y entrar a un estudio de grabación?
-En mi caso, en mi familia nadie nunca tocó ni una guitarra. Nadie tenía una referencia de ningún lado. El amor por la música surgió de adentro mío. Los conceptos de música eran todos muy deformes, muy distorsionados. Cuando llegué al estudio sabía sobre notas o como pararme frente al micrófono, en qué y cómo hacer énfasis. La meta que tiene cualquier artista es transmitir. Hoy me escucho en “B.U.H.O” y digo ‘me gusta’ pero la voz estaba muy lineal, pocas variaciones y esos pantallazos son los primeros que uno tiene cuando pasa de la plaza al estudio. Lo más impactante es eso, llevar todo lo del freestyle al estudio. Todavía compongo desde el freestyle pero también aprendí buscar melodías en un tarareo y después escribir la letra. Otras veces son procesos más vomitivos, es decir, un freestyle que sale, ponele como con “Si no fue así”. En la plaza era diferente, buscaba el golpe o el punchline pero en el estudio empezas a dejarte llevar por las instrumentales. La instrumental marca mucho el sentimiento del tema.
En el trap hay una relación muy intrínseca entre MC y productor, ¿con que productores estás trabajando actualmente?
-Hay varios. Al principio tenía una cosa que me casaba con un solo productor pero después entendí que te abre un montón hacer cosas con varios productores, se aprende mucho. Asan está tirando alta data hoy en día, también está Bless, No Name es un productor muy fresco que todavía no se mostró pero la va a romper y Oniria es otro productor con el que me gustaría hacer algo.
Argentina vuelva al plano latinoamericano con la explosión del trap, ¿qué te genera ser parte de la escena?
-Me emociona sarpado. Me parece muy groso, haber estado en el proceso de evolución… pasamos de ser unos pocos a ser la música popular del momento, es una locura. Esto va a durar y ya es histórico. Duko y Khea ya están girando por todo el mundo, es super emocionante. Hay algunos que están al frente pero esto lo disfrutamos todos. El que está enamorado de esto se enorgullece de todo lo que pasa. Esa onda expansiva nos llega a todos. La puerta se abrió para todos.
El 21 de agosto se presentará en Niceto Club, en el marco del ciclo 21G que tendrá a Neo Pistea como headliner. Las entradas se pueden adquirir por Ticketek.