Para algunos, alcanza con evocar un sentimiento para inspirarse; a veces es a través de un sueño; otros trabajan mejor bajo presión… Pero Joe Mount, el músico fundador y cabeza productora de Metronomy, tiene una herramienta a la cual se aferra aún hoy, con cinco discos editados: la memoria. “Para mí viene por los lugares que recorrí de chico, las novias que tuve, la música que escuché, la casa donde crecí –le dice a Billboard por teléfono–. Todo lo que hacemos se convierte, instantáneamente, en historia. Y es por eso, creo yo, que la gente ama la música, porque ayuda a traer recuerdos del pasado. Cuando escuchás una canción en un show o en un bar, puede pasar que te acuerdes de cuando eras niño y de lo diferente que te sentías entonces; te hace sentir joven de nuevo. En algún sentido, la música te rejuvenece”.
Dice no ser melancólico, sin embargo, su último material, Summer 08 (2016), es una revisión de ese verano cuando todo cambió para él. En 2008, Metronomy lanzó Nights Out, el disco que lo llevaría a tocar incansablemente, no solo en su Inglaterra natal, sino alrededor del mundo. Con la salida del luminoso The English Riviera (2011) y el analógico Love Letters (2014), pasaría muchos momentos lejos de su casa, por lo tanto, según su forma de ver, se perdería de tener muchos recuerdos en un futuro.
Summer 08 también mira hacia atrás: porque se escucha a Daft Punk, a Fatboy Slim o incluso a los Beastie Boys en los años 90, y porque incluyó audios que grabó ese verano de 2008. En este contexto, tiene sentido que Nights Out sea el favorito de Joe Mount. Fue la bisagra a la que le debe su carrera, pero sin embargo también hizo que tuviera que resignar su inocencia juvenil y despreocupada en el camino.
Toda su música se siente retro, como salida de los años 80, porque te dispone a bailar ya sea un lento o lo mejor de la disco. Y se entiende: este fue el escenario en el cual el compositor de Metronomy crecería; escuchando a sus coterráneos David Bowie y Queen, o a Michael Jackson desde el otro lado del mundo.
Le interesa cambiar y aceptarlo como un ritmo artístico natural (ha grabado de forma analógica o encerrado en su habitación con una computadora, por igual); pero, sobre todo, quiere hacer música universal, que apele a diferentes tipos de personas: “Amaría estar en una banda seria y con un sonido tan espectacular y específico como Radiohead. Y no es que me interesa hacer música ‘liviana’, pero los artistas que más admiro, Bowie y Prince, siempre fueron divertidos, en algún punto, juguetones. Lo que encuentro increíble de lo que hacemos es que hay una frontera: podés quedarte con lo superficial, la parte colorida, o podés disfrutarla desde un sentido musical, en la producción. Es muy aleatorio. Por ejemplo, me enteré de que muchas parejas fans de lo que hacemos se conocieron en nuestros shows. ¡Jamás me lo hubiese imaginado!”.
Metronomy vuelve a la Argentina después de casi cuatro años y con un disco más: “En nuestra primera visita, cuando estuvimos en 2011, pudimos recorrer la ciudad y familiarizarnos con el lugar; por eso creo que volver se va a sentir como visitar a un viejo amigo. Y pienso que eso se va a reflejar en los shows que demos, no importa si es con la vibración eléctrica de un gran festival o en la intimidad de un show más privado: ambos van a ser más relajados y divertidos, porque conocemos el lugar y a la gente”.