Es famosa por su peinado estilo Cruella de Vil, el maquillaje que usa y sus múltiples tatuajes -se cuentan 36-. Después de participar en la versión estadounidense de The Voice, en la que fue eliminada en las instancias finales, lanzó Cry Baby: su álbum debut lleva 82 semanas en el Billboard 200 y su pico más alto fue el puesto 6. “Nunca me imaginé que todo esto podía llegar a pasar, es una sorpresa enorme para mí”, confiesa en exclusiva para Billboard una de las artistas más jóvenes de Lollapalooza.
Tu madre es puertorriqueña y tu padre es dominicano. ¿Qué sabés sobre Latinoamérica y Argentina?
No conozco mucho pero estoy súper entusiasmada con finalmente conocer. Sé que muchos de mis fans en Argentina estuvieron tuiteando y preguntando por mí. Estuve en Brasil y conozco el calor latino. Me dijeron que la energía y la pasión de Brasil y Argentina son parecidas.
¿Cómo te describirías musicalmente?
Soy como una científica que está en el laboratorio experimentando con mis emociones. La música es como mi terapia y quizás funciona así también para los que la escuchan. Cuando hacés canciones que reflejan lo que sentís vos y que a la vez la gente se puede identificar con ese sentimiento, se genera una conexión; la música se trata de eso, de conectar. Las temáticas principales que abordo en las letras no son las típicas cosas de la música pop de hoy, y esa honestidad generó un vínculo con muchas personas. Estoy muy agradecida de que eso haya sucedido.
Hiciste un video por cada canción en tu álbum debut. Falta sólo el del último track Mad Hatter…
Ya escribí el guión. Justo ahora estamos planeando como hacerlo, porque ese video es muy distinto a los otros. No lo quiero spoilear pero sí te puedo contar que tendrá mucha más preparación, edición y se basa en la postproducción. Es el último de esta secuela y lo quiero hacer bien. Aún no tengo la fecha de lanzamiento.
Se cierra un ciclo…
Absolutamente. Es el fin de mi primer álbum. Es algo así como una despedida. El nuevo continuará la historia de Cry Baby, pero de una manera más madura y completamente distinta. Quiero que todos mis discos tengan un hilo conductor.
¿Qué podés adelantar de lo nuevo?
Mi próximo álbum será muy visual y tratará de reflejar los signos de esta era. Ya estoy componiendo los bonus tracks y ahora me concentraré en las imágenes. Se reflejará mi crecimiento y estoy muy emocionada por eso. Es un proyecto enorme: ahora estoy escribiendo los guiones y filmando las imágenes. Quiero que todo esté listo para el lanzamiento, por lo que tendré un año con mucho trabajo. Quiero que suceda lo que tengo exactamente en mi cabeza.
¿Hay covers y/o colaboraciones?
Michael Keenan, mi novio, me ayudó a producir el álbum. Yo escribí las melodías y las letras, excepto en tres que las hice junto a Emily Warren -compositora de Chainsmokers o Shawn Mendes-. Ella es la única con la que podría componer una canción en este momento de mi vida, porque todo el material es muy personal y viene desde muy adentro mío. Ella entiende esa faceta y es una persona maravillosa. Hago canciones cuando estoy muy triste o cuando afloran emociones fuertes. Para mí es más fácil expresar ese tipo de sentimientos. Mi música nueva habla de distintas situaciones y un poco sobre cómo es crecer y madurar. Muchas veces empiezo con un título o una frase y con eso encaro el estudio de grabación. Ahí empiezo a ver cómo contar esa historia con los sonidos y las visuales.
¿Qué estás escuchando últimamente?
El último álbum que realmente me tocó fue el de Big Sean. Pero, últimamente, no estoy escuchando mucha otra música que no sea la mía. Estoy muy metida en mi propio mundo.
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