“Se trata sobre la amistad y el amor”, resume Mat Whitecross, y tras un segundo de pausa el director de A Head Full Of Dreams detalla: “Es muy fácil que la gente empatice con esta historia”. Amigo de Chris Martin, Jonny Buckland, Guy Berryman y Will Champion desde que eran universitarios, Whitecross los grabó durante 20 años, en diferentes partes del mundo. “Hacía mucho tiempo que pensaba que era el momento ideal para hacer la película, pero ellos siempre me decían que no. Finalmente, fue inevitable”.
¿Qué te comentó Chris sobre la película?
−Todavía no la vio pero creo que algún día cambiará de opinión.
Luego, recuerda una charla con Martín en la que le confesó que jamás vería la película en caso de hacerse. Ya con el documental en marcha, Whitecross trae a su mente otro recuerdo de la realización: Phil Harvey, exmanager de la banda y quinto miembro del grupo, estaba obsesionado con cómo quedaría el trailer. “Yo no entendía por qué, no considero que un trailer tenga la misma importancia que un film completo, pero él tenía una razón”. Aquellos 2 minutos y 20 segundos que servirían de adelanto sería lo único que vería Martin. “Después comprendí que era esencial para que lo dejara contento”.
Desde que Whitecross y los miembros de Coldplay cruzaron sus caminos en la Universidad de Londres, la fortuna los acompañó. Dos décadas más tarde, el cineasta realizó reconocidos documentales políticos como The Road to Guantanamo y The Shock Doctrine. El cuarteto británico vendió más de 77 millones de álbumes y llenan estadios alrededor del mundo.
A Head Full of Dreams llega dos años después que Whitecross estrenara Oasis: Supersonic. El documental termina con los dos shows de la banda de Mánchester en Knebworth Park en agosto de 1996; entre los dos recitales se vendieron 250.000 tickets aproximadamente. Los hermanos Gallagher siguieron trabajando juntos, entre escándalos y peleas, durante otra década, pero esas dos presentaciones fueron su máximo apogeo. Los miembros de Coldplay se conocieron un mes después y, sin saberlo, comenzaron un legado en la música británica tan grande como el de Oasis. Whitecross, con sus dos películas, es quien le muestra el interior de las dos bandas de rock británicas más importantes de los últimos 25 años.
¿La banda puso un límite en lo que se trataría?
−La banda no delimitó un área. Por ejemplo, John (Buckland) tuvo problemas con el alcohol, pero siempre fue muy público todo lo que se habló y sucedió al respecto. Yo me concentré en la banda y en la música, quería mostrar el mundo más importante de Coldplay. Es diferente a Supersonic, donde sí se muestra con más detalle las partes oscuras de la banda. No sentí que tenía que profundizar en eso, quise mostrar más cómo es la relación entre ellos por fuera de lo que uno ve en un show en vivo. No quise hacer una película centrada en el chismerío y la vida personal de cada miembro del grupo. Además, la banda jamás hablaría de esas cosas por lo que sería imposible hacer esa película (risas).
¿Fue un riesgo ponerle el mismo nombre del álbum a la película?
−Sí, pero tampoco fue fácil darle un nombre. Lo trabajamos por un tiempo largo y por un año se llamó Kaleidoscope, como la canción de su último álbum y del EP. Era un lindo concepto, pero terminaba de encajar con lo que mostraba el documental. Al final, coincidimos que la película se trata sobre un sueño y su realización, por eso se llamó A Head Full of Dreams.
¿Habrá un nuevo álbum de Coldplay?
−Siempre serán una banda que hará álbumes. Entiendo que todavía disfrutan de hacer música juntos.
¿Coldplay quedará inmortalizada en la historia universal de la música?
−Me acuerdo de estar con ellos en París hace un par de años y un amigo que tenemos en común le preguntó a Chris si pensaba que la banda pueda llegar a ser la más grande del mundo… Chris le respondió: “No sé si la más grande, pero dejaremos nuestro legado”. Su último tour es uno de los más grandes de todos los tiempos… Si así lo desean, en un futuro, serán más grandes que los Rolling Stones.