“Siempre estaba imaginando algo”, dice la estrella de reggaetón de 23 años que decidió llamarse “Maluma” al combinar los nombres de su hermana y de sus padres. Soñaba principalmente con hacer música. “Llenaba los márgenes de mis cuadernos de colegio con letras. Mis amigos me pedían que escribiera cartas para sus ex novias, para que pudieran volver con ellas. Pensé: ‘Yo debería estar componiendo canciones para mí’”. En clase, en el colectivo, en cualquier momento que tenía libre, se ponía a esbozar baladas, canciones de pop y beats. Se terminó centrando en un estilo.
“El reggaetón era lo más”, dice el artista, sentado en las oficinas de Billboard, con su brazo tatuado colgando del apoyo. Su otro brazo repiquetea un beat sobre su pierna. En persona, Maluma es tranquilo y muy cortés. Sostiene la puerta para otros, recibe a la gente con contacto visual, da apretones de manos firmes y el tradicional beso en el cachete latino. Todo un contraste con sus brazos tatuados, sus jeans rotos y las fotos en las que está casi desnudo en su Instagram. Es “ese chico lindo de al lado que aman las madres y las abuelas, con un costado sexy que las chicas sueñan con conocer”, dice Jesús Salas, VP ejecutivo del Spanish Broadcasting System.
El estilo de reggaetón de Maluma encaja perfectamente con su imagen, llega a ser romántico y crudo. Su sonido representa una evolución del género, que migró de Puerto Rico a Colombia en esta última década. Allí, la industria creció gracias a Shakira, Juanes y Carlos Vives. El reggaetón en sí se benefició de los cimientos musicales del país, principalmente la infraestructura y la ausencia de censura, y de una población lista para “reemplazar su historia violenta con una más positiva”, dice la doctora Michele Rivera, una académica del área de comunicación de la Universidad de Michigan, que está por publicar un libro sobre reggaetón.
Pero Maluma casi se quedó sin éxito. Cuando el adolescente pasó a grabar temas en los estudios locales, también estaba encontrando la fama en el fútbol. “Me escapaba de clase, jugaba por horas y después me iba a grabar –dice–. Dormía cuatro horas por noche.”. Decidió dejar de lado la posibilidad de probarse en el seleccionado nacional; si bien “casi le doy un ataque a mi papá”, cuenta. “Fue como cortar con una novia. Dolió. Pero vi una chance y la tomé”.
Grabó sus canciones y empezó a tocar en las escuelas locales, y observó su crecimiento en los streams sociales. Eventualmente, pasó sus singles por las radios locales. Y se hizo amigos y fans (“Malumáticas”) que compartieron el video de Farandulera en YouTube. Cuando las visitas llegaron a las seis cifras, Sony Music se acercó a él. Magia, el álbum de 2012, dio el single La Temperatura, que llegó al Nº 24 del Billboard Hot Latin Songs. El éxito lo alentó: “Lo único que quería hacer era seguir con el próximo tema”.
El álbum, Pretty Boy, Dirty Boy, de 2015, fue más urbano. “Me hice conocido por cantar baladas románticas a las mujeres, pero también puedo ser ese tipo que te dice por qué no podés ser la única mujer para mí”, sostiene. El álbum llegó a la cima del Top Latin Albums, pero también tuvo sus detractores. Una de las canciones, Cuatro Babys, enfureció a las feministas, que pidieron que la sacaran del aire. “En América Latina, la gente quiere que escribas bellas melodías y palabras –dice Maluma–. Pero hay algunas canciones que triunfan porque muestran la realidad de la vida”.
El clamor no pudo detener su ascenso. Al poco tiempo, Shakira se le acercó para que colaborara con ella. Chantaje salió en octubre y se convirtió en el primer hit de Maluma en el Billboard Hot 100, con un pico en el Nº 51. Tuvo más de 96 millones de streams en los Estados Unidos, según Nielsen Music.
Con los sueños de la infancia cumplidos, Maluma todavía está buscando su camino. “Todo el mundo cree que es un cuento de hadas. Pero a la noche, a veces soy yo solo mirando la pared del hotel. Es la vida que elegí”. Por ahora, se encuentra soltero. “Estoy buscando una mujer que sea inteligente y espiritual, pero que también pueda manejar la locura de mi vida”.
Actualmente, está pronto a lanzar su próximo single, Felices los 4, y después pasará por Europa, México y Brasil. También quiere hacer realidad otro sueño: trabajar con su héroe, Justin Timberlake. “Quiero ser completamente mainstream”, explica y luego promete: “Nunca voy a dejar de cantar en español; a lo sumo spanglish. Quiero crecer, pero no de una forma que deje atrás a mi público”.