Los comienzos del 2003 fueron una época movida para AC/DC y para Malcolm Young en particular. El grupo había sido incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll en aquel entonces, y como parte de un nuevo acuerdo con Sony, estaba lanzando una serie de remasterizaciones. Eso implicó también una extraña situación entre los sellos que derivó en un hiato de ocho años entre Stiff Upper Lip (2000) y el exitoso Black Ice (2008). Por entonces, atrapamos a Malcolm Young con un humor locuaz. Se sentía entre nostálgico y sentimental, pero no dispuesto a dejar que AC/DC descansara en los laureles.
¿Tenían alguna visión para AC/DC cuando comenzaron, o eran simplemente algunos muchachos con guitarras viendo qué pasaba?
Sí, había una visión, que se trataba básicamente de no tener trabajos diarios y de poder salir y tocar para vivir, algo que amamos hacer. Era genial si podíamos dejar nuestros trabajos y pasar más tiempo con la guitarra. Esa era nuestra ambición y nuestra visión, que se hizo más grande mientras la banda evolucionó. Pero no es que había un gran plan, y estábamos contentos de ganar plata, aunque fueran 50 mangos por semana. Sigue siendo así. Nunca cambió.
¿Se siguen sintiendo como aquellos pequeños chicos?
Sí, porque fuimos criados dentro de un sistema de clase baja en Glasgow. Fue duro. Nunca salís adelante por vos mismo. Si crecés demasiado, si tenés grandes sueños, los vas a ver destrozarse. Así que simplemente dejamos que las cosas sucedieran. Nunca damos algo por ganado. Esa es nuestra actitud.
¿Hay algo de su pasado que no sepamos y que pueda sorprendernos? Por ejemplo, vos y Angus en el coro de la iglesia o algo así…
Nah… nada de eso. No éramos de ir a la iglesia. Recuerdo una vez que mi papá estaba desempleado en Glasgow, y el párroco dijo: “Uh, yo te voy a dar un trabajo”. Tenía que pegar unos papeles en determinadas paredes. Compró los papeles, se pasó todo el fin de semana trabajando, y al final el párroco le dijo: “Que Dios te bendiga”, y no le pagó. Así que no éramos muy religiosos en ese sentido; no para la iglesia, al menos. No éramos muchachos muy normales, para ser honesto.
Ustedes tenían un hermano mayor, George, que fue estrella de rock con los Easybeats (Friday on my Mind, Good Times) y también su productor. ¿Qué tipo de impacto tuvo en ustedes como músicos?
Solía mostrarnos algunos acordes, como también mis otros hermanos. Todos en nuestra familia tocaban algo de guitarra. Cuando nos mudamos a Australia, estuvimos parando en un hostel para inmigrantes durante tres o cuatro semanas, y él armó una banda con otros pibes de ahí. Nunca la escuchamos realmente porque siempre se iban a practicar. De repente grabaron un disco, lo trajeron a casa, enseguida fueron Nº 1 en Australia y nosotros pensamos: “Ey, ¿en qué momento pasó esto?”.
¿Ya tenían aspiraciones musicales por su cuenta cuando pasó eso?
Angus y yo ya tocábamos la guitarra, incluso antes de dejar Glasgow. Tocábamos porque todos nuestros hermanos lo hacían; era lo que había que hacer. Cuando tuvimos la idea en la cabeza, y vimos que a George le iba bien con su banda, empezamos a soñar con que algún día podríamos hacerlo.
Podríamos deducir, después de lo que lograron con AC/DC, que vos y Angus eran los más ruidosos de los hermanos.
[Risas] Sí, supongo. Tocábamos la guitarra antes que los Beatles, de hecho. Agarrábamos temas de surf instrumental y ese tipo de cosas, y los tocábamos con cuerdas abiertas porque nuestros dedos no eran lo suficientemente grandes para generar la presión, así que podíamos lograr un sonido grande con esas guitarras acústicas viejas y baratas. Solíamos investigar un poco hasta encontrar las notas. De ahí tomamos el estilo más pesado de nuestro sonido. Pasamos mucho tiempo tocando la guitarra. Angus y yo somos bajitos. En Australia podés tomar alcohol en bares a los 17, y muchos de nuestros amigos eran altos, parecían de 17 e iban a los bares cuando tenían 15. Pero Angus y yo no. Ellos sabían que no teníamos 18, así que pasamos mucho tiempo entre los 15 y los 18 en el cuarto tocando la guitarra. Todos los días. Aprendimos a hablar, a caminar y a tocar la guitarra.
¿Su hermana hizo algo con la música?
Ella nunca tocó, pero le gusta la buena música, como a toda la familia. Ella es la que mantuvo la paz, si entendés a lo que me refiero, entre todos los hermanos. Si ella gritaba, los demás nos callábamos. Nadie podía tocar a mi hermana, por el respeto que inspiraba.
¿Cómo nació el sonido de AC/DC tal como lo conocemos?
Desde el comienzo dije que éramos una banda de rock and roll. “Vamos a tocar rock and roll”. Así fue, y así evolucionamos. Yo tocaba la guitarra como si fuera un piano para tener la vibra de Little Richard. Se trataba de cosas como esa: tocar el ritmo sobre el ritmo que venía desde la grabación, pero con dos guitarras. Escuchaba la canción y decía: “Pará, me gusta esa cosa del piano”, así que tocaba la guitarra imitando eso y sacaba la vibra de ahí. Así evolucionó desde el principio. Era bastante obvio lo que debíamos hacer. El rock and roll no se piensa, simplemente se hace.
¿Cómo hicieron con Angus para desarrollarse como tándem de guitarras?
Desde el comienzo, fui lo suficientemente sabio para decir: “Bueno, yo toco la rítmica porque Angus podría realmente elevarse siendo la principal”. En una época, yo solía perder el tiempo con la guitarra principal, pero no demasiado; Angus era mucho mejor, simplemente fue a por ello y fue brillante. Mi lugar era quedarme sentado con la rítmica, y yo amaba el ritmo. Siempre lo amé.
¿Entonces cómo fue que Angus apareció con el vestuario de estudiante escolar?
Bueno, simplemente apareció así. Creo que George le dijo una vez: “Pensás que todos están mirándote cuando estás parado ahí; así que, al final, yo empecé a moverme un poco en el escenario, porque ellos piensan que estás chiflado, entonces, no les importa”. Pienso que Angus tomó eso. George nunca hizo lo mismo que Angus; pero Angus, con su uniforme escolar, dijo: “Ellos creen que estoy loco como la mierda, así que da igual, voy a actuar como un chiflado”.
Y después cobró vida propia
Nos agarró por sorpresa. Simplemente lo hizo. No dijo: “Voy a hacer esto” o “Voy a saltar como un loco”. Enseguida armó toda la performance: tomó algo de Chuck Berry con el duck walk y listo. Creo que miró fijo al público una vez porque había un par de soberbios, y así fue como salió lo de bajarse los pantalones. De alguna forma, lo siguió repitiendo en todos los shows que hicimos en pubs de Melbourne y Sídney, y se quedó con nosotros para siempre.
¿Desde cuándo te abrazaste a la idea de los grandes espectáculos arriba del escenario? Fue un pequeño salto desde el circuito de pubs.
Una vez que empezamos a tocar en grandes venues nos dimos cuenta de que debíamos darle algo a la gente, especialmente a la de Norteamérica, que pagaba buena plata por los tickets y quería ver cosas. Quería luces. Quería esto y aquello. Lo entendimos. La banda significa entretenimiento. Subimos ese concepto a bordo, pero al mismo tiempo tratamos de decir: “Cualquier cosa que usemos ¿puede ser usada en el disco?”. Por ejemplo, la campana de Hells Bells y cosas por el estilo; o el cañón de For Those About to Rock… Así que tratamos de, al menos, presentarlo como si no fuera un truco. Estaba en realidad en el disco, por lo que nos da licencia para hacerlo en el escenario. Así que lo tomamos de esa forma, y al mismo tiempo le damos a la gente algo más que solo una gran banda arriba del escenario. Es un extra, es parte del todo. Ahora se espera que lo hagamos siempre, así que, a menos que toquemos en un venue chico, nos gusta que la gente se vaya a su casa exaltada y que ame la campana, el cañón y todo eso. Así que seguimos por ese camino.
Contanos acerca del comienzo de todo, con High Voltage.
Cuando nos juntamos con Vanda & Young –mi hermano George y su socio en los Easybeats–, terminamos yendo al estudio y ellos dijeron: “¿Qué es lo que tienen?”. Creo que contábamos con unas cinco canciones. Ellos seguían siendo rudos, lo sabíamos por haberlos visto arriba del escenario. Arreglaron algunas cosas, y nosotros pusimos el resto en el estudio. No teníamos tiempo de pensar, para ser honesto. Simplemente lo hicimos. Hacíamos un show, después nos metíamos en el estudio dos horas, pegábamos algún tema… La forma en que llevamos adelante las cosas fue bastante irregular, y fue así de rápido todo. Al final del día lo escuchábamos y decíamos: “Mierda, esto está bueno, ¿no?”. Así que el álbum fue lanzado muy rápido.
¿Cómo era trabajar con un productor que también era su hermano?
Nos obligaba: “¡Dale! ¡Tienen que hacer algo un poco roquero! Saquen algo interesante y nosotros le vamos a agregar lo que haga falta”, y nosotros íbamos y lo hacíamos. Solíamos componer mucho dentro del estudio. Insisto, no teníamos mucho tiempo, así que caíamos con un riff y ellos siempre nos decían: “Necesitamos un título. Angus, vos sos bueno para los títulos, danos uno”. “¡TNT!”. Y así tuvo una pequeña línea para continuar. Y Bon tenía sus ideas, como She’s Got Balls y cosas por el estilo. Y había otras ideas que trabajábamos. Solo las poníamos sobre un papel y las encarábamos. Teníamos que sacar un álbum, y rápido, porque no teníamos tiempo para otra cosa.
Las guitarras son marca registrada de AC/DC, por supuesto, pero ustedes sorprendieron a todos con las gaitas en It’s a Long Way to the Top (If You Wanna Rock ‘n’ Roll). ¿De dónde salió esa idea?
Esa es otra que salió del estudio a raíz del título. Tiramos algunos acordes encima y listo. Creo que fue George quien dijo “Quizás pongamos algunas gaitas”, porque los acordes eran resonantes. Teníamos esos acordes abiertos en sol, y cuando las dos guitarras golpeaban la cuerda de sol, se sentía que podrían entrar las gaitas. De hecho, Bon sabía tocar la flauta, pero no la gaita, por lo que tomó el tubo y tocó la melodía; después, nosotros hicimos las otras partes por separado y quedó fantástico.
Bon murió hace mucho tiempo, ¿sienten que sigue siendo parte de AC/DC, al menos en espíritu?
Siempre está con nosotros. Nunca nos dejó. Así es como somos, muy fuertes y unidos… No se puede olvidar. Hay muchas historias con él. Aparecen todos los días; si no es por alguno de la banda, es por un fan. Es genial para nosotros. Nos muestra cuán populares somos y hace cuánto tiempo. A medida que pasa el tiempo, Bon se hace más grande de alguna manera.
La inclusión de AC/DC en el Salón de la Fama del Rock and Roll pareció una distinción dudosa para un tipo de banda irreverente como son ustedes.
[Risas] ¡Es totalmente cierto! Y así es como nos sentimos. Sé que varias veces fuimos nominados, pero también rechazados. Así que, de alguna manera, es algo tierno, pero para nosotros no es un honor. Creo que habría sido mejor si nos rechazaban de nuevo [risas]. Y también existe la otra cara de eso: no hay demasiado rock and roll en ese Salón de la Fama, ¿o sí? Digo, verdadero rock and roll…
Fue Steven Tyler quien los presentó. ¿Cómo pasó?
Se lo pedimos a Steve porque cuando nos pusimos a pensar en la primera vez que vinimos a los Estados Unidos, el primero que se nos vino a la mente fue él. Creo que dimos algunas fechas en clubes y cosas como esas, y cuando Aerosmith escuchó que estábamos en el país, nos puso como banda soporte. Después, Tyler habló de nosotros en entrevistas. Nos metió en The Midnight Special [un popular show musical de televisión de los 70 y 80]. Pero lo que realmente selló la propuesta fue cuando tocamos un show con Foreigner, que por entonces tenía un gran hit y fue en un estadio grande. Aerosmith también estaba ahí. Por alguna razón, Foreigner no quiso que estuviéramos, y Steven Tyler dijo: “Si ellos no van a estar, tampoco nosotros”. Pienso que eso fue brillante. Así que cuando miramos para atrás, vemos que él fue quien nos ayudó al llegar a los Estados Unidos por primera vez, y estamos agradecidos por eso.