Tres preguntas dominaron a México durante julio. ¿Quién será el nuevo presidente? ¿Cuánto avanzará la selección de México en el Mundial? Y ¿dónde está Marcela, la mamá de Luis Miguel? Las primeras dos tienen respuesta. El 1° de julio, México eligió a un nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador; horas más tarde, la selección de fútbol era eliminada en octavos de final.
La tercera pregunta, en cambio, sigue sin respuesta, y quizá nunca la tenga. Pero gracias a un nuevo hit televisivo, la revelación sobre lo que habría ocurrido con Marcela Basteri, la madre perdida de Luis Miguel, se transformó en trending topic de todas las redes sociales, la radio y otros medios de México y buena parte de Latinoamérica.
El público espera que alguna explicación sobre la desaparición de Basteri salga a luz en una hipotética segunda temporada de Luis Miguel, la serie, que en Latinoamérica se vio por Netflix. A medida que la primera temporada de la serie biográfica (que arrancó en abril y protagoniza Diego Boneta como Luis Miguel) llegó a su conclusión, cada episodio arrojó nuevas pistas sobre los últimos días de Basteri en 1986, cuando desapareció y nunca más se la volvió a ver.
“La serie trae emotivos recuerdos para la generación que creció con Luis Miguel, al tiempo que explica su historia a una generación más joven –dice Miriam Grunstein, una abogada y académica residente en México D.F. que ha estado siguiendo la serie y posteando frecuentemente en Twitter–. No me imagino que su madre vaya a aparecer, ya que contradeciría la verdadera historia. Pero nos cautiva la esperanza de saber qué es lo que ocurrió”.
Luis Miguel también es un ejemplo de cómo una carrera puede desplomarse. Aunque fue una de las mayores estrellas de México y Latinoamérica desde los 80, la carrera de “El Sol de México” parece haberse estancado en años recientes. En 2015 fue ampliamente criticado por subir de peso y por la cancelación a último minuto de un show en Mérida, donde era esperado por miles de fans. Más tarde abortaría paradas en otras ciudades mexicanas.
Los problemas legales también ensombrecen la carrera de Luis Miguel. El año pasado fue arrestado en Los Ángeles por no pagar a término un millón de dólares a su mánager (la demanda luego fue arreglada). También en 2017 fue demandado por Star Productions, la agencia que representa al cantante Alejandro Fernández, por no completar una gira (la disputa se resolvió en diciembre último). En 2013, la madre de dos de sus hijos lo había demandado por el no pago de la pensión alimenticia (ambas partes llegaron a un acuerdo en 2015).
Luis Miguel echó tierra sobre ese pedregoso período y les recordó a los fans de la región por qué fue una estrella en los 80, abriendo las puertas a una vida íntima que en la realidad fue ferozmente privada. En cada capítulo, “Mickey”, como lo conocen familiares y amigos, canta un hit de sus días adolescentes. De este modo rebrota nostalgia entre los fans de México y la región, y las canciones de Luis Miguel, con más de 30 años de antigüedad, son pasadas en taxis, restaurantes e incluso durante eventos deportivos en la ciudad de México.
“La serie acercó a mucha gente a Luis Miguel y permitió que una generación más joven lo viera como alguien con quien pueden identificarse, mucho más que en el pasado –opina Alejandra López, una analista mexicana de 29 años que trabajó en el diario Reforma–. Hay un renovado interés con las nuevas generaciones, porque está de vuelta de moda. Siempre cantamos ‘La incondicional’ y ‘Culpable o no’, pero ahora conocemos la historia que hay detrás y escuchamos con más interés, y también las disfrutamos más. Ahora escuchamos todas esas canciones 20 veces en un loop, porque sentimos una conexión con sus historias”.
A poco de comenzada la serie, empezaron a aparecer reversiones de los temas de Luis Miguel en Spotify, y las reproducciones de sus canciones subieron un 200 por ciento a la semana del episodio piloto. Actualmente, cinco de sus canciones están en el top 50 mexicano de Spotify, incluyendo “Culpable o no”, el tema más pasado en la serie.
En los Estados Unidos, la música de Luis Miguel no estaba en los charts desde diciembre de 2017, cuando su último álbum, ¡México por siempre!, debutó en el segundo puesto del chart Billboard Top Latin Albums. Y aunque la serie es vista en alrededor de 776.000 hogares desde su debut en abril, según Nielsen –una cifra sólida–, se queda corta ante otras series de Telemundo, como El señor de los cielos y Sin tetas no hay paraíso.
De todos modos, el revival de Luis Miguel continúa la senda del estrellato. El mes pasado, sus conciertos en Miami y el Madison Square Garden de Nueva York agotaron todas las localidades, y muchos metieron su nombre en las urnas el pasado 1° de julio, durante las elecciones presidenciales de México. El hashtag #LuisMiguelLaSerie ha sido trending topic durante semanas en Twitter.
Cuando los estudios MGM anunciaron una unión con Gato Grande Productions para adquirir los derechos de la vida privada de Luis Miguel, el cantante declaró: “Me llevó tiempo decidirme a contar mi historia y he estado buscando el equipo adecuado para narrarla”. Parece que fue una buena decisión de “El Sol de México”.