Con glitter, disfrute y calor: así arrancaron las primeras horas del Lollapalooza Argentina 2018. Y la trifecta de Miranda!, Dante Spinetta y Las Pelotas, que se sucedieron sin solución de continuidad en los escenarios principales, fue la metáfora justa de lo que ocurría: en el festival hay de todo y para todos.
Y esa lógica no se limita a la música. Porque el que busca entretenimiento, encuentra: las activaciones fueron una de las grandes sensaciones del evento. Por eso, stands como los de Chevrolet o Coca-Cola For Me fueron un punto obligado de visita.
Con el sol pegando a pleno, Anderson .Paak, lejos de ser la entrada, fue uno de los platos fuertes. El rapero no necesitó puesta en escena ni gran parafernalia en el Main Stage 1: sabe que tiene materia prima y que desborda carisma. Por eso, con tan solo un saludo y unas sonrisas ya se había ganado al público. Y su fama se justifica en los hechos; es, seguramente, el más imaginativo de los raperos en stock: fluye libre por los caminos de la estética y el estilo, sin prejuicios ni pruritos. Bastante más tarde, cayendo la noche, Chance The Rapper funcionaría como un contrapunto. Con una propuesta mucho más visual que .Paak, el rapero de Chicago propuso un show más pirotécnico, aunque más frio: la comunicación con la audiencia fue más bien intermitente.
Y si .Paak fue la disrupción, entonces Royal Blood fue la reivindicación: el rock no está muerto y todavía pueden sonar bien fuerte. El dúo inglés, con solo dos discos editados, no tiene problema en ir al hueso: con formación bajo más batería, los británicos propusieron en el Main Stage 2 el show más caliente de la tarde, sin bajar las revoluciones (ni la distorsión) ni por un compás. Y de contrastes está hecho el Lollapalooza: poco después, en el escenario vecino, Zara Larsson se calzó la camiseta de Argentina y realizó un show a la medida de sus fans. Porque la artista sueca desde el principio declaró sus intenciones: “vamos a bailar” gritó, apenas llegada al escenario. Hubo serpentina y coreografías varias y hasta se dio el gusto de cantar Shape of You, el éxito de Ed Sheeran, en uno de los momentos más celebrados de la tarde.
Si en el Lollapalooza Argentina 2014 Imagine Dragons había dejado alguna duda, esta vez las terminaron de borrar. Porque Dan Reynolds tiene una voz de privilegio, pero aprendió lo que no sabía: ganar en presencia y en carisma. Pasaron tan solo cuatro años desde aquella presentación, y ahora puede decirse sin dudar: tienen la mística de banda grande. Su show tiene algunos problemas en las pantallas: no importa, con la música les alcanza. Porque han encontrado una fórmula ganadora, lo que muchos buscan y (casi) nadie tiene. Y, entonces, ¿por qué no repetirla hasta el hartazgo? Con un cantante que ha aprendido a comunicarse con su público, Imagine Dragons se ha consolidado como la banda pop más efectiva del mundo.
Y hoy por hoy, hablar de pop es hablar de Camila Cabello. Vestida de negro con encajes blancos, recorrió el Alternative Stage con presencia magnética y fue la que más feeling tuvo con su audiencia durante el festival. Su show funcionó como una carta de presentación, sí, pero fue más que eso: fue, sin lugar a dudas, un show histórico, porque presentó en vivo y por primera vez cinco de las canciones que componen su álbum Camila. Su show es cuidado y visual: siempre está acompañada por bailarines en perpetua coreografía y una puesta en escena que no necesita ser espectacular para lograr atraer. “¡Estoy obsesionada con Argentina!” gritó, luego de un breve instante de emoción genuina. Porque ya lo dijo ella: no se esperaba semejante recibimiento en su primera gran presentación.
En el escenario principal los Red Hot Chili Peppers dieron su segundo show en un Lollapalooza Argentina (el anterior fue de 2014). Anoche sonaron cuatro canciones por primera vez en su actual gira: «Hump de Bump», «If», «Strip My Mind» (de Stadium Arcadium) y «Nevermind» de Freaky Styley (canción que no tocaban desde 1996). Para los que fueron por los hits, no faltaron «Can’t Stop», «Snow», «Californication», «Under the Bridge» y «Give it Away». Entre ese equilibrado blend, los argentinos pudimos escuchar por primera vez las canciones de su último disco en vivo.
Hacia el final de la noche, el DJ Hardwell animó al Hipódromo con un set caliente y una propuesta sencilla: bailar hasta que las piernas aguantaran. Pero la fiesta no terminó con él: sigue este sábado y domingo, y se espera una nueva oleada de fanáticos del Lollapalooza.