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Leo García se siente cómodo con lo desconocido. Es un explorador. Recorre lugares por los que poco anduvo, porque ahí reside la aventura. Y en esta ocasión, Litto Nebbia es su brújula. En Música del corazón, el ex Los Gatos se carga al hombro la producción, se responsabiliza por los arreglos, toca la mayoría de los instrumentos y hasta escribió un par de canciones. El álbum pasea entre guitarras (Emanuel Sáez y Alambre González), baterías (Gabriel Pedernera, Juan Ingaramo y Tomás Corley), órganos y flautas (Leopoldo Deza) que bien podrían infiltrarse en algún tema de rock nacional de los años 70. Incluso, hay una versión de Yo no pretendo, de Moris. El LP aprovecha algunas oportunidades para descansar en el tango, como en Paseo de julio, una joya de Carlos Gardel en la que participan Carlos Buono y Manuel Careter en bandoneón. García no tiene miedo. Sabe que, además de un mentor experimentado, posee algunas herramientas propias que lo ayudan a atravesar el terreno con éxito: flexibilidad y emotividad vocal. Así, el icono del pop demuestra que está dispuesto a ir a cualquier parte, siempre que sea para adelante.