La primera guitarra eléctrica impresa en 3D en nuestro país pasó por el Lollapalooza. Ahí, miles de aficionados pudieron tener en sus manos el instrumento, un hibrido de madera y plástico a base de caña de azúcar.
La idea fue promocionar el trabajo realizado por el laboratorio del Centro Metropolitano de Diseño (CMD) del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Si bien la guitarra es uno de los proyectos, la idea es eventualmente ampliar la producción a prótesis, y otros elementos, siempre bajo la consigna de un desarrollo sustentable.
En cuanto al instrumento en sí, Fernando Cipollone fue el luthier seleccionado para aportar su expertise a la producción. “Fue pensar cómo hacer la guitarra, para que suene bien, como una guitarra completamente de madera”, afirmó el luthier.
Una vez diseñado el cuerpo, el proceso requirió de 300 horas de impresión, cifra que se irá reduciendo a medida que el CMD incorpore más maquinaria.
Para ello, incorporó materiales que no se imprimen, como el mástil y el diapasón, y por supuesto, los micrófonos. Al mismo tiempo, la guitarra tiene un corazón hecho con madera de caoba, por sus propiedades sonoras. Estrictamente hablando, lo único impreso es una suerte de carcasa que le da forma estética, en este caso, similar a la de una Gibson Les Paul. “Ahorra un 60 % de madera. Eventualmente, la idea es que haya distintos modelos, que la gente diseñe el suyo, y que cada uno pueda ensamblar las partes como quiera”, sostuvo Cipollone.