En 1964 Bob Dylan introdujo a The Beatles en el mundo del folk. En Beatles for Sale, los Fab Four se sumergieron en él con timidez, pero fue en Help! y Rubber Soul donde mostraron su necesidad de distanciarse del mundo beat y demostrar que eran verdaderos músicos. Revolver, de 1966, reconfiguró el pop con el estudio de grabación como herramienta creativa: Sgt. Pepper’s era el evidente paso a seguir. Si bien la psicodelia todavía tenía potencial, The Beatles logró una vez más elevar la vara hacia nuevas facciones que se desarrollarían a finales de los 60.
La canción homónima se inicia con el barullo de una audiencia expectante. Este recurso hace sentir que el disco es una especie de espectáculo (casi circense) y no un mero registro; es decir, incorporan el elemento conceptual. La canción podría quedarse en el rock and roll, pero es la adhesión del corno francés lo que le da un carácter de feria.
A partir del tercer tema, todo es en subida. Cada composición supera en complejidad a la anterior al utilizar la mayor cantidad de elementos posibles pero sin pretensión, todo en pos de obtener canciones pop. Lucy in the Sky With Diamonds juega desde su titulo con el LSD, sustancia de la que The Beatles se habían vuelto ávidos consumidores. La voz de Lennon fue grabada en dos pistas para lograr un efecto fantasmagórico que remite a I’m Only Sleeping, de su disco anterior, sumado al órgano Lowery que lleva la melodía inicial y configura el tono psych del tema.
Fixing a Hole cuenta con su productor George Martin tocando el clavicordio, lo que permite considerarla una de las primeras canciones con intenciones barrocas dentro del pop, género que se popularizaría con bandas como The Zombies y Nirvana (el grupo británico). She’s Leaving Home continúa en la misma línea, pero acentuada: tan solo Lennon y McCartney participan como cantantes junto con un gran grupo de cuerdas que se encarga de musicalizar. Being for the Benefit of Mr. Kite incorpora música circense y cierra el lado A del disco, para dar lugar a Whitin You Without You, donde Harrison despliega instrumentos hindúes, además de contar con acompañamiento de cuerdas. Luego de ese mantra, el álbum pasa a la canción de novedad con When I’m Sixty Four, seguida de Lovely Rita, canción que dialoga con She Said Good Morning, de The Pretty Things, en su disco S.F. Sorrow nacido a partir de la obvia influencia de Sgt Pepper’s.
Good Morning Good Morning prepara el cierre con una compleja canción en estilo de orquesta militar. The Beatles se da el lujo de reinterpretar Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band en una versión acelerada y más roquera. Los aplausos del público apócrifo dan lugar a A Day in the Life, probablemente la canción más compleja de la obra. Aquí los Fab Four utilizan toda clase de recursos para convertir una canción pop en una complejo pastiche sonoro.
Sgt. Pepper’s plantea una nueva dirección en el rock que sería amplificada en las búsquedas de diversos grupos y dando lugar a géneros como el pop barroco e incluso el rock progresivo, sin dejar de estimular los últimos coletazos de la psicodelia.
La portada
No hay que tomar a la ligera el fragmento de A Hard Day’s Night en el que una periodista le pregunta a Ringo si es parte de la cultura adolescente británica Mod o de los Rockers, a lo que responde velozmente que él es un mocker (bromista, en inglés). El título del disco parodia a bandas de San Francisco con nombres como Quicksilver Messenger Service, Big Brother and the Holding Company y Country Joe and the Fish. También logran ridiculizar al resto de los grupos, dejándolos desarmados y desactualizados frente a esta nueva instancia del rock que se imponía como futuro. La portada fue un elaborado trabajo colaborativo entre la artista estadounidense Jann Haworth, el artista pop británico Peter Blake y el fotógrafo británico Michael Cooper. La imagen muestra a The Beatles vestidos como integrantes de la Lonely Hearts Club Band, rodeados de diversos personajes de la historia universal.
Sgt Pepper’s fue el segundo disco en dejar su portada en manos de artistas pop, luego de que Andy Warhol hiciera lo suyo con The Velvet Underground unos pocos meses antes. Hubo casos como Ptoof!, de The Deviants, que simplemente se apoyaba en la idea del pop de Roy Lichtenstein y su obra Wham! de 1963, al igual que The Small Faces y su Ogden’s Nut Gone Flake, en donde replican una caja de tabaco.
La portada de The Beatles fue parodiada hasta el hartazgo: los Stones le rindieron homenaje en Their Satanic Majestic Request, con un complejo holograma que compitió en dificultades de manufacturación con la “banana” de Warhol; y también Zappa en We Are Only in it for the Money.
El camino a Sgt. Pepper’s
Previamente al lanzamiento del álbum, hubo todo un grupo de discos registrados que también ayudaron a cimentar la psicodelia más extrema. Anecdóticamente provinieron de Los Ángeles: con Pet Sounds, The Beach Boys se reinventaba lejos de ser una banda de surf vocal y enaltecía a Brian Wilson como una de las mentes más creativas al confluir la orquestación, los complejos arreglos y las melodías en una sensibilidad pop inigualable hasta ese momento. The Byrds devolvían el revés con Fifth Dimension, una obra que presentaba las posibilidades de la psicodelia y refundaba el rol de la guitarra eléctrica en un camino transversal al de Jimi Hendrix.
Desde Inglaterra, The Yardbirds aportaron su granito en Roger The Engineer, una obra que se apoya en el R&B que los caracterizaba, pero los sumerge en nuevas sonoridades. Su búsqueda había comenzado tempranamente en 1965 con las escalas orientales utilizadas en la guitarra de Heart Full of Soul.
Procol Harum fue probablemente el caso más relevante para comprender el camino hacia Sgt. Pepper’s. En mayo de 1967 lanzaban su single A Whiter Shade of Pale, probablemente, la primera canción de rock en incorporar elementos clásicos, es decir, adelantarse al rock progresivo: el teclado adapta Air on the G String, de Johann Sebastian Bach.
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