Con su segundo álbum, "Soy", la pequeña gigante del entretenimiento, logró expandir su éxito, ingresar en los charts internacionales y fortalecerse como ícono pop. Fue tapa de Billboard Argentina en junio pasado.

Lali Espósito vivió un 2016 de ensueño. Con más de diez años de presencia ininterrumpida en la televisión argentina, tiene una familiarización poco común con la audiencia. Así pudo incursionar de lleno en la música y madurar públicamente acompañada de un fandom que creció a la par de su éxito mientras en los programas de espectáculos hablaban sin cesar de sus romances. Siempre con ganas de aprender y evolucionar, esta pequeña gigante del entretenimiento cautivó a más de uno en su repentina transformación de niña a mujer. “Fue un año tremendo. Cuando me lo dice otra persona, lo que pasó con Billboard o sentirme considerada dentro de una escena de artistas tan grandes y mundiales, corriendo el ego de lado un rato, me emociona por muchas aristas. En lo personal, pienso en mí como si me viera cualquier persona de afuera. Me fijo cómo sale el show, cómo se escucha el disco y me veo en términos muy profesionales. Todavía tengo la capacidad de diferenciar mi ser humano, el que no se come tanto la película. Pero a la vez, la película pasa y es real, entonces intento entender lo que sucede y no abandonar el lugar humano, más inocente y ameno. Todo es producto de una búsqueda por hacer algo original, algo distinto. En Soy me animé a escribir, a desnudarme con las letras, y que funcione es muy emocionante. Fue un año zarpado”.