¿Cuál es la fórmula de la canción perfecta? ¿Con qué ojos se diseñan las melodías pop que seducirán y se elevarán a millones? Las preguntas ya no suelen ser el espejo de La Oreja de Van Gogh. El planeta imaginario es el cuarto disco con la cantante Leire Martínez; el séptimo de estudio y el número 13, sumando los formatos en vivo y los DVD. El 4 de noviembre, el álbum se había liberado en Spotify “y hubo fans que se hicieron una cuenta en Nueva Zelanda para poder escucharlo 12 horas antes”, jura Leire. Y remata el baterista Haritz Garde: “¡En Papúa, Bora Bora y Nueva Guinea también estaban celebrando!”. Los demás estallan de risa mientras toman té –y ella algo fresco– en el séptimo piso de Sony Music Argentina, delante de las torres de Palermo y del universo gris porteño bajo el sol.
Con la producción estratégica del mexicano Aureo Baqueiro, El planeta imaginario se grabó en todo un mes en los Estudios Du Manoir de Las Landas (Francia), donde hicieron los cinco anteriores. “Queda en medio de un bosque a una hora y media de San Sebastián, y nos permite aislarnos y concentrarnos para que toda la energía esté volcada en la música”, confía Álvaro Fuentes, el bajista.
El contraste fue terminar de mezclarlo en Los Ángeles: LOVG sabe cómo capturar oídos en la era digital. En septiembre, con el primer single Verano, un tema pop con toques electrónicos surcando su pegadiza épica melódica, encabezaron las listas de iTunes en Argentina, Chile y Colombia. En octubre lanzaron tres más (Estoy contigo, Diciembre y Camino de tu corazón) y, ya en noviembre, El planeta imaginario quedó primero en 11 países. A la vez, en los Estados Unidos entró entre los diez primeros de los charts Billboard Latin Albums y Latin Pop Albums.
¿El planeta imaginario es lo que ocurre arriba o detrás del escenario?
– Xabi San Martín: Siempre decimos que somos gente corriente haciendo algo extraordinario. Y tan diferente a lo que vivimos día a día. Cuando nos juntamos los cinco, surge este planeta imaginario: es hermoso hacer canciones, transmitir nuestras emociones, viajar por el mundo y seguir creciendo después de 20 años. En la gira que arrancamos el 17 de diciembre en España, intentaremos reproducir esa chispa.
¿Estar tres años sin editar un disco fue demasiado tiempo?
– Pablo Benegas: Desde el punto de vista del marketing es contraproducente: sin duda alguna. Pero en 20 años, y 18 desde el primer disco, hemos tomado un montón de decisiones: las acertadas y las equivocadas siempre han sido en clave musical, nunca en clave de negocio. Esa es la verdad.
¿Estaría mal hacerlo?
– XSM: Pues ¡no! A un éxito musical lo celebramos con todo. Podríamos haber acelerado el disco o haberlo guardado esperando una época mejor, pero ese tipo de decisiones hacen que la industria se empobrezca. Nosotros queremos vender la mayor cantidad de discos y en cuantos más países, mejor. Pero el éxito es una consecuencia de nuestras decisiones artísticas. Estos tres años han sido de girar por toda Latinoamérica y, un año y medio más, de componer el disco.
– PB: Muchas veces, lo más fácil es dejarte llevar por los ritmos de la industria, pero no siempre coinciden con los propios. Sacar este disco ha sido real y sincero.
¿Qué distancias hay entre el sonido que generan primero en San Sebastián y el que piensan luego para el mercado internacional?
– PB: No tomamos ninguna decisión para conquistar mercados, pero no por una sacrosanta identidad que no queramos corromper, sino porque no sabemos hacerlo. Intentando conmovernos escribiendo la música que queremos, hemos tenido la suerte de vender millones de discos.