En Giorgio By Moroder, de Random Access Memory, los Daft Punk pusieron el despertador para que las nuevas generaciones redescubrieran al pionero de la música electrónica, al responsable de componer y producir una montaña de hits desde los años setenta, todo a base de sintetizadores. A partir de ese homenaje, el italiano fue revalorizado por una gran cantidad de público y retomó su carrera, editando el álbum Deja Vú y recorriendo distintos lugares del mundo para mostrar su currículum, que involucra artistas como David Bowie, Lady Gaga, Elton John, Coldplay y Barbra Streisand.
Anoche le tocó el turno a Buenos Aires. El DJ italiano asomó al escenario de Niceto vestido con una sobria camisa celeste, contrastada bizarramente por los bailarines de la compañía Inestable del 69 y su exótico vestuario en tonalidad dorada. “Soy un pésimo bailarín”, avisó días antes a la prensa. Y no mintió. Lo suyo no es la performance sobre el escenario, a pesar de que sus canciones inviten a eso. Una laptot y un mixer fueron suficientes para contarle su historia al público argentino, que coreó clásicos como What a Feeling (Irene Cara); Love To Love You, Hot Stuff, I Feel Love y Bad Girls (Donna Summer).
Los brazos alzados para agitar al público se convirtieron en lugar común con el correr de la noche. La gente respondió con ovaciones y más admiración que baile. Y hasta hubo tiempo para chicanas: antes de presentar Un’ Estate Italiana –el himno del Mundial de 1990–, Moroder lamentó irónicamente que la Selección perdiera aquella final contra Alemania.
Cuando fue el turno de pasar el tema de Daft Punk, Moroder detalló en pocas palabras cómo fue su aporte en la canción. Días antes, le había contado a Billboard: “Siempre me gustó Daft Punk, incluso antes de que se me acercaran para colaborar con ellos. Hace años que los conozco. Me sentí muy feliz cuando me llamaron para hacer la canción, es muy linda, quedó muy bien, y se trata de la historia de mi vida.”
“Para terminar, un tema que todos ustedes conocen”, dijo antes de pasar a Call Me, el clásico de Blondie con el que se despidió, invitando a todos a volver esta noche. El DJ disfrutó del reconocimiento del público local y confirmó que su renacimiento artístico es posible, aún teniendo 75 años.
Fotos: Jimena Marseillán