“Desde hace siete años que camino por la calle y me reconocen. Me piden una foto o me gritan algo”, suelta Julián Serrano. Pero no es vanidoso el comentario, es más bien crudo. Lo que realmente está diciendo es otra cosa. Desde que tiene 17 años se dedica a emprender, a generar contenido. A los 18 años se fue a vivir solo, empezó a manejar sus cuentas y también dejó trunca una carrera en la Facultad de Psicología.
“La gira por el interior la produje con mi socio. Yo me comprometo al cien por cien con el proyecto porque es mío”, explica. El joven de 24 años viajó a Miami en 2016 para buscar un nuevo rumbo en su sonido y trajo Vida tranquila, producido por Víctor El Nazi. Con un single fresco bajo el brazo salió a recorrer el país. “Yo estoy atrás de todo, miro las planillas de Excel y hasta los impuestos. Produje hasta mi primer show, en La Trastienda”.
En 2018 entregará tres nuevas canciones producidas por quienes trabajan con Maluma y Shakira. Él envió su material y estuvo a la espera de una respuesta, porque, claro, al ser tan solicitados, no trabajan con cualquiera. Finalmente viajó a Medellín y les dio su propia impronta a sonidos del trap y el dancehall. “Para hacer música urbana no basta con el talento, necesitás transmitir algo a la gente. J Balvin es un claro ejemplo, rompió el paradigma”, comenta.
Su carrera en la música comenzó en 2014. Después de actuar en la serie juvenil Aliados, lanzó su primer álbum bajo el seudónimo de Jota Esse y de manera independiente. Pero su temprano suceso en la industria no solo se dio por ser parte de una producción de Cris Morena –trampolín de artistas como Lali Espósito, Benjamín Amadeo u Oriana Sabatini–. Previo a entrenarse en esta escuela, Serrano ya tenía un camino recorrido en YouTube haciendo humor y covers satíricos. Hoy cuenta con más de dos millones de suscriptores y acumula un total de 239.503.500 visitas con todos los videos de su cuenta “/JulianSerrano7”.
Tentado por compañías musicales de renombre internacional, hoy prefiere mantenerse independiente. “Rechacé ofertas muy tentadoras porque no estaba preparado. Primero quiero tener un producto más armado, y recién ahora se está dando”, expresa. El santafesino no solo piensa como músico, sino también como empresario. “Yo también hago las cosas por estrategia. Las decisiones sobre mi carrera siempre las tomé yo”, desliza y reconoce: “Ser el productor de todo lo que llevo a cabo hizo que me costara disfrutar arriba del escenario. Hoy ya puedo hacerlo”.
Durante 2017 llegó a grabar dos tiras diarias casi en simultáneo para Canal 13 y Telefe. Pero durante este año congelará su carrera como actor y se centrará en la música.
¿Vida tranquila marca tu nuevo camino musical?
– Las canciones que saqué con Jotta Esse eran más teen, más pop… no quería algo tan rapero o urbano. En ese momento apuntaba a un público más popular, lo urbano está en boga recién ahora. Además, tenía miedo de hacer solamente rap, y si el día de mañana hacía otra cosa, que saliera la gente a criticar como le pasó a Porta. Él se obsesionó con solo hacer rap y no tuvo mucho en cuenta que la música evoluciona todo el tiempo.
¿No tenés miedo de seguir la tendencia musical?
– Yo soy bastante exigente con lo que hago, sea siguiendo la tendencia o no, sé que va a estar bien hecho. Hace un tiempo hice tres canciones con Víctor El Nazi, uno de los temas no me terminó de cerrar y no lo publiqué, aunque me había salido un dineral. Ahora estoy trabajando con la gente que produce a Maluma y a Shakira. Hicieron temas que tienen 2000 millones de reproducciones. Ellos eligen con quién trabajar, y que lo mío les haya interesado fue un honor. Estas canciones van a pisar fuerte, de eso estoy seguro.
¿Sufrís la crítica del mundo conservador?
– De entrada quise hacer de todo para que la gente supiera que siempre hago lo que se me da la gana. Todas las decisiones que tomé fueron para ser siempre más independiente. Yo pongo la velocidad en las decisiones de las cosas. Ahora justo estoy en una búsqueda, me da la posibilidad de tener mis ritmos. Pero la crítica siempre existió.
¿Desde que arrancaste en YouTube?
– Cuando apenas salí me puteaban todos, estaba de moda. No podía salir a bailar que siempre me querían pegar… todo el tiempo era un problema [risas]. Tenía 17, 18 años… entiendo que se dé así. Yo nunca me cagué a piñas, pero soy calentón, entonces reaccionaba mucho a los comentarios que me hacían. Ahora, esa misma gente me respeta, entendió que yo me hice de abajo, que siempre la remé y la sigo remando. Igual entendí que cuando no me critican es cuando me tengo que alar. Si alguien me está bardeando por lo que hago, significa que está funcionando. Es decir, llegué a tanta gente que apareció la que no quiere verme.
Sos cantante, actor, youtuber, influencer… ¿cómo armás la línea de tiempo de tu carrera?
– Abrí mecha por YouTube, ahí me hice conocido antes que en la tele o las redes sociales. Me fui dando a conocer mucho por el boca en boca. Hoy me englobaría en artista, creo. Lo de influencer surge como una causalidad, tampoco reniego de eso. Pero yo comencé queriendo hacer reír y realizando videos de música. Ahora estoy en la búsqueda de mi propio sonido. Es más, el año que viene solo haré música.
¿Qué tan real ves la potencia y la llegada de los influencers?
– Para mí, los influencers desconocen el poder que tienen. Con miles de seguidores, uno puede terminar haciendo política, aunque ojalá que no [risas]. Pero yo conozco más influencers que senadores o diputados. Generan más empatía. Desde esa posición uno puede emprender en lo que le gusta. Se democratizó el contenido. Hoy, alguien con 5 millones de reproducciones en YouTube puede gestionarse un teatro sin la necesidad de los medios tradicionales. Yo pensaba estudiar Psicología y hacer contenido sobre eso. Es una gran herramienta de difusión hasta si tenés una ferretería.
¿No creés que la TV sea el foco principal de masividad?
– Me acuerdo cuando estaba en Aliados. Salía al aire solo los miércoles, y Julián Serrano fue tendencia todos los miércoles por 24 semanas. O sea, mi nombre… no el del personaje. La TV me llevó a un público más masivo, pero yo ya era Julián Serrano por YouTube o Twitter. Es una pauta de que las cosas están pasando por otro lado. Cambió la manera de hacer contenido y cómo difundirlo… Vivimos siempre frenéticos y sedientos de contenido. Es una presión que antes los artistas no tenían. Al ser todo inmediato, si en una semana no subiste nada es como desaparecer.
¿Y para vos qué significan tus seguidores? ¿Por qué creés que te siguen?
– No estoy tan obsesionado como los medios creen, ¿viste? No estoy todo el día tratando de cosechar fans o tan pendiente de los números. No me fijo todos los días cuántos seguidores tengo. Yo sé que si mi contenido está bueno, va a funcionar. Me concentro en eso, emprender es lo que me apasiona. Me gusta crear, arriesgar, invertir…