“Hey, Andy, escuchá esto. Por teléfono me dicen que nuestra vieja banda Lift to Experience se escucha en la Argentina. ¡Es bárbaro!”. Al otro lado de la línea, en Texas, el cantante y guitarrista Josh T. Pearson se ilumina. Y sonríe junto a su baterista Andy Young cuando oye las palabras de Billboard: en la Argentina hay grupos influidos por los climas desérticos y las distorsiones y reverberaciones eléctricas de Lift to Experience, banda clave del estilo shoegaze en los años 90. “¡Cool! Eso es nuevo para mí. Nadie me dice una mierda sobre lo que pasa en Latinoamérica. Me alegra mucho saberlo, man”.
La mítica Lift to Experience es un recuerdo sin nostalgia para Pearson. Su muro de sonidos melancólicos, con melodías magnéticas, alusiones bíblicas y loas a Texas, quedó plasmado en un disco doble ineludible del shoegaze: The Texas-Jerusalem Crossroads (2001). ¿Cómo sintonizar ese sonido acá? En las guitarras del disco Dynamo (1992), de Soda Stereo; en el primer disco de Juana La Loca y en otros experimentos. Pero Josh T. Pearson jamás oyó de ellos, ni piensa solo en Lift to Experience cuando dice: “Estoy muy animado. ¡Quiero ir a tocar a Latinoamérica en 2019!”.
Lift to Experience se separó por traumas y excesos (y regresó de sus cenizas en 2016). En tanto, Pearson aprendió a construir música en soledad: sacó un premiado disco que lo reacomodó en el alt-country y en el folk americano más oscuro: Last of the Country Gentlemen (2011). Pero las etiquetas no le bastan. Y menos en su disco recién nacido: The Straight Hits! Un puente en su voz dolida hacia el country profundo, pero no deprimente. “Para grabarlo tuve que quemar mi reputación y pensarme de nuevo. Al principio fue chocante, pero mi idea era experimentar”.
El juego quedó trazado en las cinco reglas que se impuso para crear The Straight Hits! Todas las canciones debían tener una estrofa, un estribillo y un puente. Cada letra debía contar con 16 líneas o menos. Todas incluirían la palabra “straight” (traducible como “recto”, “directo”, “sincero” y hasta “heterosexual”, según se quiera ver). El título debía tener cuatro palabras o menos. Y la regla final, que es fundamental: la canción debía estar por encima de todo. “Se trata de doblegarse ante la canción y no de que uno la doblegue –le dice a Billboard–. Estas reglas me sirvieron para trabajar en forma estricta, sin perder libertad. La más difícil fue la de crear canciones más cortas en distintos estilos”.
Quienes amen los rótulos o las enciclopedias de música dirán que The Straight Hits! trae colores de shoegaze, rock, rock-pop, doo-wop. Y, claro, las marcas del country en su voz endulzada por la diversión. “El disco tiene un sonido menos sucio y más pop. Me gusta sacar al público de las expectativas que tiene de mí, como hacía David Bowie”. Pearson murmura algo con Andy Young, que lo acompaña desde Lift to Experience, y vuelve al teléfono. “Los fans de antes se sienten sorprendidos. Pero el concepto de The Straight Hits! es elegante, y la música está más desplegada. Quiero que la gente sonría conmigo”.
Pearson revela cómo se las arregló para conectar en su voz las diferentes tradiciones del country. “Practicando. La música country se trata sobre todo de la voz. Todo está contenido ahí, para expresar un sentimiento y una vibración. Las interpretaciones te dan la llave del género”, conecta. Libre de presiones y en paz con el recuerdo de Lift to Experience, solo mira lo que vendrá. “Por eso hablé de quemar mi reputación. Me refiero a dejar el autoboicot y lograr claridad. Estoy listo. Les pido a todos los fans que confíen en mí”.
Heres another video from a session I did for @TheBluesKitchen https://t.co/9cIt6IZGrB
— Josh T. Pearson (@joshtpearson) 7 de junio de 2018
We are at @Primavera_Sound this weekend. @joshtpearson right now on the Heineken Stage! pic.twitter.com/BCJX7tRIIP
— Mute (@MuteUK) 1 de junio de 2018