Pocos artistas de la actualidad se relacionan con el sonido de los setentas con tanta elegancia como lo hizo Jonathan Wilson en sus primeros trabajos. Sin embargo, con Rare Birds propuso un viaje hipnótico e interespacial, que incluyó máquinas de percusión y sintetizadores, para lograr una esencia del art rock ochentoso delicioso.
El arribo de Roger Waters a nuestro país será la oportunidad de Wilson para presentar su álbum solista, el jueves 8 de noviembre a las 21 h. en Club Bebop. El guitarrista habló con Billboard AR sobre sus nuevas canciones y su relación con el ex Pink Floyd.
¿Cómo describirías a Rare Birds?
– Como mi máximo logro artístico, es algo así como el disco que siempre quise. Es una especie de pensamiento, una idea de vos con tu mejor amigo, tu hermano, tu novia, esposa. Es algo compartido, como dos personas que se convierten en pájaros raros y juntos pueden su propio mundo.
¿Es tu disco más íntimo y confesional?
– Sí, definitivamente. Este era el momento de tratar de comunicar esos sentimientos que se acercan a mi verdadera personalidad, me sentía más preparado para mostrarme como soy.
Tus discos anteriores, como Gentle Spirit (2011) y Fanfare (2013) fueron más acústicos, con influencias del sonido Laurel Canyon. Rare Birds suena muy diferente, ¿por qué?
– No podes hacer siempre lo mismo, no quiero que me identifiquen todo el tiempo con un solo sonido porque ese no es mi objetivo. Este disco esta más acerca de los sonidos que yo escuchaba cuando era un chico, los sintetizadores característicos de los ochenta.
¿Cómo vienen tus shows, teniendo en cuenta que lo haces en paralelo con la gira de Roger Waters?
– Bastante bien, el año lo planeamos contemplando las dos giras, así que en mis días libres del tour con Roger hago mis shows. Lo más importante es que pude mantener mi voz en buen estado, eso me hace sentir bien.
Hablando de Roger, participaste del disco Is This the Life We Really Want? ¿Cómo fue trabajar con él?
– Fue grandioso, él es una especie de mentor para mí. Hace 3 años estaba trabajando en un estudio cerca de la ciudad y me llamó para ser el guitarrista. La primera canción que toqué terminó quedando en el disco (“Broken Bones”). La gente que estaba involucrada en el proceso se transformó en la banda, lo que fue un gran honor para todos nosotros.
¿Cómo te sentís tocando las canciones de Pink Floyd? ¿Tenés alguna preferida?
– Para mí es muy natural, porque entiendo el sonido y las canciones, ambos hablamos el mismo lenguaje. Por eso, trabajar con él tiene mucho sentido. Con respecto a las canciones una de mis preferidas es “Dogs”.
También te presentarás como solista en Argentina, ¿1ué clase de show vamos a ver?
– Va a ser algo más íntimo, con piano, guitarra y bajo. Probablemente el show sea una mezcla de mi faceta como cantautor con un poco de psicodelia.
Las entradas para su show del 8 de noviembre en Club Bebop se pueden conseguir aquí.