«Si pude tocar con una muñeca rota, puedo pedir prestados unos equipos», nos dice Johnny Marr cuando le preguntamos si pensó en cancelar el show después de la confiscación de sus equipos en la aduana argentina. El exguitarrista de los Smiths se refiere a la lesión que sufrió el año pasado, días antes de su primera visita a nuestro país, lo que puso en riesgo sus presentaciones en el Lollapalooza y en el sideshow de Niceto.
Este escenario de Palermo fue el lugar que volvió a elegir para su segunda venida, seguramente atraído por la intimidad que ofrece un lugar tan emparentado en estructura a los típicos pubs ingleses. “Hace unos tres años, Franz Ferdinand me dijo que tenía que venir a Buenos Aires. Y antes, los Pet Shop Boys me lo decían siempre. No pude venir con The Cribs ni con Modest Mouse, pero cuando armé mi propio grupo, fue el primer lugar que quise conocer.”
Los nostálgicos que sacaron su entrada querían escuchar canciones de los Smiths. Johnny Marr les dio el gusto con clásicos como Bigmouth Strikes Again, This Charming Man o There’s a Light that Never Goes Out, con una precisión vocal que hace olvidar de a ratos a la voz de Morrissey. Pero si está saliendo de gira como solista es porque confía en el par de discos que grabó en los últimos dos años, en un lapso de tan solo dieciocho meses: The Messenger y Playland. ¿Un intento de desligar su nombre de la palabra ‘Smiths’? “No, no me importa eso. Uno no puede controlar las cosas. Pasé treinta años tomando decisiones raras según los demás. Cuando dejé el grupo la gente pensó que fue una decisión extraña. Después de un tiempo, el público entendió que lo que yo persigo es la música. Si estuviese preocupado porque me relacionan con los Smiths, seguiría con la banda”, explica.
El público reconoce en sus canciones nuevas aquellos punteos tan característicos de su guitarra que durante los ochenta fijaron estándares para el britpop. Porque Johnny Marr es junto a Morrissey el responsable de escribir las canciones que le devolvieron la fe en el rock a toda una generación de jóvenes ingleses, con Noel Gallagher a la cabeza. Aunque hoy, ‘rock and roll’ es un término que no le gusta usar. “Ya pasó de moda. Es una filosofía y un estilo de vida anticuados. Es sólo una buena forma de describir las letras, porque las letras del rock son poesía.”
De su último álbum, Easy Money es el tema que mayor respuesta encontró entre el público de Niceto. La canción tiene el fraseo más fácil de asimilar y la letra más contundente. “No pienso que mis letras sean oscuras, trato de hacerlas cada vez más obvias. Las palabras tienen que ser poéticas y sonar bien. No me gusta escribir canciones que vienen de otro lado. Easy Money es una canción sobre prostitución y sobre la necesidad de tener plata, no sobre la codicia. Disfruto escribir temas que parecen canciones pop estúpidas, pero que al escucharlas hablan de prostitución, por ejemplo. Ian McCulloch, de Echo & The Bunnymen, escribe letras oscuras que suenan bien, pero yo no las entiendo. Esas letras no tienen sentido. Mis palabras hablan de algo.”
Muchos gracias Buenos Aires. J X
— Johnny Marr (@Johnny_Marr) junio 18, 2015
El álbum The Messenger aportó The Right Thing Right, uno de sus hits como solista. También estuvieron Upstars, New Town Velocity y Generate! Generate!, el tema que el año pasado le dedicó al Kun Agüero, como fiel hincha del Manchester City. Esta vez no hubo guiño futbolístico en vivo, aunque sí un único pedido a los productores locales: la camiseta de la Selección.
A pesar de sus 51 años, Johnny Marr luce joven. Hace rato que lleva una vida alejada de las drogas, el alcohol y la carne –es vegano–. También se nota su madurez como artista, mostrándose indiferente a las comparaciones con la vanguardia roquera de su país natal. “Podría ponerme a relacionar lo que hago ahora con lo que hice antes, como los Smiths. Pero al carajo con eso, ni siquiera lo pienso. Podría preguntarme si soy relevante; o podría compararme con los Arctic Monkeys, con los Maccabees, con los Mumford & Sons o cualquier otra mierda de ese tipo. Pero sería algo patético ponerme al lado de los jóvenes.”
Su paso por Buenos Aires dejó satisfechos a todos, y le dijo al público lo que todos querían escuchar: “Voy a volver el año que viene”. No hubo muchas más palabras durante la hora y media del show. El idilio con su gente lo logró a través de un sonido prolijo y de la guitarra a un volumen lo suficientemente alto. “Cuando escribo una canción pienso si estará buena para un lugar con mil personas, como el que voy a tocar hoy», nos había contado. «Busco un tempo abierto, pienso en letras extrovertidas. También tengo en consideración si les pueden gustar a los fans.” Y a los fans les gustaron las canciones de Johnny Marr, que se llevó de Niceto una nueva ovación del público argentino.
Fotos: Ivana Slipakoff