Los rumores sobre una reencarnación de Grateful Dead post Fare Thee Well han estado rondando desde el anuncio en enero del original trío de shows de los cuales participó Trey Anastasio de Phish, pero hoy la exclusiva de Billboard lo confirma: la banda seguirá tocando con Bob Weir, Mickey Hart y Bill Kreutzmann, a quienes se les sumarán John Mayer en guitarra y Oteil Burbridge en bajo.
Dead & Company hará su debut en el Madison Square Garden de Nueva York el día de Halloween (31 de octubre), haciendo realidad las ilusiones de Mayer durante meses.
El cantante y compositor, ganador del Grammy, es relativamente nuevo en los Dead, pero descubrir el catálogo de la banda de 50 años lo ha estimulado a profundizar en su música. En la entrevista con Billboard el día anterior al anuncio de Dead & Co, Mayer se puso filosófico cuando habló sobre el legado de la banda y sobre cómo viene a representar una nueva generación de los Deadhead.
Descubriste a los Dead en 2011, ¿cómo fue?
Creo que le tengo que agradecer a Pandora. Fue como una prueba de ciego, en una emisora radial que pasa géneros similares a los de Dead, estaba sonando Althea, y al escuchar ese riff, me llamó la atención. En realidad, entré porque estaba afuera, en la pileta, y entré todo empapado, pero tenía que ver qué era lo que estaba escuchando en el iPod. A partir de ahí, me puse a conocer algunos temas y a reconocer partes de las canciones. Creo que mi generación también le tiene que agradecer a SiriusXM. La estación de Grateful Dead en Sirius es una súper experiencia, especialmente si estás manejando. Si vivís en Los Ángeles, es una manera inteligente de sobrellevar el viaje de casa al trabajo. Esa fue mi forma de conocerlos. Se puede atravesar la ciudad y quedarse en el medio del tráfico y escuchar una decena de canciones de rock clásico; o simplemente dejarse llevar y mirar la puesta del sol o los carteles de la ruta e ir a un nivel realmente abstracto.
Entonces, ¿qué es lo que primero te gusta escuchar?
Un poco de todo. Escuché Sirius por mucho tiempo, años. Y bajé todas las recomendaciones de Dick en iTunes (Dick’s Picks). Es en realidad la única música que tengo en mi iPhone, todo lo demás está en la nube, pero es la única referencia fuerte que tengo. Me acerqué a los Dead desde un ángulo completamente diferente del que se acercó la mayoría de las personas más grandes que yo porque, de alguna manera, represento esta nueva generación de fans del futuro de Dead que llegaron a ellos simplemente a través de la música.
¿Podés explicar eso?
No sé cómo eran esos shows de Dead. Yo tengo a Fare Thee Well para darme una idea, y podría … proyectar cómo pudieron haber sido, pero en realidad, no con exactitud. No sé cuánto costaba una remera de ellos, ni ningún otro detalle. No tuve esa experiencia de los shows que tuvieron sus fans, por eso digo que descubrí la música en un nivel totalmente puro… No es que llegué a ellos gracias a que un amigo me llevó a un concierto de Dead en 1987 y la pasé como nunca en mi vida. Llegué a su música porque ésta me transportó a un lugar de mi propia imaginación.
No quiero sonar como esos artistas genios difíciles de entender, pero así es como descubrí la música. ¿No es grandioso que funcione así? No necesitás estar distraído, o tener todos los sentidos trabajando, simplemente uno puede escuchar la música. Y esa música sobresalió y así me atrapó.
¿Cómo comenzaron las conversaciones sobre la posibilidad de que pudieras tocar en la banda?
A fines de enero, yo estaba en Capitol Studios trabajando en un álbum y Don Was estaba allí haciendo Born and Raised y Paradise Valley conmigo. Cuando yo empecé a caer bajo el hechizo de los Dead, Bob Was se iba a reunir en su oficina de Captiol Tower con Bob y Mickey y me invitó a subir. No pude resistirme, me senté allí y, de algún modo, les profesé mi admiración. Les conté cómo la música de ellos me había impactado. Lo que significaba para mí, ya que no tengo lazos culturales con la música, no tengo condiciones preexistentes. Les dije que esas canciones me llevaban a lugares donde nunca había estado y que visitaba diariamente y que me encantaba ir allí. Y creo que Bob me dijo algo así como, “¿Querés ser nuestro jefe de relaciones públicas?”
¿Cuándo surgió la posibilidad real de zapar?
Bob me preguntó: “¿Qué vas a hacer durante la primera semana de marzo?” Mi respuesta fue simple: “Lo que vos quieras que yo haga”.
¿Cómo fue la primera sesión?
Todos sabemos que cuando entramos a una habitación y comenzamos a tocar, hay una vitalidad allí. Aprendí cinco o seis canciones para tener más entre mis manos, y a pesar de que me la pasé chocando contra las paredes, musicalmente hablando, fue significativo el encuentro. Valió la pena.
¿Qué pasó con el álbum que estabas haciendo?
Cambié el foco, pasé del álbum que estaba haciendo a comenzar a conocer estas canciones. Yo estaba un 50 por ciento seguro de que algo iba a salir de allí, entonces cambié de rumbo en abril, dejé el estudio y bajé la atención sobre mi álbum y me aboqué a practicar, lo que estoy haciendo todavía, no sólo para saber cómo son las canciones, sino para saber cómo tocarlas.
¿Qué tan profundo fuiste?
Muy profundo. Estuve un tiempo con eso y fue grandioso volver a tocar la guitarra por 4 o 5 horas al día. Pasaron 15 años desde la última vez que me senté en la habitación y solo me dediqué a mejorar. Es lo que yo llamo Universidad de Grateful Dead. Es como un estudio en el extranjero, un curso muy intensivo, y una beca autoguiada.
¿Cuál fue el proceso cuando envolviste la cabeza en estas canciones?
Hay mucho para dilucidar, chequear y escuchar, tratando de descubrir el lado izquierdo del cerebro, el derecho, ser consciente. Si te vas mucho para la izquierda, te hacés un poco nerd. Si te vas mucho para la derecha, te ponés un poco abstracto. Te vas para el cerebro de ingeniero y no te estás comportando realmente como sos vos. Ese desafío y lo que a mí me gusta de esto es descubrir lo que en la guitarra es composicional e importante para la canción y cuál es la huella de alguien, la huella de Jerry García… para mí, se trata de encontrar un espacio auténtico entre cómo toco la guitarra y cuáles son mis instintos y cómo son estas canciones en lo más íntimo.
Cuando hablamos con Bob, Mickey y Billy, te dieron mucho crédito por haber sido la fuerza impulsadora de que Dead & Co. cobrara vida…
Están siendo generosos. Esto no habría ocurrido si ellos no hubieran querido. Si yo tengo algo de mérito, es que no dejé que se llegara a la fecha límite.
También todos parecen estar de acuerdo en que le das un toque fresco a la música, aunque no experimentaste a los Dead en vivo antes de que muriera Jerry…
Creo que esa es la manera en que la música se mantiene viva, que aparezcan artistas jóvenes que la reinterpreten un poco. La cosa más futurista que uno puede hacer en 2015 es tocar “Ramble On Rose” en el espíritu en el cual fue concebida. Eso es futurismo, porque mi generación no tiene eso. El catálogo debe ser la colección más diversa, poderosa e importante en la historia de la banda. Como fan, y siendo musicólogo en mi propia forma estúpida, si realmente lo observás, es la Biblioteca del Congreso de las grandes canciones. Es un universo de canciones grandiosas.
Ahora que tuviste la oportunidad de tocar un amplio rango de canciones, ¿tenés algunas favoritas?
Me gustan las canciones con influencias del gran R&B. “Sugaree” es la canción que toco para la gente. También “He’s Gone”, “They Love Each Other”, «Loser» … esas canciones que comparten el código genético de The Band, Crosby, Stills & Nash y Bob Dylan.
¿Hubo canciones con las que tuviste que luchar?
Tuve lo que yo llamo los “doble diamantes negros”. Hay canciones que requieren que yo aprenda cómo ser un mejor guitarrista. “Slipknot”, por ejemplo –si trato de tocarla ahora, no puedo hacerlo, entonces me fuerza a ser mejor. Incluso aunque estés haciendo todo bien, puede salir mal. No quiero sentarme con un lápiz de arquitecto y una escuadra. Creo que ir un poco a la deriva es bueno para cualquiera, y sospecho que va a haber opiniones de guitarristas que digan que esa no es la manera. Pero uno lo logra, intentándolo, yendo un poco a la deriva.
¿Qué te parecieron las presentaciones de Trey en Fare Thee Well?
Trey me pareció grandioso y yo estaba muy orgulloso de él como guitarrista. La gente no lo entendía, porque se pasó meses practicando con la guitarra para tocar cada canción solo una vez. Aparentemente no va a tocar esas canciones nuevamente, pero le dio la fuerza de un guitarrista profesional. Otra cosa a destacar es que es un guitarrista con tan buen gusto. Él encontró su lugar, su zona, desde el comienzo.
Algunos dicen –incluyendo Billboard– que te llevó un tiempo encontrarte con su base.
Creo que hubo una situación de mucha confianza, pero fue todo muy respetuoso. Le comentaba a un amigo, que hay probablemente 6 ó 7 guitarristas en el mundo que pueden hacer ese show. Yo estoy tocando la música de ese talento fenomenal que es Jerry García, quien, en un nivel técnico, fue simplemente increíble.
Lo que uno quiere hacer como músico es que la gente se sienta segura. Trey es solo un conducto para toda la música y con ella tiene gran fraseo, articulación y timing natural. Hizo algo increíble al legado y no me lo dejó fácil para que yo tomara la batuta. Yo me considero como un fan más. No creo tener una experiencia más profunda que otro descubriendo la música, excepto que tengo este alcance con la guitarra.
Estuviste en las cinco fechas de Fare Thee Well, ¿la experiencia fue como la imaginaste?
Fue emocionante y nunca sentí algo así en mi vida. Estaba en Santa Clara y sentía que eso no podía terminar. La manera en que lo veo es llevando ese espíritu conmigo. Siento que es mi responsabilidad como músico no dejar que muera esa música grandiosa e importante. Hay mucha gente que no conoce cómo es la música todavía porque no fueron expuestos culturalmente a ella. No saben que existe ese swing y ese groove que es necesario para la vida. Ser un deadhead o un fan de la música es completamente diferente de cualquier otro camino de vida con el que uno se puede llegar a identificar. Eso quiere decir que cualquiera puede sentir ese impulso. Se trata de llevar la música más allá porque estas canciones cambian la vida.