“Soy un poco androide, pero estuve incursionando bastante en mi costado humano en estos días”, dice Janelle Monáe. En sus primeros discos, la compositora y cantante empleó un álter ego, el robot sentimental Cindy Mayweather, en reemplazo de ella misma. Pero en Dirty Computer –su primer Nº 1 en el Billboard Top R&B Albums–, la mujer de 32 años reveló algo más sobre Janelle Monáe, más humana que nunca. La pionera elegida por Billboard este año es plenamente inspiradora siendo como es, simplemente una cantante y rapera experimentada; productora y fundadora de un sello discográfico, Wondaland Records; una actriz magnética en películas nominadas para el Oscar (Moonlight, Hidden Figures) y cuyo próximo protagónico será la tan anticipada biopic de Harreit Tubman (luchadora por la libertad de los afroamericanos esclavizados en los Estados Unidos); y una activista, ya sea introduciendo elocuentemente a Kesha en los Grammy de 2018, exponiendo en la Women’s March de 2017 o abogando por la inclusión de la comunidad LGTBQ y, en abril, declarándose pansexual. “Dirty Computer nos dio a todos un hogar que dijo ‘A pesar de lo que el mundo diga sobre vos, vos importás. Te veo, te escucho y te celebro’”, afirma.
Dirty Computer se siente metido en la realidad actual, y por lo tanto es más personal. ¿Fue esa tu intención?
Empecé a escribirlo durante la era de Obama. Después de noviembre de 2016, tuve que procesar a dónde estaba yendo nuestro país. Sentí una gran responsabilidad de crear una comunidad con este disco, con mis conciertos y mi película. Se sintió como si las personas que quiero y los grupos a los que pertenezco –por la comunidad LGTBQ, por ser una mujer negra y por tener padres de la clase trabajadora– fueran empujados a los márgenes de la sociedad. Con canciones como “Djando Jane”, “Make Me Feel” y “PYNK” quise ser lo más audaz posible en dar declaraciones sobre agencias, sobre cuerpos de mujeres y derechos, sobre nosotras recuperando el micrófono y haciendo saber que nadie es nuestro dueño ni vamos a ser controladas.
¿Qué se sintió cuando tu propia historia –particularmente tu sexualidad y tus relaciones– se volvió parte de la conversación alrededor de este álbum?
– Me dio bastante miedo dar entrevistar después de lanzar el disco. Dejo mis experiencias en mi música y mis visuales. Es una terapia para mí. Siempre hablé sobre mi experiencia sexual en mi música: lo hice en mi primer álbum y en Electric Lady, desde “Q.U.E.E.N.” hasta “Mushrooms & Roses”. Pero después de que la gente vio las visuales de Dirty Computer [como el video de “Make Me Feel”, en donde Monáe coquetea con un hombre y una mujer], me di cuenta de que iba a empezar a querer saber más cosas. Yo no pretendía que las personas se preguntaran cuánto había de mi vida personal en esto. Pero, en general, me pone contenta que se hayan sentido más cómodas siendo como son después de leer sobre mi verdad personal.
Parece que la libertad creativa siempre ha sido una de tus máximas prioridades…
Incluso cuando fui una artista independiente vendiendo CD en mi valija y trabajando para mi primo en temas contables, o en el Office Depot y en Sam’s Club, seguía diciendo que no. Hubo oportunidades en las que incluso mis familiares más cercanos y mis amigos me miraban y decían: “Mujer, estás loca. Debés involucrarte en ese video musical, ser un extra en este film. Tenés que hacerte famosa”. Pero siempre tuve como prioridad conservar el control creativo.
Una cosa es comprometerse a nunca comprometerse; otra distinta es realmente hacerlo. La industria de la música puede llegar a tener una idea muy estrecha de lo que un artista puede ser. ¿Cómo hiciste para establecerte y mantener el control de tu carrera?
Empieza por saber cuál es la visión. Tener una perspectiva. Porque si no, luego otro la va a tener por vos. Estoy contenta ahora cuando voy a reuniones, siento que la gente entiende mi visión y mi perspectiva como artista. Antes era como: “Bueno, ¿podés cambiarte el pelo o tu look, o hacer este tipo de canciones?”. Ahora es “Vimos lo que hiciste en tu álbum y tus visuales. No queremos estorbar en tu expresión artística. ¿Cómo podemos ayudar y trabajar juntos orgánicamente?”.
Diddy te apoyó desde los inicios, y vos podrías haberte moldeado fácilmente como su protegida. ¿Tuviste que empujar para asegurarte de que no pasara eso?
Debo decir que tuve miedo de asociarme a un sello grande después de varios años de ser independiente. Conocí a Puff en el momento en que había decidido vivir prudentemente. Como mucha gente, pensé: “OK, ahora él va a conversar conmigo sobre cómo podrá prepararme para ser otro tipo de artista”. Pero cuando hablé con él, sus palabras fueron: “Amo lo que vos y Wondaland están haciendo. No quiero involucrarme creativamente. Solo quiero que la gente te conozca y conozca también lo que están haciendo ustedes. Están acá, en este sótano de Atlanta, y el resto del mundo merece escucharte”. Fue humillante y hermoso. Seguimos estando cerca. De hecho, acabo de verlo en una fiesta de Halloween.
Hablando de Halloween: necesito saber todo sobre tu disfraz de Willy Wonka.
Oh, por dios. Estaba obsesionada con Gene Wilder. Lloré cuando murió. Me acuerdo de prender un cigarrillo cada vez que veía Willy Wonka. Ese era el mundo en el que quería vivir. Suelo decir esto en Wondaland: “La imaginación inspira a naciones”. No creo que pudiera haber hecho mi música sin rendirme ante la imaginación en un mundo cargado de cinismo. El año pasado fui el Guasón, y estaba pensando en un outfit para representarlo. Me entusiasmo tanto con Halloween, pero no elijo mi vestuario hasta el mismo día. Pero las cosas aparecen cuando están destinadas a aparecer.