Fecha de lanzamiento: 9 de Septiembre de 2016
★★★✩✩
El título puede ser algo capcioso al presumirse que se tratará del cantante despojado de todo, aullando solo con una guitarra y grabando en la intimidad de su hogar. Pero se trata de una compilación doble en la que White reúne lados b, inéditos y versiones alternativas desenchufadas, pero con una calidad sonora impecable. White se pasea por sus casi 20 años de carrera y por gran parte de sus proyectos de manera inteligente, corriéndose del típico disco de rarezas o grandes éxitos al entregar clásicos en versiones laterales, sin dejar de lado la idea de banda o la inclusión de otros instrumentos para dar cuerpo a las canciones. Se puede entrever la evolución compositiva de White, desde sus inicios ásperos en White Stripes hasta reinterpretaciones de temas de Icky Thump, de 2007, sin la parafernalia que encontró en sus aliados, los pedales de efecto. El álbum avanza hacia The Raconteurs, pero deja fuera a The Dead Wheater (quizás, por lo furioso del proyecto, imposibilitado de trasladar las canciones a un formato más simple), aunque sí incluye canciones de sus dos discos en solitario. Pese a la buena intención, el álbum deja ganas de encontrar versiones más íntimas y raquíticas que manifiesten la esencia de sus composiciones al verdadero estilo de los viejos bluseros que lo influenciaron, como Lead Belly o Son House. De todas formas, Jack White asombra por el ingenio con el que encara este proyecto, en el que logra pararse con altura para mirar hacia atrás y ver cómo seguir avanzando en su carrera.